Jesús
A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Hace
algunos días me refería un apreciado pariente, ahora residente en Centro América,
que departiendo en reunión social con un grupo de amigos donde se encontraba un
ex presidente del país donde vive, alguno comentaba que ellos nunca “serían
como los venezolanos”, refiriéndose al deterioro de la calidad de vida en este
país. La observación lo afectó por la lógica sensibilización de quien está en
período de adaptación como inmigrante, ya que estamos en la creencia y así debe
ser, que Venezuela es ejemplo en el mundo por los muchos aspectos donde nos
destacamos, como riquezas naturales
incluida la acuífera; tierras fértiles, playas y montañas extraordinarias; también
humanas, con destacados deportistas, científicos y reinas de belleza; acogimos
como hermanos a los europeos que huyeron de las pos guerras y a los latinos que
lo hacían del hambre y las necesidades. No podemos olvidar como ejemplo vivo de
solidaridad, tampoco deben hacerlo los países del área, como El Libertador
Simón Bolívar liberó a cinco países del imperialismo español de la época y,
recientemente, como el Dr. Arístides Calvani, ex canciller de Venezuela y fundador
de IFEDEC, acortó su vida en trágico accidente, mientras procuraba la paz en
América Central, precisamente.
Hago
referencia a lo antes expuesto porque creo es responsabilidad del gobierno
nacional tratar que nuestro gentilicio, la venezolanidad, sea reconocida positivamente
más allá de nuestras fronteras. En mi opinión
corresponde a nuestra cancillería explicar en los foros internacionales la
racionalidad del Plan de la Patria y del Socialismo del Siglo XXI, porque se
supone que nuestras autoridades creen en ellos y, por ende, tienen argumentos
sostenibles, independientemente de lo que podamos pensar los opositores al
gobierno.
No
es posible que en descargo de los
argumentos del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Dr.
Luís Almagro, electo por 33 de los 34 Estados Miembros para dibujar ante el
Consejo Permanente y la comunidad internacional, el peligro que en Venezuela se pierda el sistema
democrático, recurra la canciller Dra. Delcy Rodríguez no a desvirtuar los hechos que nos imputa el
Informe, sino a atacar al portavoz llamándolo “mentiroso, deshonesto, malhechor, mercenario y traidor”. Igualmente
es inapropiado calificar a la OEA “como
una organización a la deriva y sin brújula, con pasado nefasto y constructor de
un fracaso futuro”. Además de ser un lenguaje no cónsono, con el riesgo de
meter en el mismo saco a los países hermanos que voten favorablemente y a los
numerosos ex presidentes que unan su voz en respaldo del informe Almagro, se pierde la oportunidad y el ambiente
para presentar argumentos defensivos y las pruebas que la canciller crea
procedentes.
Otro
tema internacional, igualmente delicado que por esa misma razón debe ser
atendido, básicamente por vía diplomática, es la instalación de un campamento
militar en el Arauca que según la versión colombiana, fue en su territorio y de
acuerdo a nuestras autoridades en suelo
patrio. No tengo dudas de la imprecisión que pueda generarse en una frontera
trazada por ríos. En Derecho esta es una figura conocida como accesión inmobiliaria horizontal, causada
por la mutación de cauces y formación de islas, que dan lugar a un incremento en las orillas de las
corrientes de agua, que pueden ser paulatinos (aluviones) o repentinos
(avulsiones). Lo raro es que siendo esta una frontera bien custodiada,
peligrosa por el tráfico de drogas, guerrillas colombianas, delincuencia común,
entre otros, no exista una delimitación técnica, indubitable, que evite
cualquier género de equívocos en las acciones civiles, administrativas y
militares de ambos países. Ojalá y este incidente nos haya dejado la
experiencia necesaria para evitar cualquier problema mayor en el futuro. Dios
guarde a Venezuela!
31/03/2017
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