Jesús
A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp

A escasos sesenta días del acto electoral, tampoco
parecen estar convencidas que el simple cambio de gobierno, en las condiciones
ofrecidas hoy, podrá sacarnos de esta
espantosa crisis que vive el país. No es difícil atinar la razón del
escepticismo. Siempre hemos creído en un binomio indispensable para crear
confianza, ganar elecciones y, sobre todo, gobernar: líder y programa, pero esa
conjugación no se logra en corto plazo, no se impone y allí está, no sé si el
error del principal candidato opositor o la jugada maestra del gobierno. Henry
Falcón puede ser un buen candidato y garantizar el cambio, tiene condiciones de
liderazgo para hacerlo, pero en una pista más larga, necesita del tiempo y del
cumplimiento del cronograma como lo prevé nuestro ordenamiento legal. También
requiere mayor espacio para convencer sobre el centro de su oferta electoral:
la dolarización. Economistas de mucho prestigio y reconocida probidad se
muestran contrarios a cambiar nuestro
devaluado signo monetario -ya me apena
nominarlo con el apellido del Padre de la Patria- por la divisa norteamericana, que si bien
pudiera frenar la hiperinflación, impediría nuestro crecimiento económico, no
mejora nuestra posición ante la inexplicable deuda pública externa que nos
asfixia, ni alivia la inmediata necesidad de alimentos y medicinas accesibles.
Este sui géneris y maligno panorama está
confabulado para destrozar los principios elementales que rigen nuestro sistema electoral:
1.- La pluralidad de opciones. Por
vía administrativa fueron inhabilitados una serie de candidatos, aplicando
indebidamente el artículo 105 de la Ley de la Contraloría General de la
República. También el “Decreto Constituyente” del 27 de diciembre del 2017,
inhabilitó varias organizaciones políticas por no haber participado en el proceso
para elección de gobernadores de Estados, incurriendo en dos faltas muy graves,
aplicó de manera retroactiva una sanción y violentó el principio de
progresividad de los Derechos Humanos, porque hasta esa fecha la sanción sólo
era aplicable ante la falta a dos citas electorales. 2.- Inalterabilidad de los procesos electorales. El artículo 298 de
la Constitución Nacional prohíbe cualquier cambio de condiciones dentro de los
sesenta días que preceden al de votación. Una sentencia del 10 de agosto del
2004 (Exp.
03-1103) de
Sala Constitucional, autorizó algunas excepciones a este dispositivo relacionadas
con consultas referendarias porque no invaden la reserva legal, según la
sentencia, pero ratificó la prohibición
de alterar las previsiones de las leyes electorales aprobadas por la Asamblea
Nacional. 3.- Equidad en la participación. Aunque todos los procesos
electorales desde el 2004 violentan este principio porque el Ejecutivo en combo
con el PSUV y el CNE, actuando en conjunto como Estado, no pueden equilibrarse
jamás con las actuaciones de los candidatos opositores, en este proceso
presidencial se ha notado más que nunca una inusitada y desenfrenada campaña
del presidente – candidato, de todos los funcionarios públicos haciendo proselitismo
abierto utilizando bienes públicos como vehículos y emisoras, además de ataques
y amenazas contra diferentes grupos con el fin de atemorizar a los contendores.
No creo que todo este desolador panorama esté
convenciendo indecisos, ni animando la participación electoral, ni tan siquiera
preservando partidarios. De lo que sí estoy plenamente convencido es que el 20
de mayo del 2018 marcará un nuevo día para el escepticismo y la desesperanza.
Dios proteja a Venezuela.
18/03/2018
Bien, el otro punto negativo es no poder escoger libremente, puedes votar pero no es suficiente, no hay voluntad férrea para defenderse en las mesas hasta el final. Yo tuve experiencia y puedo contarte que apenas se enteraban que íbamos perdiendo, lloraban y abandonaban. Solo queda tener FE y Esperanza. Salud y abrazos.
ResponderEliminarEl régimen acabo con la constitucionalidad, y en consecuencia con la seguridad jurídica en Venezuela.
ResponderEliminarLa posibilidad de materializar efectivamente un triunfo electoral, es imposible de alcanzar mientras este presente el secuestro del poder politico a traves de la espuria ANC, aunado a la triste realidad de una fuerza armada nacional que no responde a los intereses democraticos de la mayoria de los ciudadanos sino al interés de un regimen comunista. En conclusiòn hemos perdido uno de los elementos fundamentales del estado moderno: la organizaciòn política (INSTITUCIONALIDAD) y jurídica (LEGALIDAD.
A mi juicio en estas condiciones ganando, PERDEMOS.