lunes, 16 de septiembre de 2019

Por Dios, no se equivoquen!

Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
          Secreto bien guardado durante una de las etapas más cruentas de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial, fue el acuerdo entre  Inglaterra y Alemania, que por supuesto contaba con la anuencia de míster Churchill y Adolph Hitler, de no bombardear a Cambridge y Oxford, por una parte ni a Gotinga y Heidelberg, por la otra. La razón era sencilla, se trataba de las ciudades universitarias más importantes de ambas potencias, además de poseer grandes obras de arte y arquitectura, que realmente constituían patrimonios de la humanidad.
          Así lo escribe el ilustre científico inglés recientemente fallecido, el Dr. Stephen Hawking, en su obra Breve historia de mi vida (Pág. 14).
          Significa lo anterior que en cualquier circunstancia es siempre posible un diálogo, como forma civilizada de dirimir conflictos y, aún dentro de ellos, diseñar formas para preservar intereses comunes o de mayor significación.
          La Nación venezolana, concepto que integra su gente, nuestro idioma, costumbres, cultura y el Estado venezolano,  formado por el gobierno y los demás poderes públicos, en mala hora subyugados, deben ser antepuestos a los intereses del partido gobernante y de todos cuantos integran la oposición, inexplicablemente dividida entre sí, cuando deberían tener claro que el enemigo común es quien ha postrado al país, lo ha empobrecido en el aspecto económico y en soberanía, ha dividido el seno familiar con posturas políticas irreconciliables o las ha separado físicamente, conformando la llamada diáspora que no es otra cosa que el éxodo obligado de venezolanos por los cinco continentes, buscando alimentación, medicamentos y el bienestar que no consiguen en la tierra que los vio nacer.
          No existe pues razón alguna para oponerse al diálogo, a ese que anuncian hoy por televisión algunos ministros y lo firman conjuntamente con personajes, que en verdad no sabemos qué porcentaje de nacionales representan pero que, indudablemente, según mi percepción personal, es marcadamente inferior a quienes no nos sentimos  vinculados a ellos ni nos generan confianza.
          Ruego a Dios que puedan conseguir un camino expedito para la reconciliación nacional, tanto institucional como familiar; que logren la separación en el funcionamiento de los Poderes del Estado; que consigan podamos expresarnos a través del voto e imponer, con una determinante mayoría, quienes deben regirnos.
          Pido a  Dios que el motivo que los mueve, sea verdaderamente justificado y no una nueva forma de burlarse del pueblo llano que conforma la mayoría. No basta con evitar una confrontación armada, que en definitiva nadie quiere, necesario es haya una causa sublime y desinteresada como la referida por el Dr. Hawking. Los acontecimientos por venir nos irán mostrando las intenciones de fondo,  porque nada puede ocultarse a los ojos de Dios ni del pueblo. Dios proteja a Venezuela!

3 comentarios:

  1. Somos un Universo de posibilidades. Bueno sería conseguir vías o salidas favorables para todos. Dios en Ti confío

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  2. Se perdió nuestros principios y valores que nos inculcaron nuestros padres, perdimos nuestra identidad y el nacionalismo, comparto tu escrito, pero la solución de los problemas de nuestro país dependen del valor e integridad que hagamos con una sola voz nacionalista, sumando ideas coherente con el único propósito de rescatar nuestra vida democracia.

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  3. Ojala, que por la poca o mucha dignidad que puedan tener estas personas, puedan actuar con la mayor rectitud y honestidad.

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