viernes, 24 de noviembre de 2017

Se busca un Presidente.

Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp

Resultado de imagen para banda presidencial de venezuelaEs evidente que Venezuela ha sido siempre un Estado presidencialista. La primera  Constitución denominada Federal de 1811, preveía un Poder Ejecutivo conformado por tres personas quienes se alternaban en el ejercicio del cargo (Triunvirato), pudiendo ser nacidos incluso en algunas regiones del extranjero. Así  resultaron electos  Cristóbal Mendoza, Juan De Escalona  y Baltasar Padrón, este último oriundo  de las Islas Canarias. Ellos tenían  mando supremo sobre armas en mar y tierra, además potestad para designar a los más altos funcionarios incluidos los Magistrados de la Alta Corte. Al Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, como se le denominaba en 1864, la primera Constitución después de la Guerra Federal se le reconoció poder residual, porque tenía todas las competencias no atribuidas expresamente a otros funcionarios, lo que implicaba mucho y variado poder. Las Constituciones de 1961 y 1999, los reconoce como Jefes de Estado y a la vez, del Poder Ejecutivo, es decir, del gobierno, además de otras atribuciones como dirigir la política internacional, administrar la Hacienda Pública Nacional, ser comandante en jefe de la fuerza armada y otras, de singular importancia (ver artículos 190 Constitución de 1961 y 236 de 1999).
Por nuestra tradición presidencialista es comprensible que en estos momentos de crisis extrema como la que vivimos en el país, los ciudadanos estemos justificadamente atentos y habilitados, además obligados,  para opinar sobre quienes tienen condiciones suficientes para asumir el cargo, ante cualquiera sean las circunstancias que pudieran presentarse en los próximos meses, puesto estamos a pocos días de iniciar el año 2018, año electoral presidencial, con el inconveniente que el Poder Electoral ha tomado para sí la fijación de la oportunidad comicial sin importar la determinada por la Ley especial, incluso el cronograma es un verdadero albur. Obviamente, nadie puede pensar que una situación tan compleja como la económica, social y política que vive Venezuela, pueda estar en manos de una persona por muy avezada que ella sea, pero precisamente una de las condiciones más importantes en el Presidente, que automáticamente se constituye en el líder del país nacional, es que  sea capaz de conformar y dirigir un equipo multidisciplinario. Es esa persona la que estamos obligados a buscar. Es recurrente la idea que debemos escoger el abanderado de oposición mediante un proceso conocido como Primarias, en el cual los diferentes factores políticos proponen una especie de  precandidato, del cual se selecciona uno único para enfrentar a quien resulte del sector oficialista, donde se podría postular incluso al propio presidente Nicolás Maduro, vista la posibilidad de reelección impuesta en la Constitución vigente que se extiende en forma indefinida conforme su primera y, hasta ahora, única enmienda.
Personalmente no estoy de acuerdo con esta forma de selección, por varias razones que pueden conseguirse en mi anterior reflexión en este blogs, titulada Venezuela siempre ha respondido a la lógica. Voy a referirme ahora a dos aspectos importantes: cuándo y cómo debemos escoger al abanderado. Por supuesto, hay un tercer ítems, quién debería ser, pero creo debemos resolver las dos primeras interrogantes, para facilitar la tercera que queda atribuida al órgano que propongo, sin que ello sea óbice para que los ciudadanos meditemos y opinemos sobre ese tema transcendental en la vida republicana.
 
El cuándo, es  ya. No tenemos mucho tiempo para organizar y sustanciar mecanismos porque existe un precedente muy fácil de apreciar. Los alcaldes (art. 174 CN)  y gobernadores de Estado (art. 160 CN) se designan por cuatro (4) años, las últimas elecciones municipales fueron en el año 2013 y las regionales en el 2012. Si bien las elecciones para autoridades municipales se corresponden a finales del 2017, como está anunciada parcialmente, presentaba dudas por supuestas faltas de recursos económicos. La renovación de los gobernadores debió ocurrir en el 2016 y fueron postergadas caprichosamente hasta octubre del 2017, por convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, a pesar que es acto y lapso de fuente legal que debe ser motorizado por el Consejo Nacional Electoral. Es muy obvio que los acontecimientos políticos a principios y mediados del presente año, debilitaron a la oposición y en contracara, la instalación de la Constituyente fortaleció al oficialismo, por lo que decidió  convocar las elecciones de gobernadores y darle luz verde a la de alcaldes. En ambos casos sin el cuerpo legislativo. Fue el triunfo oficialista incuestionable en las regionales, lo que posibilitó la convocatoria a la de alcaldes y en cascada, viene la joya de la corona: La Presidencia de la República, con fecha y condiciones a conveniencia. Solamente la posición compacta del pueblo venezolano puede imponer que el proceso comicial sea como debe ser, como están reguladas y en las condiciones que las disposiciones legales y la tradición obligan. Entiendo la importancia de las elecciones de alcaldes dentro de la estructura piramidal de poder; creo en la descentralización y soy aficionado a votar en cuanto proceso comicial tenga derecho y por ello estoy listo para sufragar en mi circuito el próximo 10 de diciembre,  pero capto en las calles, la farmacia, el mercado y cualquier reunión de amigos y parientes, que ellas no despiertan interés. Los ciudadanos están ocupados en sus problemas de subsistencia, que son uniformes. La gente sabe que los cambios de alcaldes no ayudarán a resolver el problema, incluso hay que motivar ya la elección presidencial.
El  cómo escoger un candidato con posibilidades de competir en condiciones adversas, que haga valer el potencial triunfo en las mesas electorales y luego, capaz de conformar un equipo de personas idóneas en todos los sentidos para enrumbar al país, es en extremo importante. Me parece que debemos olvidar las postulaciones de partidos, pero no excluirlos. De manera que puede conformarse un cónclave o congreso patriota, con la participación de candidatos postulados por el sector partidista, el productivo, el académico, invitar a personalidades de sectores no tradicionales en el mundo político, que participen bien con la finalidad de ser el candidato escogido, bien de darle brillo y seguridad a la forma propuesta y de ellos mismos, asistidos por un personal competente, integrado por expertos en mediación, conciliación y arbitraje, profesionales de la comunicación social, sociología, psicología de masas etc. escoger al candidato único de oposición. Es necesario que los grupos postulantes se deslastren de convencionalismos e intereses subalternos, que actúen de buena fe y pensando en un país que tiene problemas gravísimos y en su gente, que es el factor más importante de ese ente que denominamos Nación. De repente lo más complejo es integrar el cónclave porque, es de suponer que por la personalidad y calidad humana de sus integrantes, será fácil determinar en su seno, quien reúne mayores condiciones en ese momento y para el fin propuesto. Esta idea, por cierto, no es novedosa, es la forma de escoger al jefe de la Iglesia Católica, organización con veinte siglos, con cientos de problemas universales e históricos, conformada por pueblos con derechos en contradicción pero en el mismo rango. Creo que lo bueno no se imita, simplemente se asume. Dios proteja a Venezuela!

24/11/2017.

2 comentarios:

  1. Y que tal conformar Colegios Electorales? La claridad de las reglas es quizá lo mas importante del como.

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    1. Colegio electoral es igual al equipo de Personas idóneas, que son asesores. La pureza de la designación proviene de los propios candidatos, no de un organismo autónomo que se complicaría con su forma de designación y manual de funcionamiento. Recuerda que El Libertador tomando la idea de los Griegos propuso en 1819 un cuerpo moral supremo denominado Aerópago, éste sería formado (idealmente) por el grupo de candidatos propuestos por las entidades propulsoras y la que se sumen. Saludos Rubén y gracias por tu comentario

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