Jesús A.
Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Quienes esperamos un
cambio de dirección en la conducción del país, en evidente crisis horizontal,
tenemos razones para estar satisfechos con los resultados electorales del
pasado 6D, porque ese cambio empieza por romper la concentración de Poderes que
impide todo diálogo y, con él la posibilidad de reestructurar las políticas
nacionales, que deben favorecer a todos los sectores. No es posible pensar en
multiplicar plazas de trabajo y su remuneración suficiente, si se ataca a los
empresarios; no podemos aspirar a autoabastecernos de alimentos primarios, si
continúan las expropiaciones o más propiamente, las confiscaciones; el Estado
debe reservarse algunas actividades necesarias para cumplir con sus
obligaciones propias, pero no competir con el sector privado. El amigo Pedro
Pablo Fernández, director general de Ifedec, escribió un artículo recientemente
sobre las dificultades en el mercadeo internacional del petróleo y las pocas
esperanzas de estabilización de precios, que por su importancia distribuí por
este mismo medio, que debe llamarnos a todos a la reflexión, porque no es
problema grave para el gobierno sino para el Estado, que somos todos. El
oficialismo debe estudiar con seriedad el mensaje del pasado domingo y no
ocultarlo con la simpleza de la guerra económica, cuando la culpa es realmente
de la economía de guerra a la cual ha sometido al país.
Pero
como Venezuela nos necesita a todos, no puede plantearse, menos adelantarse un
enfrentamiento de Poderes. No está bien que un potencial presidente de la
Asamblea Nacional comience amenazando, ni los diputados electos ofreciendo
leyes, porque esa es decisión colectiva, por ende no depende de ellos en
particular y, aunque ya el tema esté íntimamente conversado, no pueden dar
sensación al país, que seguiremos por el mismo camino de totalitarismo. En la
acera de enfrente, no puede el presidente de la República amenazar con vetar
leyes, porque en esta materia el juego es complicado ya que implica la participación
de tres Poderes. La Asamblea Nacional no obstante ese veto, puede aprobarla con
la mayoría absoluta que obtuvo la oposición, quedando sólo el recurso de
intentarse la inconstitucionalidad de la misma ante la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia. Tengo la impresión que el mensaje no es
precisamente que se empiece ese juego sino que unidos busquen soluciones a la
crisis. El 6D quedó atrás, nos queda un horizonte abierto por delante donde
cada uno debe participar para llegar a puerto seguro. No significa olvidar,
muchos tienen responsabilidad directa y
deben pagar su falta, pero no podemos seguir con enfrentamientos en bloque sin
que se corra el riesgo de perder esta nueva oportunidad que nos fue concedida. Tengamos
calma y cordura, frase que tiene más vigencia que nunca y Feliz Navidad.
jesusjimenezperaza@gmail.com
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