viernes, 30 de septiembre de 2016

Calma y cordura.


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp

Quienes esperamos un cambio de dirección en la conducción del país, en evidente crisis horizontal, tenemos razones para estar satisfechos con los resultados electorales del pasado 6D, porque ese cambio empieza por romper la concentración de Poderes que impide todo diálogo y, con él la posibilidad de reestructurar las políticas nacionales, que deben favorecer a todos los sectores. No es posible pensar en multiplicar plazas de trabajo y su remuneración suficiente, si se ataca a los empresarios; no podemos aspirar a autoabastecernos de alimentos primarios, si continúan las expropiaciones o más propiamente, las confiscaciones; el Estado debe reservarse algunas actividades necesarias para cumplir con sus obligaciones propias, pero no competir con el sector privado. El amigo Pedro Pablo Fernández, director general de Ifedec, escribió un artículo recientemente sobre las dificultades en el mercadeo internacional del petróleo y las pocas esperanzas de estabilización de precios, que por su importancia distribuí por este mismo medio, que debe llamarnos a todos a la reflexión, porque no es problema grave para el gobierno sino para el Estado, que somos todos. El oficialismo debe estudiar con seriedad el mensaje del pasado domingo y no ocultarlo con la simpleza de la guerra económica, cuando la culpa es realmente de la economía de guerra a la cual ha sometido al país.
          Pero como Venezuela nos necesita a todos, no puede plantearse, menos adelantarse un enfrentamiento de Poderes. No está bien que un potencial presidente de la Asamblea Nacional comience amenazando, ni los diputados electos ofreciendo leyes, porque esa es decisión colectiva, por ende no depende de ellos en particular y, aunque ya el tema esté íntimamente conversado, no pueden dar sensación al país, que seguiremos por el mismo camino de totalitarismo. En la acera de enfrente, no puede el presidente de la República amenazar con vetar leyes, porque en esta materia el juego es complicado ya que implica la participación de tres Poderes. La Asamblea Nacional no obstante ese veto, puede aprobarla con la mayoría absoluta que obtuvo la oposición, quedando sólo el recurso de intentarse la inconstitucionalidad de la misma ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Tengo la impresión que el mensaje no es precisamente que se empiece ese juego sino que unidos busquen soluciones a la crisis. El 6D quedó atrás, nos queda un horizonte abierto por delante donde cada uno debe participar para llegar a puerto seguro. No significa olvidar, muchos tienen  responsabilidad directa y deben pagar su falta, pero no podemos seguir con enfrentamientos en bloque sin que se corra el riesgo de perder esta nueva oportunidad que nos fue concedida. Tengamos calma y cordura, frase que tiene más vigencia que nunca y Feliz Navidad.

jesusjimenezperaza@gmail.com

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