Jesús A. Jiménez
Peraza.
@jesusajimenezp
En
las anteriores entregas hemos analizado, por supuesto como campo abierto al
debate, el funcionamiento inapropiado de los cinco Poderes Públicos
constitucionales. Esa distorsión imposibilita el cabal cumplimiento en la
ejecución de los actos atribuidos a cada uno de ellos, ya sean instados por
algún ciudadano o por requerimiento de un dispositivo legal, lo que a su vez
acumula puntos para la eventual pérdida del estado de Derecho, como norte de
todo sistema político.
Esos
cinco poderes, en principio, sólo son controlables entre ellos mismos y operan dentro del espacio
geográfico que se corresponde con el ocupado por la Capitanía General de
Venezuela, antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810,
donde habita un grupo de ciudadanos algunos en diáspora, cuyo reconocimiento y
calificación son celosamente aceptados en
el propio texto constitucional. La suma de los tres elementos conforma la República Bolivariana de Venezuela, que es un Estado federal y
descentralizado.
Si el
sistema de autocontrol en cada uno de los Poderes y el control recíproco dejaran
de funcionar, debemos intervenir todos y cada uno de nosotros, en conjunto como
pueblo, porque así tenemos superior jerarquía ya que no podemos
ser deslegitimados ni variar nuestra finalidad teleológica. Lo contrario
implica la disolución del Estado lo que, de hecho y de Derecho, no es fácil que pueda suceder.
En
efecto, en el pueblo reside el poder
político supremo, es decir, la soberanía y es custodio de los principios,
valores y bienes inmateriales, que constituyen la Nación venezolana, que es el
mismo Estado, pero agregándole nuestra idiosincrasia, cultura, folklore,
costumbres, idioma, dialectos.
El
problema de esta instancia superior es su naturaleza etérea. No tiene un órgano
que permita su actuación directa ni se rige por una cadena de mando. Los medios
de participación y protagonismo expresamente admitidos para su ejercicio en la práctica, son la
elección de cargos públicos; el referéndum; la consulta popular; la revocatoria
del mandato; la iniciativa legislativa, constitucional y constituyente; el
cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos.
Cabe
entonces preguntar cómo podemos
intervenir? No es un secreto para nadie que la postulación por iniciativa
propia a algún cargo de elección popular, tiene muy pocas por no decir ninguna
posibilidad de éxito, porque el mecanismo electoral está concebido para partidos
políticos y, estos han sido en su mayoría intervenidos por órdenes del Poder
Judicial; las opiniones populares que puedan surgir de las consultas a través de
los cabildos o asambleas de ciudadanos, son difíciles de enrumbar y de hacerlas
cumplir por los órganos visibles del Estado; la revocatoria del mandato ha sido
torpedeada de manera firme por tribunales incompetentes y de inferior jerarquía,
cuyas decisiones sin obstáculo alguno cumple el CNE. Capítulo aparte de
analizar, es la iniciativa constituyente de 2017, que comenzó sin la formalidad
de la convocatoria popular y concluyó
sin cumplir el mandato “de transformar el
Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico ni redactar una nueva Constitución”.
Hasta
la capacidad de protestar pacíficamente y sin armas ha sido morigerada, con
base a algunas sentencias de la Sala Constitucional que impuso, más allá de sus
capacidades y competencias, unos requisitos abiertamente contrarios al
principio programático de la carta suprema.
Estas
realidades concretas hacen del Poder Popular un gigante con pies de barro, lo
que obliga a materializarlo.
El
presidente Chávez trató de hacerlo en su propio provecho, proponiendo una
reforma constitucional que entre otras decisiones suponía una “nueva geometría del poder”, constituyendo
a la ciudad como unidad política
primaria en la organización territorial nacional. La ciudad, a su vez, estaría
integrada por comunas, definidas como
células sociales del territorio y núcleo del “Estado Socialista venezolano”.
A
partir de las comunas se desarrollaría el Poder Popular, constituyéndose la Ciudad Comunal, que se daría un
autogobierno siempre dependiente de Decreto del Presidente de la República, en
Consejo de Ministros. El primer gran problema que debió enfrentar el presidente
Chávez, fue que el pueblo de Venezuela se negó a reformar
la Constitución en consulta
referendaria en el año 2007. Dos años más tarde fue propuesta nuevamente, esta
vez bajo la figura de una enmienda improcedente, porque ella es una de las
categorías previstas como Reforma Constitucional, según el Título IX de la
CN1999 y no puede proponerse por más de una vez en el mismo período.
Sin
embargo, sentencia del 03 de febrero del 2009 (Expediente N° 2008-001617) de
Sala Constitucional, al analizar algunos dispositivos sometidos al recurso de
interpretación, permitió el nuevo referéndum que esta vez le fue favorable, porque
según la Sala “es necesario destacar que
la Constitución de 1999 presenta una clara tendencia hacia el fortalecimiento
de medios democráticos de participación ciudadana”, principio que no ha
sido constante para interpretar la consulta sobre referendo revocatorio.
Poco
tiempo después se conoció la enfermedad del presidente Chávez, a postre
mortal, y con él la ausencia de un robusto liderazgo para abanderar la
implantación del Poder Popular mediante el Estado Comunal. No obstante el 21 de
febrero del 2010, en Gaceta Oficial N° 6.011, fue publicada la Ley Orgánica del
Poder Popular, aunque su existencia no está contemplada constitucionalmente dentro
de la estructura del Poder Público, el cual se divide en forma vertical en Municipal, Estadal y Nacional (artículo 136
CN1999), siendo los municipios la unidad política primaria (artículo 168
ejusdem).
Hoy,
entiendo que se agregarían varios problemas adicionales para la creación de un
Estado Comunal como hilo conductor del Poder Popular: el electorado que
sostiene al oficialismo está diezmado en extremo, lo que no garantiza el
ejercicio del poder desde la base; la idea de un Estado democrático regido por
un gobierno diferente al electivo, descentralizado, alternativo y revocable
impuesto por el artículo 6 CN1999, alejaría las ansiadas y fundamentales
inversiones, además sería obsceno plantearse una nueva reforma constitucional,
porque la recién extinguida Asamblea Nacional
consideró que la Constitución
vigente, está perfectamente habilitada para regir la vida nacional.
Por
todas las circunstancias analizadas es de concluir que el Poder Popular descrito
en nuestro sistema constitucional y legal, sigue siendo un gigante con pies de
barro, pero que el pueblo de Venezuela
tiene que hacerlo valer, a través de la propia Constitución y aun en contra de
la resistencia de los Poderes en función, fundamentalmente concurriendo a los
actos electorales, además ideando otros episodios legítimos como hacer miles de
asambleas de ciudadanos, al mismo tiempo a lo largo y ancho del territorio
nacional. De inmediato estas asambleas y cabildos abiertos deben ser para
impedir el nuevo embate del gobierno tratando propulsar ciudades comunales,
expresamente negadas por el pueblo venezolano en el 2007.
Decía Mahatma Gandhi, líder de la resistencia pacífica
que para imponer acciones fructíferas, sólo se requiere “la fuerza de la confianza en sí mismo, valentía y tenacidad”. Tenemos concretamente en nuestras manos,
la posibilidad de accionar el referendo revocatorio, como forma de ejercer el
Poder Popular y nuclear al pueblo de Venezuela en su verdadero deseo, que es
salir de este gobierno por caminos pacíficos. Habrá dificultades para ello,
unas conocidas y otras que impondrán las autoridades, claro que sí, pero se
puede romper ese cerco, con confianza,
unidad, valentía y tenacidad. Dios bendiga a Venezuela!
18/03/2021.
Excelente anlisis politico sobre la realidad de los hechos, incluyendo el derecho q nos asiste, pero es de hacer notar q mientras el poder electoral no tenga las mas minimas consiciones de equilibrio para l imparciilaidad de los resultados, estariamos es haciendo el papel de tontos utiles al gobierno, x q lle creamos el escensenario perfecto para legitimarlos, y q ellos si la opsicion gana,accionan como miy bien l expresas jueces d baja gerarquia setencias recursos inventados x ellos, medidada caitelares, donde inabilitan los resultados( caso dipitado de amazona). Creo q l correcto es q el arbotro y los partidos politicos intervennidos luchen x su autonomia. Pero veo todos opinando q l via es elctoral, pero dicen nada de las intervenciones y secuestro de los partidos tradicionales. Eso es el diablo dando misa.?
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