lunes, 16 de marzo de 2020

Comunismo: Sólo a la fuerza


Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
A todos los efectos y como única instrucción que tengo como válida, emitida por el corona virus de la segunda mitad del siglo XX, entiendo como   sinónimos los conceptos de socialismo y comunismo.
El comunismo es un sistema de organización política y,  a la vez, económica donde la propiedad entendida en sentido macro, puesto forman parte del vocablo los bienes o servicios prestados y los medios de producción, son comunes a los integrantes del conglomerado social, denominado Estado.
Friedrich Engels (1820 – 1895), conocido como uno de los padres del comunismo científico, lo define como  “la doctrina de las condiciones de la liberación del proletariado", lo que significa indudablemente que el elemento principal de su tesis es el proletariado, como clase social y el comunismo, es el camino para su liberación, como bien lo explica en el Manifiesto comunista, que escribiera conjuntamente con Karl Marx (1818 – 1883).
Dentro del contexto histórico que fundamenta el nacimiento y divulgación de la doctrina comunista, debemos resaltar que durante el período vital de Engels y Marx, estaba en vigencia la denominada Revolución Industrial (1760 a 1840), movimiento intenso que creó una verdadera convulsión dentro de una sociedad artesanal, fundada en el trueque y la producción agropecuaria de baja escala. El uso de maquinarias y técnicas de innovación catapultaron la productividad, que por vía consecuencia aumentó geométricamente el consumo, repercutiendo en los precios y fuentes de trabajo tanto subordinado como independiente.
El inicio de la Revolución Industrial trae además de económicas, secuelas políticas sobre los gobiernos monárquicos existentes, donde las personas eran consideradas como objetos susceptibles de propiedad por parte de los reyes. Ello explica la ambientación propicia para la Revolución Francesa, como consecuencia de la Revolución Industrial  y a la vez, el caldo de cultivo para la aplicación de las ideas de Engels y Marx, algunos años después.
Todos esos cambios económicos y políticos desarrollados en relativamente un lapso corto, propiciaron la discordia entre sociedades humanas antagónicas, lo que pienso se constituyó en un nutriente para una doctrina que no buscó la conciliación entre los diversos factores que componen la sociedad, sino al contrario, el enfrentamiento.
No es cierto, como han pregonado las dos más altas autoridades del Socialismo Bolivariano del siglo XXI en Venezuela, que las bases programáticas de un gobierno fundado sobre el socialismo pueda ser el amor, propio del humanismo cristiano y fundamento de la Iglesia católica.
Al contrario, para Marx y Engels “el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al Poder”, nunca concebido en términos pacíficos sino de fuerza.  En el Manifiesto comunista  se formula  “una de las ideas más grandiosas y más importantes del marxismo respecto al problema del Estado, a saber, la idea de la “dictadura del proletariado”.
Personalmente creo ver una abismal contradicción interna en la propuesta comunista, porque el fortalecimiento del Estado al abrogarse todos los medios de producción, se refleja no sólo en lo económico sino además en lo social, por lo que la consecuencia inmediata es necesariamente el debilitamiento de la clase obrera o proletariado. Ejemplos más recientes de la inconveniencia de aplicar la doctrina comunista son Rusia, China, Cuba y Venezuela.
La abdicación de Nicolás II y con ello el derrumbe del zarismo imperial en 1917, dio inicio a la creación de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, con la fuerza dispensada con los soviets o consejos de trabajadores. Después de la I Guerra Mundial, se produjo un doble poder en Rusia, uno provisional, que tenía el control formal del Estado y el de los soviets que aglutinaba la clase obrera y ejercía poder político.
Con la llamada Revolución de Octubre se consolida el Partido Bolchevique de Wladimir Lenin, aplastando a través de la Checa, como organización militar cualquier disidencia popular. Después de la guerra mundial que concluye para Rusia con la firma del Tratado Brest – Litovsk, estalla la Guerra Civil Rusa, donde vencen los bolcheviques creándose la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1922), disuelta en 1991 dando inicio a la Perestroika, cuya finalidad no era propiamente la abolición del socialismo, sino cierta democratización de la vida política. El actual presidente Wladimir Putín, busca consolidarse a perpetuidad en el poder, otra característica común en los dictadores comunistas.
No obstante ser Rusia  el país más grande del mundo por su extensión territorial, “el PIB per cápita en el 2018 fue de 9.557 euros, con lo cual se coloca en el puesto 64 del ranking y sus habitantes tienen un bajo nivel de vida en relación al resto de los 196 países en el ranking”, lo  que obviamente implica un fracaso en su política económica en relación práctica con el bienestar de sus nacionales, dependientes fundamentalmente de exportación de petróleo y gas.
En cuanto al Índice de Desarrollo Humano  (IDH), que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que en definitiva nos muestra el nivel de vida de sus habitantes, indica que los rusos se encuentran en el puesto 49  (https://datosmacro.expansion.com/paises/rusia).
          El Partido Comunista Chino se fundó en 1921, tomando el poder como resultado de una cruenta guerra civil en 1949, cuando nace la República Popular de China. Su líder principal Mao Tse Tung, gobernó de manera cruenta hasta su muerte en 1976, saltando a la vista fácilmente las dos características principales del comunismo que ya hemos anticipado: se impone a la fuerza y el líder quiere mantenerse   permanente en el poder. China siempre fue un país feudal, lo que le hizo fácil víctima del comunismo. Uno de los programas básicos de Mao fue la explotación del factor trabajo a través de las Brigadas Rojas en las zonas urbanas y granjas colectivas en las rurales.
Los regímenes comunistas se fundan sobre consignas populares, con muchas plumas y poca carne. Mao no fue la excepción: el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, fueron meras excusas para exterminar a sus enemigos políticos y de nada sirvieron para sacar al pueblo de la pobreza extrema en la cual estaba sumido, gracias al comunismo. El comunismo no convence, simplemente obliga. El pueblo chino fue sometido mediante las armas manejadas por la Guardia Roja.
En 1978, aunque formalmente manteniendo el socialismo, China comenzó el viraje económico bajo la conducción de Deng Xiaoping, con un esquema de apertura, prestando mayor atención al desarrollo social. El actual presidente Xi Jinmping fue designado por el Buró político del partido por 5 años, pero es reelegible indefinidamente. Por el volumen PIB, China es la segunda economía del mundo, con una deuda del 50,64% del PIB, indica que los chinos se encuentran en el puesto 86 (https://datosmacro.expansion.com/paises/china), lo que implica que la macro economía no guarda relación alguna con el bienestar de sus habitantes.
En Cuba y Venezuela los datos estadísticos no son confiables. Sus gobiernos imputan  la falta de crecimiento económico y la evidente pobreza colectiva al bloqueo económico.
En Cuba el comunismo se impuso a la fuerza, tras el triunfo de Fidel Castro y sus guerrilleros de Sierra Nevada en 1958, quienes una vez instalados en el poder confiscaron las empresas, fusilaron opositores y prohibieron los partidos políticos.
En Venezuela la variante es que formalmente el presidente Hugo Chávez ganó las elecciones universales y secretas convocadas en 1998, sin advertir su inclinación marxista ni su amistad con Fidel Castro,  pero su popularidad, factor determinante para ese triunfo, proviene de un golpe de estado el 04 de febrero de 1992, por lo que no es una excepción válida al principio que el comunismo se impone a la fuerza. Una vez en el poder logra la celebración de una Asamblea Constituyente, con la venia de la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, a pesar que era violatoria de la Constitución vigente (1961) y el producto de ese proceso (CN99), a su vez, también es violentada en el 2009 para logar una reforma que pueda entronizarlo en el poder en forma permanente.
Tres elementos comunes surgen de este recuento histórico – político a grandes zancadas: El comunismo se impone a la fuerza o mediante engaño, socialmente es un fracaso y su programa económico no es sustentable. Dios proteja a Venezuela!


16/03/2020.

 

1 comentario:

  1. LAMENTABLEMENTE QUIENES LOS LEEMOS Y COMPARTIMOS ESTOS PENSAMIENTOS LIBERALES EN CONTRASENTIDO CON EL COMUNISMO NO SOMOS LOS QUE DEBERÍAN. POR ESO A PESAR DE LAS DURAS CRITICAS DE LAS DICTADURAS DE DERECHAS EN PAISES POBRES PARECEN LA ÚNICA FORMULA EXISTOSA POSIBLE VENEZUELA GOMECISTA Y CHILE DE PINOCHET DAN EL EJEMPLO.

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