viernes, 3 de enero de 2025

Propósito de enmienda.



Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp. 

Cuando comienza un año normalmente hacemos algunas promesas sobre enmiendas de conductas, tratando de perfeccionarla  o enderezar entuertos. Quizás una general pero en extremo importante sea dar voluntariamente  cumplimiento a las normas, tanto las impuestas por el hombre como las divinas, entre las cuales existen marcadas y significativas  diferencias.

El hombre debe regir su actividad a través del cumplimiento de leyes  cuando para su aprobación, han seguido un procedimiento preestablecido. Esa escueta idea nos traduce la existencia de dos actos, uno, el de fondo que es el contenido o supuesto de hecho o normativo; el segundo,  de mera forma, son los trámites requeridos para su validez. Aunque existe una tendencia generalizada a restar importancia a las formalidades, pienso son igualmente fundamentales porque implican el dictamen por una autoridad legítima, la discusión previa entre quienes están llamados a cumplirla y la garantía que puedan ser conocidas, porque más allá que  el desconocimiento de la ley  no exonera su cumplimiento, al menos deben divulgarse para que una persona normalmente diligente conozca sobre su contenido y alcance.

Las normas no se promueven de manera caprichosa, sino que deben tener unas bases vinculadas con los valores que caracterizan a la sociedad, formados por sus costumbres y auto controles históricos.

Para cada ley incumplida se prevé una sanción, una consecuencia jurídica que varía según la gravedad o se atenúa por circunstancias de tiempo, lugar o modo de ejecución.

La ley Divina está concentrada en el Decálogo,  diez Mandamientos tallados en dos Tablas de piedra por orden expresa de Dios, impartida a Moisés en el Monte Sinaí, como reacción contra el pueblo que adoraba a un becerro de oro, lo que dio lugar al valor más importante, basado en el amor: Amarás a Dios sobre todas las cosas. La Biblia los registra en dos libros diferentes, el Éxodo y en el Deuteronomio.

Como quiera que el Decálogo responde a una Alianza o Convenio como reconciliación o perdón por la desobediencia, no tiene condicionamientos, solo la orden estricta:

-       Amarás a Dios sobre todas las cosas,

-       No tomarás su nombre en vano.

-       Santificarás las Fiestas,

-       Honrarás a tus padres,

-       No matarás,

-       No cometerás actos impuros,

-       No robarás,

-       No darás falsos testimonios ni mentirás,

-       No consentirás pensamientos ni deseos impuros,

-       No codiciarás bienes ajenos.

No hay posibilidad de interpretación restrictiva, extensiva ni liberatoria, simplemente deben ser acatadas por mandato impartido por el Supremo. No obstante la sencillez de su redacción, no son  fáciles de  cumplir precisamente porque son lineamientos morales, dirigidos a un pueblo donde la formación interna ha sido desatendida.

Surgen así los conceptos de ética y moral que obviamente han de estar conjugados dentro de las leyes humanas y divinas.  Su cumplimiento es la mejor ofrenda que podemos ofrecer. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

03/01/2025.

1 comentario:

  1. Feliz Año 2025. Excelente lección para un comienzo de año que está lleno de esperanza fundamentado justamente en las leyes del hombre y la Divina

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