lunes, 3 de septiembre de 2018

El hombre es el lobo del hombre.


Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp

Según el primer Libro de la Biblia, el Génesis,  que describe el origen del mundo para los cristianos, la tierra estaba en tinieblas, vacía, de manera que el Supremo Creador comenzó por hacer la luz  separando la noche, luego hizo las aguas, las plantas, también los  frutos, después los animales. Así, cuando todo estuvo íntegramente  preparado para su bienestar, creó al hombre a su imagen y  semejanza.
Nunca quiso Dios que su principal producto enfrentara nada que perturbara su existencia. La Tierra, en consecuencia, fue dotada de todo y para todos, sin embargo el hombre llevaba dentro de sí, una semilla que genera variadas atrocidades, presto a ejecutar atentados tanto individuales como colectivos contra su misma especie.
El comediógrafo Plauto, que vivió entre la primera y segunda centuria antes de cristo, acopló la célebre frase homo homini lupus, "El hombre es el lobo para el hombre", que mas tarde fuera reconocida como sentencia de Thomas Hobbes en su obra El Leviathán, para describir cómo la lucha y la pretensión de destrucción contra el prójimo, es el estado natural del hombre por llevar dentro de si un animal salvaje capaz de las más graves acciones.
Reconoce Hobbes que, no obstante esta tendencia hacia el mal, somos capaces de lograr acuerdos de convivencia mediante un contrato social, concebido y aplicado por una autoridad absoluta. Estos convenios pasan por la renuncia a parte de los derechos naturales del ser humano, como la libertad plena o absoluta, pero siempre se presentan rupturas del convenio y con ello a la armonía, a la paz.
Para Jean-Jacques Rousseau, por el contrario, el hombre es bueno por naturaleza. Si bien en el campo teórico  se anteponen las teorías de Hobbes y Rousseau, en el fondo tienen puntos de convergencia, porque acepta Rousseau que a la larga el hombre puede corromperse, aunque haya nacido bueno  y esa corrupción es obviamente, producto de la acción de otros hombres.
El pacto social es lo que llamamos ley, determinantes de conductas prohibidas o de obligatoria ejecución. Ellas deben ser redactadas y promulgadas por la autoridad previamente designada. Otros órganos deben interpretarlas y aplicar  una  sanción justa ante su incumplimiento.
He allí el problema en Venezuela: rompimos el acuerdo. Una Asamblea Nacional Constituyente, surgida sin base, asumió la función legislativa que aplica el Presidente de la República de manera caprichosa.
Además del caos que vivimos los venezolanos ante la escasez de productos fundamentales, hiperinflación e inseguridad, afrontamos diariamente la tragedia de desconocer el valor material de las cosas y las formas de pago de cualquier bien o servicio.
Por otra parte las funciones del Banco Central de Venezuela están diluidas entre varios funcionarios e incumplidas sus competencias constitucionales. A este Instituto, que es persona jurídica de Derecho Público, con plena autonomía para la formulación y ejercicio de sus gestiones corresponde de manera exclusiva y obligatoria, garantizar la estabilidad de precios y mantener el valor tanto interno  como externo de nuestro signo monetario, que por cierto es el bolívar, a secas, sin apellidos, simplemente porque la unidad monetaria debe ser individualizada como lo impone el artículo 318 constitucional. No pueden coexistir el bolívar con uno fuerte y uno soberano, porque se activa la confusión.
Por consiguiente, corresponde al Estado en pleno, defender la estabilidad económica, la vulnerabilidad de la economía, la estabilidad monetaria y de precios, porque es materia fundamental para asegurar el bienestar social, además  la seguridad de la República. Por la magnitud e importancia de las acciones debe estar al frente el Presidente de República, como nuestro funcionario de más alto rango administrativo y coordinador de los acuerdos y programas macros cuya ejecución se requiera, pero sin irrespetar las funciones propias del Banco Central de Venezuela.
Es alarmante que al presidente de dicho instituto y sus directivos ni tan siquiera los conoce el pueblo llano de Venezuela, lo que significa que no han afrontado la situación, han incumplido su gestión pública, hecho que les acarrea sanciones morales, administrativas y penales. Ellos han roto el pacto social convirtiéndose en lobos  para sus connacionales. Dios proteja a Venezuela!

03/09/2018.

3 comentarios:

  1. FELICITACIONES POR EL BLOG Y ESTOY DE ACUERDO CON ESTE ACUSIOSO ARTICULO.

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  2. Ojalá podamos conciliarnos como individuos, a lo interno y externo, y lograr los cambios necesarios, que nos ayude a recomponernos como sociedad.Creo que somos buenos por naturaleza.

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  3. Como siempre, muy bueno tu artículo, didáctico y como hombre del derecho, en la linea del "deber ser".

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