Jesús A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp.
Hace algunos días el presidente de la República Nicolás Maduro anunció su disposición quizás sin íntima convicción, de tomar la iniciativa para convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el fin de imponer cadena perpetua, para los responsables de los delitos contra el patrimonio público, es decir, condena a perpetuidad, lo que requiere la modificación del artículo 44 de la CN1999 que prevé en el numeral 3° la prohibición de la pena de muerte, pues ninguna puede trascender de la persona condenada; la imposición de penas perpetuas o infamantes y limita la privativa de libertad a un máximo de treinta años.
En
su discurso dice haber sufrido una “puñalada
por la espalda” de amigos y personas de su confianza, surge la idea que la
intención es castigar toda la trama de cripto monedas, que conforme información
pública presentada por el fiscal general Tarek William Saab fue dirigida por el
ex ministro, ex gobernador y ex presidente de PDVSA Tarek El Aissami, que sirvió
para escamotear al fisco de una ingente cantidad de millones de dólares,
producto de venta de petróleo sin los apropiados controles administrativos, lo
que supone que la red de implicados es vasta y hasta ahora indeterminada.
Suponemos
igualmente que la cadena de traiciones sigue hacia el pasado remoto, puesto el
propio ministro El Aissami, se había encargado de consignar ante el Ministerio
Público lo que dijo eran pruebas irrefutables y contundentes, del desfalco que
hicieran los anteriores funcionarios del área, ocupantes de los mismos cargos,
esta vez estando a la cabeza el ing. Rafael Ramírez, ex presidente de nuestra
empresa petrolera durante el último gobierno del presidente Hugo Chávez. Por
cierto, el Dr. Ramírez se entretiene desde Roma escribiendo sobre hechos de corrupción.
Este objetivo
implica además que la reforma constitucional habrá de abarcar igualmente al
artículo 24 CN1999 porque ninguna disposición legislativa tiene posibilidad de efecto retroactivo, excepto cuando imponga
menor pena. Las leyes de procedimiento se aplicarán desde el momento mismo de
entrar en vigencia aun en los procesos que se hallaren en curso. De manera que
una futura reforma de las normas supra señaladas no resulta aplicable a
Ramírez, El Aissami ni sus respectivos combos, por los hechos ya cumplidos.
Indudablemente que
plantear en este momento una Constituyente no tiene asidero alguno. Estamos en puertas de unas elecciones nacionales que según las
encuestas más creíbles consiguen al jefe del Estado en situación desventajosa
para ser re reelecto, por lo que no le conviene dividir a sus diezmados
electores con una confrontación extra. Por ello creo que la intención de la
oferta es unirlos alrededor del tema que la corrupción administrativa es la causa de
los males del país, de manera que siendo castigada de manera ejemplar,
Venezuela podrá prosperar en su potencial tercer período.
Es claro que la
idea de una nueva Asamblea Constituyente colide con los principios de la lógica
argumentativa, ya que nadie puede ver en ella la posibilidad de superar la
crisis profunda en la cual se encuentra la república. La lógica informal o
argumentativa, nos permite el análisis razonable para el receptor, de establecer
un vínculo entre un problema determinado que lo acogota y la vía idónea para su
solución.
Lo atinado, ya que
se ha aceptado oficialmente la existencia de corrupción en los casos surgidos con las
conductas de los ministros Rafael Ramírez y Tareck El
Aissami, es que se produzca una consecuencia ejemplarizante con los elementos
jurídicos y políticos que tenemos en la actualidad, y no delegárselos a una reforma
constitucional. Es fácil entender el planteamiento a través del siguiente
ejemplo comparativo.
Al candidato Hugo
Chávez le fue fructífera, como tema central de su campaña, la tesis de una Constituyente para castigar la corrupción
en los cuadros altos y medios administrativos del gobierno nacional, en órganos
descentralizados y autoridades locales; aliviar la pobreza extrema; remediar la
inseguridad, la crisis hospitalaria,
educacional y otros servicios, porque el pueblo no tenía una referencia
comparativa.
Cuando se ofrezca
hoy la misma solución, analizaremos cómo esos mismos problemas lejos de
arreglarse se multiplicaron, además se adicionaron otros desconocidos, la emigración; los apagones, incluso uno
vetusto como la corrupción en grandes
proporciones, pero esta vez denunciada y
aceptada por los mismos funcionarios públicos.
Tenemos perfecto
derecho a pensar que los problemas no provienen de la Ley Suprema en vigencia,
porque una Constituyente convocada en el 2017 por el Presidente de la República
en actual ejercicio e instalada mayoritariamente con integrantes simpatizantes
del oficialismo, concluyó tres años después que no era necesario reformar la
Carta Magna de 1999, porque es un instrumento jurídico perfecto al cual le
quedan muchos años de vida útil y había controlado la paz ciudadana, que fue
el objetivo primordial de su instalación.
Como tema de
educción ciudadana, he planteado reiteradamente que Venezuela solo ha tenido
dos Constituyentes, la de 1811 para formar un Estado Confederado y la de
1830, que aprobó la nación venezolana con nuevo pacto de asociación política,
separándonos de la Gran Colombia y atribuyéndonos un territorio distinto, limitado a lo que fue la Capitanía General de
Venezuela, diferente al Virreinato de la
Nueva Granada. No discuto la importancia
y la utilización del término en la Constituyente de 1947, por el paso gigante que dio en
provecho de derechos electorales y de las mujeres y por la tradición histórica,
pero nunca más puede existir un cuerpo orgánico por encima del texto
constitucional, sometido únicamente al procedimiento rígido de enmiendas y
reformas parciales.
Indudablemente que
hay muchas deficiencias y omisiones en la Constitución Nacional de 1999, que
debemos mejorar mediante una simple reforma, cuando la Asamblea Nacional esté
integrada en forma plural y siendo que la actual Carta Magna prevé la consulta referendaria en tal caso (artículo 344 CN1999), así habrá
de cumplirse. Dios bendiga a Venezuela!
jesusjimenezperaza@gmail.com 19/04/2024.
Excelente articulo, como siempre.
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