lunes, 24 de julio de 2017

Del lado correcto para labrar el futuro.


A mi amigo el Dr. Ramón Pérez Linárez, dedico.

Resultado de imagen para futuroPara la pretendida refundación de la República acogida en el Preámbulo de la Constitución de 1999, como estandarte en las ideas del  presidente Hugo Chávez, se resalta  que ya no sería sólo el Estado que debe ser democrático, sino la sociedad. En principio, la oferta fue una más de su inagotable populismo. Ni el Estado, ni el gobierno ni las sociedades intermedias podían serlo, dentro de su concepción política.
El vocablo democracia es equívoco,  etimológicamente no puede variar por sus raíces griegas que significan poder del pueblo, pero es obvio que se adapta a circunstancias de tiempo, lugar y modo, razón por la cual no siempre lo interpretamos en el mismo sentido.
Entre Platón y Aristóteles, en la antigua Grecia, aunque ambos la concebían como contraposición a la monarquía o concentración del poder en una sola persona, el rey, existía una evidente diferencia ya que  el primero la definía como  el ejercicio del  gobierno por la multitud, es decir, por la mayoría numéricamente considerada, mientras Aristóteles la concebía como una mayoría calificada intelectualmente, acercándose más al concepto de aristocracia.
Al final del absolutismo francés y como centro de la Revolución de 1789, se le dio un sentido más sociológico para  resaltar  los derechos fundamentales del hombre, propiedad, libertad e igualdad, contenidos indefectiblemente dentro del concepto. Si Fernando XVI hubiese sabido captar las pretensiones populares, reconociendo y permitiendo el ejercicio de estos derechos, seguramente su gobierno y con él la  monarquía, no hubiese terminado de forma abrupta.
Por su etimología el término democracia va íntimamente ligado  a la idea del poder, aunque pocas personas piensan en éste como camino para servir a sus semejantes, que es precisamente de quienes dimana la fuerza. A la mayoría no les interesa su ejercicio efectivo, el cual considera más como una carga que le impide sus quehaceres rutinarios. Esto explica la falta de candidatos para dirigir una junta de condominios, asociación de vecinos, colegios gremiales o sindicatos. Tampoco parece que le interesa mucho a la gente común la forma de organización social, aunque si es reclamante activa contra quien restrinja, dificulte o prohíba el ejercicio de sus libertades y derechos individuales.
Podría entender el concepto de sociedad democrática auspiciada por nuestra Constitución, cuando la imposición de la conducta la haga el pueblo hacia los gobernantes y no al revés, como es el caso actual de Venezuela.

La primera Constitución del siglo XX (1901) reconoce que la soberanía reside en el pueblo, pero  que éste no gobierna sino a través de sus mandatarios para poder garantizar la libertad y el orden. Era difícil para una Venezuela recién salida de montoneras y caudillos, que pudiera permitirse el ejercicio de una democracia directa.
En 1961, se reconoce que el gobierno de Venezuela es y será siempre democrático, acompañando la definición con adjetivos, que aprecio como los que realmente la configuran y fortalecen: La responsabilidad y alternación, que implican permitir y auspiciar el control recíproco de los Poderes Públicos;  proveer los servicios básicos a la población, para lo cual deben ser administrados con honestidad los ingresos del Estado y,  evitar la dañina permanencia en el poder de una misma persona o grupo. Muchas fallas comenzaron a presentarse en nuestro sistema democrático durante la segunda mitad del siglo XX, que afectaban esas características. Ellas fueron oportunamente diagnosticadas, recomendándose correctivos por varios líderes, sin que hubiesen sido acatadas trayendo esas lluvias de entonces,  una gran tempestad.
Ese virus se fue agravando y cual cáncer maligno, hizo metástasis. El pueblo comenzó a buscar y  consiguió,  como los israelitas en el éxodo, un becerro de oro a quien seguir y en poco tiempo nuestra democracia quedó vacía, sin la responsabilidad y alternación previstas. Hoy conseguimos un Parlamento desconocido por los demás Poderes del Estado, sin que se hubiesen producido dos votos de censura contra el Vicepresidente Ejecutivo, única causa constitucional para su disolución; una Sala Electoral que en vacaciones y sin cumplir los requisitos formales para dictar una cautelar, evaporó la mayoría calificada  que el pueblo de Venezuela había aprobado para la conformación de la Asamblea Nacional; la Sala Constitucional, conformada con magistrados designados sin el debido proceso declaró inconstitucionales todas las leyes dictadas por el Poder Legislativo, sin elementos de hecho y Derecho sustentables. Fue distorsionado el orden democrático cuando se permitió que sendas medidas preventivas dictadas por jueces sin jurisdicción, que jurídicamente implica mayor gravedad que la  incompetencia,  desconocieran el derecho del pueblo venezolano a solicitar, tempestiva y debidamente como lo hizo, el referendo revocatorio contra el Presidente de la República y que éste, a su vez, ilegítimamente, convocara a una Asamblea Nacional Constituyente, acto que corresponde de manera exclusiva y excluyente al titular de la soberanía. Todos estos actos, entre otros, cumplidos por el gobierno del presidente Maduro o bajo su dirección, han herido nuestro sistema democrático, el cabal funcionamiento del Estado y su estructura como Nación.
No es posible saber, imaginar siquiera, que puede pasar en Venezuela, aunque el dolor físico y espiritual de unos y la justificada angustia de todos lo presienten. Sólo puedo afirmar que la mayoría de nuestro pueblo  es democrático conforme a nuestra concepción histórica,  tanto en el sentido  platónico como en el aristotélico y tanto en el campo político como jurídico.
Creo no debe repetirse que estamos en el lado correcto de la historia, ella implica hechos pasados y por ende fácil de analizar y atinarle porque ya los conocemos. Por convicción,  el pueblo de Venezuela está ubicado en el lado correcto para labrar su futuro, ahora  lleno de esperanza y fe.  Dios proteja al pueblo de Venezuela y juzgue a quienes la oprimen!.

jesusjimenezperaza@gmail.com

24/07/2017

3 comentarios:

  1. Gracias por la dedicatoria, excelente analisis.

    Chuveto

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  2. Chebeto saludos, como siempre, atinadas reflexiones. Gracias¡

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  3. Como siempre mi apreciado Dr. un puntual y certéro análisis! Un saludo a la distancia! Alfonso ochoa

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