martes, 21 de noviembre de 2017

Venezuela siempre ha respondido a la lógica.


-        Propongo una fórmula para escoger el candidato opositor a la Presidencia de la República, distinta a las elecciones primarias.
Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Resultado de imagen para no mires el pasado con miedoLa lógica es un conjunto de normas, de principios y orientaciones metódicas que producen consecuencias con rigor científico. De manera que aplicando prudentemente  sus elementos básicos, deben surgir efectos cónsonos con lo que el discernimiento o sano juicio, nos dicta como razonable. Pero, cuidado, ella no tiene correctivos autónomos capaces de producir resultados apropiados, si los insumos son indebidamente propuestos.
En Venezuela, desde hace varias décadas, se están produciendo consecuencias necesarias en la vida política y económica, claro, no pocas veces negativas pero coherentes en relación a nuestras acciones. Es imposible que sembrando errores, podamos cosechar beneficios.  Creímos  tener una democracia consolidada, con pleno funcionamiento de sus instituciones y nos negamos a admitir que nuestra riqueza era finita. El Dr. Arturo Uslar Pietri, quien desde el año 1936 había advertido sobre sembrar apropiadamente la riqueza petrolera retomó con nuevos bríos, a mediados del Siglo XX, el consejo de no gastar sin medida lo que debía ser invertido. El Dr. Eduardo Fernández en medio de la fiesta señaló, con detalles, que el pueblo estaba bravo (1987) porque no se resolvían sus necesidades básicas. Cabalgando sobre el desconocimiento a esas sabias advertencias de Uslar y Fernández,  irrumpió un golpe de Estado en 1992 que fue muy negativo para el país, pero no salió de un sombrero de mago, fue consecuencia de las conductas de nuestros dirigentes. Esa asonada militar, muy dolorosa y violatoria de nuestro sistema jurídico, fue consecuencia lógica de los hechos cumplidos, como también lo fue la circunstancia que su protagonista principal hubiese llegado a la primera magistratura nacional. Un país sin instituciones fuertes volvió a los principios que rigieron en el Siglo XIX y eligió instintivamente, como Presidente de la República, al comandante de la asonada  aunque no estaba preparado para tan exigente cargo, en un doble sentido, el personal, porque no tenía ninguna experiencia gerencial pública y además, sin organización responsable para cada una de las áreas del Estado. Las consecuencias no pudieron ser peores, pero ineludibles. Si designamos un Presidente sin preparación debida y sin equipo, qué esperábamos? Se produjo el efecto que la lógica impone. Por falta de dirección comenzó la debacle, sólo que una oposición conformada por dirigentes que no pensaron en otra cosa que en consolidarse, ellos y a sus partidos, no se ocuparon más que de  atacar los efectos políticos que producían los desatinos del Presidente y su grupo, mientras el país continuaba su derrumbe económico e institucional que tardaría algún tiempo en apreciarse, obviamente, porque causas exógenas traían a las arcas ríos de divisas.
Era totalmente predecible en 1999 por ende, lógico, que la personalidad militarista del Presidente propulsor de una Asamblea Constituyente, no buscara la consolidación del Estado de Derecho ni el fortalecimiento de la democracia, sino extender el período presidencial, permitir la reelección  y someter, como logró, a los demás Poderes Públicos. Una tragedia, pero lógica. Hoy el Estado está respondiendo de manera perfecta e hilvanada a los planes que se aplican en su conducción. No podemos tener bienestar económico y generar empleos, cuando hemos seguido como conducta la expansión del gasto público no productivo y el incremento de importaciones. La enorme cantidad de dólares generados por el petróleo la malversaron las autoridades administrativas. Así llegamos a una Venezuela al borde del abismo,  sin créditos externos, con hiperinflación producto de la excesiva liquidez y la ausencia de bienes en oferta; pobreza asfixiante y delincuencia extrema,  con los servicios públicos e infraestructura deteriorados como efecto lógico. Ante este panorama surge otra secuela también consecuencial, los jóvenes pierden la fe y emigran, el otrora sector productivo busca salvar los vestigios que quedan de sus fincas y empresas. El gobierno, por su parte, siendo el responsable de la debacle social y económica juega una carta también de lógica elemental: nos lleva por todos los caminos hacia la política. Allí es fuerte, controla los poderes públicos formales, más el económico y militar, por lo que le queda fácil imponer un calendario electoral e influir en la designación de su adversario para el período 2018 - 2024.  
Escoger el candidato de la oposición por elecciones primarias podría generar otra frustración, por varias razones: 1) No hay tiempo suficiente. El gobierno fijará el día de la escogencia del Presidente de la República cuando quiera, o sea, cuando lógicamente le convenga, seguramente muy poco tiempo después de la elección de los alcaldes, donde según los vientos que soplan, será el triunfador mayoritario.  2) Después de la escogencia mediante esa fórmula quedarán heridas entre los contendores y sus seguidores, que tardarán mucho en sanar. No es verdad que vendrá la reconciliación inmediata, recuerdo cuando los diputados nombraron la Directiva de la Asamblea Nacional período 2016 – 2017,  allí hablaron de la alternabilidad convenida y prometieron que mantendrían la unidad a toda costa. No sé cuantos grupos, en evidente confrontación, existen hoy en la oposición.  3) Puede influir el gobierno para que gane quien le resulte más fácil de derrotar en la subsiguiente campaña electoral, tienen el poder, el dinero y la fuerza para hacerlo. 4)  Sólo puede ganar quien tenga más recursos económicos y de organización, no necesariamente el más idóneo. Las famosas maquinarias que impondrán un candidato, resultando una la triunfadora, está de antemano deteriorada porque los partidos políticos, desgraciadamente, no tienen prestigio y están casi aislados. 5) El ganador queda muy comprometido con su proponente, no con el colectivo opositor que va más allá de los partidos políticos. 6) La tradición, incluso, última en Venezuela demuestra que las elecciones primarias no garantizan el triunfo electoral. 7) La participación popular en esta escogencia es mínima por lo que no se garantiza respaldo  mayoritario en las elecciones nacionales. 8) Las primarias determinan el respaldo a los candidatos, no el rechazo, que es elemento determinante  para la elección posterior.
Pero, por sobre estas razones, hay una en la que debo hacer énfasis especial. Muchos candidatos con cualidades integrales para ser Presidente de la República, no tienen posibilidades financieras y organizativas para enfrentar este mecanismo primario y simplemente se abstienen de participar. Por los tiempos tan complejos que vivimos en el país, creo es el colectivo quien debe buscar una persona para regir sus destinos, no sólo entre el reducido número de quienes puedan proponerse, sino entre quien veamos tienen las condiciones requeridas para retomar el camino de la democracia, del bienestar económico y social, aun cuando esa persona no quiera, en otras palabras, debemos imponer la obligación de la candidatura y no sólo escoger entre quienes aduzcan su derecho a ser elegido. Con el grupo de ciudadanos propuestos con base al cúmulo de sus cualidades, se hace una especie de cónclave asistidos por expertos en mediación y conciliación, sociólogos, técnicos electorales y demás ciencias auxiliares,  saliendo un candidato seguramente triunfador, porque sería el escogido dentro de la sensatez y capacidad de los mismos integrantes del grupo. Un candidato que se sienta con méritos para ser Presidente de la República y sus seguidores, que resulten derrotados internamente por imposición de una maquinaria y sin explicaciones lógicas, pasa a la retaguardia sin ánimos de participar en la campaña, pero si sale convencido de las bondades, cualidades y fortalezas de quien resulte abanderado mediante este método, con toda seguridad va a la contienda sintiéndola propia. Es elemental, es la lógica. Dios proteja e ilumine a nuestro próximo candidato y Presidente de la República.


20/11/2017.

1 comentario:

  1. La propuesta esta apenas enunciada, falta el analisis de la propuesta misma, su operatividad, su marco referencial.

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