sábado, 10 de mayo de 2025

León XIII y el socialismo.

 Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenez

El título no se trata de un error, no es del cardenal Robert Prevost recién escogido por el cónclave como sucesor de SS Francisco y causahabiente de la Silla de Pedro,   a quien quiero dedicar estas reflexiones. Ya habrá tiempo para ello porque, por el currículum presentado, SS León XIV será un extraordinario Papa, un hombre clave en tiempos complicados para la iglesia, el mundo, para la política universal y la paz.

Comentan los conocedores de esta materia que los nombres los escogen los Pontífices conforme a fuentes diferentes, unos por inspiración divina, por espiritualidad, otros por admiración y compromisos con la obra  hacia el homónimo anterior  y también por el significado. En el caso de León, implica fortaleza.

Cualquiera haya sido la razón por la cual el cardenal Prevost, haya decidido ser el Papa León XIV, es positivo, porque correspondió a León XIII un largo y duro período, desde 1878 hasta su muerte en 1903, en el cual debió enfrentar coletazos del Manifiesto Comunista, publicado a principios de 1848 pero posteriormente liderado por Carlos Marx, quien falleció en 1883, durante el primer quinquenio de su papado.

Otro ciclo histórico que debió protagonizar fue la Segunda Revolución Industrial (1850 – 1914), que históricamente conforma un solo proceso con la primera etapa (1760-1850), diferenciada por nuevas técnicas pero similares problemas de índole social, de migraciones, guerras, introducción de tecnologías y mecanización, que indudablemente revolucionaron el tejido social y creaban mayores diferencias entre las clases poderosas, dueñas del capital, por una parte  y por la otra, el asalariado, quien depende de su fuerza para mover las máquinas ajenas y subsistir.

Esta realidad crea confusión en mucha gente, que atribuyen ideales comunistas a los jefes de la Iglesia católica, obligados a defender a los más débiles, a los vulnerables, sin reparar en que ellos pregonan  una doctrina con más de dos mil años, mientras el comunismo mal aplica una calcada hace menos de doscientos años.

León XIII suscribió más de 80 Encíclicas, además de Breves, Bulas, y Constituciones Apostólicas, relacionadas con filosofía, educación, principios de magisterio social, destacándose entre todas sus obras la famosísima Rerum Novarum (“Cosas Nuevas”), publicada el 15 de mayo de 1891, subtitulada “Sobre la Condición de los Obreros”, siendo un hito tan grande en la materia que es conmemorada con Documentos Solemnes de los Sumos Pontífices cada cuarenta años, contados a partir de su publicación primera, lo que la convierte en un documento de permanente vigencia.

San Juan Pablo II destacaba el honor de haberle correspondido el nonagésimo aniversario, a cuyos efectos publicó  el 15 de septiembre de 1981,  Laborem Exercens (“Es por el trabajo”), que analiza al hombre en el amplio contexto de la realidad que es el trabajo, recordando la dignidad y los derechos de los trabajadores y, posteriormente, en  el centenario que inmortalizó con la publicación de Centésimo Annus.

Rerum Novarum asoma el desequilibrio creado por “la acumulación de las riquezas en manos de unos pocos, frente la pobreza de la inmensa mayoría”, advirtiendo que el planteamiento no es “una cosa novedosa”.

Pero el tema es que el hombre, con sus conflictos, da la espalda a esta realidad.

Una ponencia del empresario - ecologista Joan Antoni Melé, expuesta en  “La economía presentada a los más jóvenes”  explica que existe una concentración de riqueza en el 1% de la población mundial, que es similar en profundidad a pobreza del 99% restante. 

El Dr. Melé dice, de manera optimista “que los jóvenes lejos de ser sujetos pasivos de la situación incierta que vivimos, poseen ya el poder y la capacidad de cambiar el rumbo de la economía y la sociedad”. No es pues el socialismo el camino, doctrina descrita atinadamente por León XIII así: “Para remedio de este mal los Socialistas, después de excitar en los pobres el odio a los ricos, pretenden que es preciso acabar con la propiedad privada y sustituirla por la colectiva, en la que los bienes de cada uno sean comunes a todos, atendiendo a su conservación y distribución los que rigen el municipio o tienen el gobierno general del Estado. Pasados así los bienes de manos de los particulares a las de la comunidad y repartidos, por igual, los bienes y sus productos, entre todos los ciudadanos, creen ellos que  pueden curar radicalmente el mal hoy día existente.

Pero este su método para resolver la cuestión es tan poco a propósito para ello, que más bien no hace sino dañar a los mismos obreros; es, además, injusto por muchos títulos, pues conculca los derechos de los  propietarios legítimos, altera la competencia y misión del Estado y trastorna por completo el orden social la propiedad privada”

Continúa la Rerum Novarum su acertado análisis, diciendo “Todas estas razones hacen ver cómo aquel principio del socialismo, sobre la comunidad de bienes,  repugna plenamente porque daña aun a aquellos mismos a quienes se quería socorrer; repugna a los  derechos por naturaleza privativos de cada hombre y perturba las funciones del Estado y la tranquilidad  común. Por lo tanto, cuando se plantea el problema de mejorar la condición de las clases inferiores, se ha de  tener como fundamental el principio de que la propiedad privada ha de reputarse inviolable”.

SS León XIII, analiza con profundidad y destreza, con proféticas palabras a la Iglesia y su problema social; llama a la concordia, no a la lucha; analiza la relación obrero patronal, anteponiendo la libertad y la justicia; se pasea por el tema siempre en debate sobre riqueza, posesión  y uso; naturaleza del trabajo, de los bienes y sus límites;  analiza los deberes del Estado y su contribución a la prosperidad nacional; la libertad de acción de los ciudadanos, dejando a salvo el bien común y los derechos individuales; la situación de menores y mujeres ante el trabajo; salario y jornadas justas; las actuaciones a través de asociaciones religiosas y obreras.

Concluye la magistral Encíclica, joya de los documentos de la Iglesia en que es la caridad la vía para aliviar los problemas y la solución definitiva.

Como quiera que el nombre escogido y la historia de vida del cardenal Prevost, presagian un renacimiento del cardenal  Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci o León XIII desde 1878 hasta su fallecimiento, invito a leer y meditar la Rerum Novarum para estar claros sobre lo que, a bien seguro, será la dirección de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana durante los próximos años. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

10/5/2025.

1 comentario:

  1. Excelente la publicación nos recuerda una Enciclica brillante escrita bajo la luz de los hechos. Aclaro que no soy Católico pero Gracias a amigos como el pública esta reflexión me he instruido un poco más.

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