Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
A
todos los efectos y como única instrucción que tengo como válida, emitida por
el corona virus de la segunda mitad del siglo XX, entiendo como sinónimos los conceptos de socialismo y comunismo.
El comunismo
es un sistema de organización política y, a la vez, económica donde la propiedad
entendida en sentido macro, puesto forman parte del vocablo los bienes o
servicios prestados y los medios de producción, son comunes a los integrantes
del conglomerado social, denominado Estado.
Friedrich Engels
(1820 – 1895), conocido como uno de los padres del comunismo
científico, lo define como “la doctrina de las condiciones de la
liberación del proletariado", lo que significa indudablemente que el elemento principal de su tesis es el
proletariado, como clase social y el comunismo, es el camino para su
liberación, como bien lo explica en el Manifiesto
comunista, que escribiera conjuntamente con Karl Marx (1818 – 1883).
Dentro del contexto histórico que fundamenta el nacimiento y divulgación de
la doctrina comunista, debemos resaltar que durante el período vital de Engels
y Marx, estaba en vigencia la denominada Revolución
Industrial (1760 a 1840), movimiento intenso que creó una verdadera
convulsión dentro de una sociedad artesanal, fundada en el trueque y la
producción agropecuaria de baja escala. El uso de maquinarias y técnicas de
innovación catapultaron la productividad, que por vía consecuencia aumentó
geométricamente el consumo, repercutiendo en los precios y fuentes de trabajo tanto
subordinado como independiente.
El inicio de la Revolución Industrial trae además de económicas, secuelas
políticas sobre los gobiernos monárquicos existentes, donde las personas eran
consideradas como objetos susceptibles de propiedad por parte de los reyes.
Ello explica la ambientación propicia para la Revolución Francesa, como
consecuencia de la Revolución Industrial
y a la vez, el caldo de cultivo para la aplicación de las ideas de
Engels y Marx, algunos años después.
Todos esos cambios económicos y políticos desarrollados en relativamente un
lapso corto, propiciaron la discordia entre sociedades humanas antagónicas, lo
que pienso se constituyó en un nutriente para una doctrina que no buscó la
conciliación entre los diversos factores que componen la sociedad, sino al
contrario, el enfrentamiento.
No es cierto, como han pregonado las dos más altas autoridades del Socialismo Bolivariano del siglo XXI en
Venezuela, que las bases programáticas de un gobierno fundado sobre el
socialismo pueda ser el amor, propio del humanismo cristiano y fundamento de la
Iglesia católica.
Al contrario, para Marx y Engels “el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado
al Poder”, nunca concebido en términos pacíficos sino de fuerza. En el Manifiesto comunista se formula
“una de las ideas más grandiosas y
más importantes del marxismo respecto al problema del Estado, a saber, la idea
de la “dictadura del proletariado”.
Personalmente creo ver una abismal contradicción interna en la propuesta
comunista, porque el fortalecimiento del Estado al abrogarse todos los medios
de producción, se refleja no sólo en lo económico sino además en lo social, por
lo que la consecuencia inmediata es necesariamente el debilitamiento de la
clase obrera o proletariado. Ejemplos más
recientes de la inconveniencia de aplicar la doctrina comunista son Rusia,
China, Cuba y Venezuela.
La
abdicación de Nicolás II y con ello el derrumbe del zarismo imperial en 1917,
dio inicio a la creación de la República
Socialista Federativa Soviética de Rusia, con la fuerza dispensada con los soviets o consejos de trabajadores.
Después de la I Guerra Mundial, se produjo un doble poder en Rusia, uno provisional,
que tenía el control formal del Estado y el de los soviets que aglutinaba la
clase obrera y ejercía poder político.
Con
la llamada Revolución de Octubre se consolida el Partido Bolchevique de
Wladimir Lenin, aplastando a través de la
Checa, como organización militar cualquier disidencia popular. Después de
la guerra mundial que concluye para Rusia con la firma del Tratado Brest –
Litovsk, estalla la Guerra Civil Rusa, donde
vencen los bolcheviques creándose la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(1922), disuelta en 1991 dando inicio a la Perestroika,
cuya finalidad no era propiamente la abolición del socialismo, sino cierta
democratización de la vida política. El actual presidente Wladimir Putín, busca
consolidarse a perpetuidad en el poder, otra característica común en los
dictadores comunistas.
No
obstante ser Rusia el país más grande
del mundo por su extensión territorial, “el
PIB per cápita en el 2018 fue de 9.557 euros, con lo cual se coloca en el
puesto 64 del ranking y sus habitantes tienen un bajo nivel de vida en relación
al resto de los 196 países en el ranking”, lo que obviamente implica un
fracaso en su política económica en relación práctica con el bienestar de sus
nacionales, dependientes fundamentalmente de exportación de petróleo y gas.
En
cuanto al Índice de Desarrollo Humano (IDH),
que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que en
definitiva nos muestra el nivel de vida de sus habitantes, indica que los rusos
se encuentran en el puesto 49 (https://datosmacro.expansion.com/paises/rusia).
El Partido
Comunista Chino se fundó en 1921, tomando el poder como resultado de una
cruenta guerra civil en 1949, cuando nace la República Popular de China. Su
líder principal Mao Tse Tung, gobernó de manera cruenta hasta su muerte en 1976, saltando a la vista fácilmente las dos
características principales del comunismo que ya hemos anticipado: se impone a
la fuerza y el líder quiere mantenerse
permanente en el poder. China siempre fue un país feudal, lo que le hizo
fácil víctima del comunismo. Uno de los programas básicos de Mao fue la
explotación del factor trabajo a través de las Brigadas Rojas en las zonas urbanas
y granjas colectivas en las rurales.
Los regímenes comunistas se
fundan sobre consignas populares, con muchas plumas y poca carne. Mao no fue la
excepción: el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, fueron meras
excusas para exterminar a sus enemigos políticos y de nada sirvieron para sacar
al pueblo de la pobreza extrema en la cual estaba sumido, gracias al comunismo.
El comunismo no convence, simplemente obliga. El pueblo chino fue sometido mediante
las armas manejadas por la Guardia Roja.
En 1978, aunque formalmente manteniendo el
socialismo, China comenzó el viraje económico bajo la conducción de Deng
Xiaoping, con un esquema de apertura, prestando mayor atención al desarrollo
social. El actual presidente Xi Jinmping fue designado por el Buró político del
partido por 5 años, pero es reelegible indefinidamente. Por el volumen PIB,
China es la segunda economía del mundo, con una deuda del 50,64% del PIB,
indica que los chinos se encuentran en el puesto 86 (https://datosmacro.expansion.com/paises/china), lo que implica que la macro economía no guarda relación alguna
con el bienestar de sus habitantes.
En Cuba y Venezuela los
datos estadísticos no son confiables. Sus gobiernos imputan la falta de crecimiento económico y la
evidente pobreza colectiva al bloqueo económico.
En Cuba el comunismo se impuso a la
fuerza, tras el triunfo de Fidel Castro y sus guerrilleros de Sierra Nevada en
1958, quienes una vez instalados en el poder confiscaron las empresas,
fusilaron opositores y prohibieron los partidos políticos.
En Venezuela la variante es que
formalmente el presidente Hugo Chávez ganó las elecciones universales y
secretas convocadas en 1998, sin advertir su inclinación marxista ni su amistad
con Fidel Castro, pero su popularidad,
factor determinante para ese triunfo, proviene de un golpe de estado el 04 de
febrero de 1992, por lo que no es una excepción válida al principio que el
comunismo se impone a la fuerza. Una vez en el poder logra la celebración de
una Asamblea Constituyente, con la venia de la Sala Político Administrativa de
la Corte Suprema de Justicia, a pesar que era violatoria de la Constitución
vigente (1961) y el producto de ese proceso (CN99), a su vez, también es
violentada en el 2009 para logar una reforma que pueda entronizarlo en el poder
en forma permanente.
Tres elementos
comunes surgen de este recuento histórico – político a grandes zancadas: El
comunismo se impone a la fuerza o mediante engaño, socialmente es un fracaso y
su programa económico no es sustentable. Dios proteja a Venezuela!
LAMENTABLEMENTE QUIENES LOS LEEMOS Y COMPARTIMOS ESTOS PENSAMIENTOS LIBERALES EN CONTRASENTIDO CON EL COMUNISMO NO SOMOS LOS QUE DEBERÍAN. POR ESO A PESAR DE LAS DURAS CRITICAS DE LAS DICTADURAS DE DERECHAS EN PAISES POBRES PARECEN LA ÚNICA FORMULA EXISTOSA POSIBLE VENEZUELA GOMECISTA Y CHILE DE PINOCHET DAN EL EJEMPLO.
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