Jesús
A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp.
Ayer jueves 01 de agosto
del 2024, la pre señalada Sala en
su página web publicó la sentencia N° 025 (Exp. 2024-000034), donde declara su
competencia para conocer el recurso, la admisión, abocamiento e inicio de un “proceso de investigación y verificación
para certificar de manera irrestricta los resultados del proceso electoral
realizado el 28 de julio del 2024”. Seguidamente
convoca a los ciudadanos que participaron como candidatos a comparecer
personalmente en la Sala, hoy viernes a las 2 pm y asume el compromiso de
mantener la paz y la democracia, garantizando la tutela judicial efectiva de
los electores.
Con tan escueta información no podemos hacer ningún
análisis responsable sobre el caso, salvo que no habiendo actuado el presidente
Maduro como candidato que fue en la contienda electoral pasada, sino como Presidente de
la República, no vemos cualidad procesal para el ejercicio del recurso. Tampoco
se desprende del artículo 27 del Tribunal Supremo de Justicia, las atribuciones
de la Sala para sustanciar, investigar, verificar y certificar el resultado de
los comicios celebrados el 28J. Sus potestades se reduce a conocer las demandas contencioso electorales que se interpongan
contra los actos, actuaciones y omisiones de los órganos del Poder Electoral,
tanto los que estén directamente vinculados con los procesos comiciales, como
aquellos que estén relacionados con su organización, administración y
funcionamiento.
Sin embargo, considero pertinente la ocasión para expresar
una angustia, que como ciudadano y como abogado, he reiterado en este blogs. Inicio
con el hecho que tanto la antigua Corte como
el actual Tribunal Supremo de Justicia, han dictado muchas sentencias que nacen, no del
Derecho y sus diferentes fuentes, sino directamente motivadas por “hechos políticos”.
La antigua Corte, por presiones,
permitió la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente no prevista
en la CN1961 como Ley suprema que regía su funcionamiento. Sobre el actual
Tribunal Supremo podemos recordar el
ejercicio extra limitado del control concentrado, por el cual la Sala
Constitucional no solo anulaba normas que es su potestad exclusiva y
excluyente, sino que dictaba leyes como reemplazo convirtiéndose en legislador activo,
publicando decisiones muy flexibles para adaptarlas a hechos políticos.
Pero ese mal no solamente ha tenido origen
jurisdiccional. Algunos políticos que integraron la Asamblea Nacional conformada mayoritariamente
por la oposición en el 2015, debatieron
entre acortar el período presidencial mediante
una enmienda o convocar a un referendo revocatorio o seguir los dos
procedimientos coetáneamente, porque ambos concluían en revocar el mandato
presidencial que era el punto de interés, sin importar que lo primero suponía reformar la Constitución Nacional y el
segundo aplicarla. Refiero simples
ejemplos de múltiples casos que fueron sumiendo al país nacional en un estado de anomia
consentida.
Si de verdad queremos tener y vivir en un sistema
democrático, con equilibrio natural de los Poderes Públicos que garanticen la
supervivencia del Estado y de la República, debemos respetar la Constitución
Nacional y las instituciones. Lo contrario degenera en demagogia, conforme la
doctrina pregonada por Aristóteles, una de las mentes más brillantes de la
humanidad, para quien si se puede recurrir a la política pero como actividad
orientada en forma ideológica, para la toma de decisiones dirigidas a alcanzar
los objetivos fundamentales del hombre, que redujo al bien común y la felicidad.
En una de sus obras, que precisamente llamó “Política”,
Aristóteles se encargó de señalar las formas de organización del Estado y
sistematizar la toma de decisiones, dentro de los cánones de la ética, de la
justicia y la economía, de lo contrario iremos por el cauce de promesas insostenibles que a la larga impiden el bien común y la
felicidad.
Para conseguir la paz a la cual se compromete la Sala
Electoral en su decisión no podemos,
ante los hechos ya ocurridos, buscarla con una sentencia sino a través del
diálogo y la política, pero en la forma concebida por Aristóteles. Dios bendiga
a Venezuela!
jesusjimenezperaza@gmail.com
02/08/2024.
Muy buen articulo..ojalá logremos la paz tal como la concibe aristoteles...amen!!!
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