Jesús A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
Vuelvo sobre los CLAP, su análisis es fundamental por ser el instrumento puntual del gobierno, para tratar de cumplir con su obligación de satisfacer las primeras necesidades de la población venezolana. Moral y luces pasan al final de la cola cuando el pueblo no está comiendo apropiadamente y están ausentes los medicamentos de uso común. En este aspecto no sólo hablo de alimentarse, sino a ingerir comida para acallar en paralelo los reclamos del cerebro y del estómago y, no me refiero a toda la farmacopea sino al suministro de las medicinas fundamentales, para la preservación y calidad de la vida.
Gobierno y oposición tienen que buscar y conseguir algún punto de coincidencia allanando todo conflicto sobre el tema. Las bolsas de alimentos y las medicinas deben llegar para todos y con la regularidad que la naturaleza humana y la salud imponen.
Freddy Bernal dijo que los CLAP son un programa político. Así lo admito plenamente, pero la política no necesariamente es conflicto. También político fue el proceso de pacificación durante el primer gobierno del doctor Rafael Caldera y el Programa Gran Mariscal de Ayacucho, símbolo de Carlos Andrés Pérez 1. No puede tener otra calificación cuando su fin teleológico es distribuir alimentos a precios razonables y accesibles, en tiempos de escasez y consecuencialmente, de inflación. No debemos, en este aspecto, discutir sobre bases programáticas generales o sobre teorías económicas, mercado, socialismo, humanismo cristiano o de liberalismo. Simplemente debe buscarse una solución inmediata y en la sobre mesa, conversamos sobre estrategias a largo plazo.
No propongo que nos olvidemos de las elecciones regionales, de la re inscripción de los partidos, presos políticos, administración de justicia, transporte público, educación etc. No. Todos estos puntos deben seguir bajo debate político, legal y constitucional. Adelanto que no estoy de acuerdo con depender siempre de productos extranjeros, eso contraría el concepto de soberanía; ni con la distribución exclusiva, que traduce cartelizar la economía y admitir la estructura monopolística que prohíbe nuestro ordenamiento jurídico; tampoco estoy conforme con que sea el Estado específicamente quien distribuya producto alguno, eso es función de empresas privadas para que puedan pagar impuestos y con ellos satisfacer los servicios públicos, construir escuelas, hospitales y carreteras. Pero esta es discusión intempestiva, no le interesa a nadie. Aceptemos que productos foráneos sean distribuidos exclusivamente por el gobierno, por ahora, porque estamos en un estado de necesidad que justifica cualquier conducta.
Sólo expreso la posibilidad de un acuerdo transaccional provisional entre la oposición y el gobierno, que es el responsable del programa, que sea capaz de apartar intereses a un lado y disponerse a buscar una forma de llenar las cajas CLAP y los estantes de las farmacias para que alimentos y medicamentos sean repartidos, apropiadamente, entre las familias venezolanas y los enfermos.
Esa transacción es sólo para permitir una distribución inmediata, clara y justa de los artículos básicos y hacerlos accesibles para todos. Programa paralelo pero de trazado similar, debe establecerse para la distribución prioritaria de medicamentos. En esta materia seguramente es más fácil planificar las entregas, porque sólo puede hacerse a través de las farmacias públicas y privadas, no a domicilio. De manera que para ellas se elabora una base de datos capaz de garantizar el suministro necesario para cada paciente y en los centros dispensadores de salud. En un segundo plano puede determinar la autoridad estatal, el subsidio directo o indirecto, esa es la política socialista generalizada. Las medicinas de alto costo, como siempre ha sido, deben ser íntegramente asumidas por el Estado, al igual que los programas infantiles de vacunación. No creo que el acuerdo sea difícil, vamos a hacerlo!
17/03/2017
Siempre tan acertado Dr. Jesús, y tan difícil para todos lograr conciliar una salida satisfactoria, en nuestras actuales circunstancias, tanto para unos como para otros. Soy profundamente opositora a este régimen y lo que ello ha significado para nuestro país, lagrima, sudor y sangre; es indudable que debe existir, en estos temas tan delicados como la alimentación y la salud, lo que usted oportunamente propone "Esa transacción" "sólo para permitir una distribución inmediata, clara y justa de los artículos básicos y hacerlos accesibles para todos.", esto sin necesariamente dejar la lucha pacifica, que aporta la presión a una salida democrática, ante un gobierno ciego y sordo, a la necesidad de un pueblo. Es necesario, que exista la parte, en este proceso, que esté encargado de
ResponderEliminarextender los puentes por donde deban ocurrir dichos cambios, el dialogo debe ser una alternativa obligada y paralela a la presión de calle.