jueves, 7 de junio de 2018

Los presos políticos y los derechos humanos.

Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp 
Los derechos humanos han existido siempre, se dice que es materia que incumbe al Derecho Natural, son anteriores a las leyes escritas e innatos en el ser humano, por ende, nacieron con la aparición del hombre sobre la tierra. Sin embargo,  su génesis formal se remonta a la Declaración de Independencia de Estados Unidos, el 04 de julio de 1776, cuando bajo dictado de Thomas Jefferson el Estado asume el reconocimiento y protección de la vida, libertad e igualdad, como derechos inalienables. Esas fueron las bases de la Revolución Francesa (1789) y, posteriormente, de las Convenciones de La Haya de 1889 y 1907. En la época moderna resalta, como fuente de los mismos,  la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948.
Estos derechos que son inalienables, intransferibles, irrevocables, irrenunciables, progresivos y universales, desbordaron los inicialmente anunciados por Jefferson y hoy se clasifican por grupos, constituidos por los económicos y sociales, los relacionados con la administración de justicia y, actualmente, están reconocidos los de cuarta generación vinculados al medio ambiente, que incluye toda forma de vida como animales y flora. 
En general, ninguno de los derechos anunciados tiene mayor importancia que otros, puesto si bien la vida es una garantía primaria, absoluta, ya que ninguno puede existir sin ella, tampoco se tendría vida plena si se desconocen los de aparente menor jerarquía, como propiedad, libertad y salud. De manera que los derechos humanos deben tenerse como un conjunto, deben coexistir integralmente para que el hombre pueda sentirse como un ser pleno de dignidad.
Este pequeño recuento lo hago por la diatriba desatada durante la semana, en relación a la liberación de los presos políticos y algunas circunstancias concomitantes, como la actuación de los gobernadores de oposición y la entrevista de Pedro Pablo Fernández con el presidente Maduro, abogando por la libertad plena o por mejorar el estado de los privados de libertad; el acto formal ante la Asamblea Nacional Constituyente, imponiéndoles  condiciones de liberación y unas declaraciones atribuidas a Antonio Ledezma, donde reprocha que se hayan aceptado las mismas.
No es justo que los presos políticos hayan estado un solo día privado de su libertad, por no haber cometido hecho punible debidamente tipificado y demostrado por la Fiscalía, como tampoco lo es que deban salir de la cárcel con sus derechos limitados por medidas sustitutivas, pero tampoco es posible que quien no sufra directamente la restricción de su libertad, o quien no tenga relación conyugal o consanguínea, con el beneficiario de las mismas pueda juzgarlo por el hecho que las haya aceptado en forma limitada. Obviamente la libertad, como garantía constitucional es inviolable y debe tener todas las características establecidas en el artículo 44 de la Suprema Ley, requiriéndose para perderla, orden judicial excepto ante la comisión de un delito in fraganti, teniendo además todo detenido derecho a comunicarse con familiares, abogados o personas de su confianza, entre otros condicionamientos excepcionales, por lo que no entendemos algunas denuncias de aislamiento a las que fueron sometidos, según han afirmado públicamente.
Cualquier restricción es una violación a ese derecho fundamental, pero sólo podemos cuestionar al verdugo, sin someter a escarnio o críticas a quien de alguna manera acepte el cumplimiento de una condición que le sea más favorable, aunque continúe siendo ilegal la restricción. Tampoco podemos juzgar a quien abogue por ellos. En este orden de ideas, es inaceptable una privación ilegítima de la libertad, pero una vez ocurrida es válido para quien la sufre, procurar  alguna medida sustitutiva, lo que en ninguna forma puede considerarse por terceros como una rendición, renuncia o reacción desprovista de dignidad.
Agradezco como venezolano y cristiano a todos los participantes activos para  la obtención de ese bálsamo que mejoró la situación de quienes aceptaron para sí o sus familiares, condiciones distintas a las vividas en un calabozo oscuro y desolado, descritas por nuestro Andrés Eloy Blanco:
       ....................................
Pero, yo no siento frío,
Ni calor, ni piel siquiera;
Los grillos me han hecho callos
En las piernas.
…………………….
Se podría estar callado,
Callado….pero no puedo!
Los grillos le han hecho callos al silencio.
“Los grillos me han hecho callos”
Castillo de Puerto Cabello. 1931.
Andrés Eloy Blanco.
          Ya tenemos los derechos humanos en la Constitución Nacional de 1999 y en los Tratados internacionales. Ya sólo falta que todos los humanos tengan y gocen plenamente de esos derechos! Dios bendiga a Venezuela!
07/06/2018

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