Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Durante
la II Guerra Mundial Winston Churchill y
Adolph Hitler acordaron no bombardear a Oxford, Cambridge, Gotinga y
Heidelberg, para preservar los tesoros artísticos de las dos principales ciudades
universitarias en Inglaterra y Alemania,
respectivamente[i]. Es el ejemplo de un acuerdo incidental y secundario
dentro del marco de la conflagración hemisférica, entre dos líderes de postura
irreconciliable, en un escenario de altísima responsabilidad política y
militar, quienes toman en consideración la conveniencia colectiva.
La
dirigencia surge en grupos grandes o pequeños porque los dirigidos permiten en forma expresa
o tácita, la figuración especial entre
algunos de sus componentes, cuando captan en los elegidos condiciones de
credibilidad, preparación, generación de confianza y, en fin, otros atributos
que lo hacen despuntar sobre la masa.
En
política, el verdadero dirigente no debe actuar para buscar la inmediata
aprobación de la acción propuesta o ejecutada, sino la consolidación del
bienestar integral del grupo o de un acto puntual. Esa es la diferencia entre un
demagogo y el estadista.
Como
las condiciones de un país varían constantemente, las programaciones pre
diseñadas pueden requerir de ajustes, caldo de cultivo para la feroz y no pocas
veces maligna e insostenible, acusación de incoherencia.
En
Venezuela y el mundo, estamos viviendo momentos de mucha angustia, tensión y
peligro, lo que requiere de un liderazgo firme, responsable y también revisar
políticas y programas. No creo haya duda razonable en aceptar que los líderes
fundamentales del país, actualmente, son los presidentes de la República
Nicolás Maduro Moros y de la Asamblea
Nacional Juan Guaidó Márquez, el primero jefe del gobierno y el segundo, de la
oposición.
Los
liderazgos no son permanentes ni eternos, pero quien pretenda disputárselos, a
lo que se tiene derecho, deben esperar la oportunidad propicia. En estos
instantes la atención colectiva, está puesta sobre la pandemia que nos amenaza y en las acciones determinantes, para el
supremo fin de erradicarla. De manera que lo apropiado para todos es coadyuvar,
proponer y apoyar. Para el líder oír, analizar y ejecutar.
En
tiempos pacíficos o de normal
confrontación solíamos escuchar de
muchos dirigentes, que la Constitución Nacional es una carta de navegación, un Tratado
para regir en las divergencias. Entonces ciudadanos Maduro y Guaidó,
demuéstrenlo. Estamos en unas condiciones excepcionales, incluso provenientes
de allende los mares. Reúnanse y analicen los siguientes puntos, entres otros
que crean convenientes:
1.- Es difícil que llegue ayuda externa. Todos los países
están surfeando sobre los problemas políticos, económicos y ambientales
generados por el virus. En principio debemos contar sólo con nuestro territorio
y nuestra gente.
Incluso
las remesas que se han constituido en
un bálsamo para nuestra devastada economía van a amainar ostensiblemente, por
decirlo suave. La recesión que acogota al mundo hará que los recursos generados
por nuestra diáspora permanezcan allá, por limitaciones tomadas por las
autoridades o bien porque el trabajo cumplido rendirá menos y primero deben
satisfacerse la necesidades propias, que en el exterior se magnifican.
2.- Las
medidas iniciales tomadas por el gobierno nacional, vistas las experiencias de
España, Irán e Italia, parecen las correctas. Lo primero es ordenar la
cuarentena limitada como se hizo, a los enfermos y custodios y, después
extendida de forma general porque, repito, las opciones deben revisarse y
mejorarse. Inglaterra aprobó inicialmente mantener fronteras abiertas para
lograr inmunización, visto el resultado negativo, las cerró. El presidente
Trump no le dio mucha importancia al
problema en sus inicios, ahora está dictando órdenes ejecutivas para el control y tratamiento del corona virus,
lo que implica apropiada reorientación del rumbo.
Lo
ideal es que la inmovilización sea voluntaria, pero ciertamente que muchas
personas viven al día y deben salir a las calles obligados por las
circunstancias, porque los seres humanos
tenemos la “mala costumbre” de comer todos
los días y si es tres veces, mejor. Esta
cuarentena necesaria la cumpliremos poniendo nuestros máximos esfuerzos, si
vemos que los dirigentes supremos están acordes en ella. Entre todos conseguiremos
la solución ideal a las carencias. Recordemos los dos burritos atados, símbolo
del cooperativismo, halando cada uno
para su lado para alcanzar la comida, ambos pasaron hambre. Cuando se unieron
comieron los dos de un lado y después de otro.
3.- Un dirigente nacional decía por las redes sociales, valido de las
circunstancias, que quienes deben dirigir la lucha contra el virus son los médicos, verdaderos héroes de blanco.
No es cierto, eso es populismo barato. Los médicos son los titanes técnicos
para curar del mal y asesorar sobre las medidas a tomar. Pero la
programación general es producto de políticas públicas que deben ser
diseñarlas y ejecutarlas por el gobierno nacional, valiéndose de los órganos
que fueren menester, incluida la fuerza militar. Me parece que debió el
dirigente empezar por reconocer la necesidad de la reclusión voluntaria, porque
facilita que sus fans cumplan la orden pacíficamente.
4.- Es cierto que las carencias de instalaciones
hospitalarias, de servicios y otros males colectivos son producto de la
corrupción imperante en Venezuela, desde su nacimiento como Nación, hoy con
crecimiento exponencial. También debemos hacer un mea culpa por haber concebido
la educación como un gasto y a los maestros y profesores, como cargas del Estado.
Pero esos son debates postergables. Bastante castigo tenemos hoy como
consecuencia de tales errores, que deberemos corregir mañana al salir de la
tormenta.
5.- Deben ustedes, ciudadanos Nicolás Maduro y Juan Guaidó,
pensar de inmediato en fortalecer las instituciones. En primer término debe
apoyarse al Presidente de la República y su equipo, haciéndole sugerencias
prudentes y bien intencionadas, ya llegará el tiempo de juzgar su gobierno.
Debe
reconocerse la Directiva de la Asamblea Nacional designada en el 2015. Ella es
fundamental para refrendar los Decretos de Emergencia que dicte el Presidente
Maduro y aprobar las prórrogas necesarias. Eso es lo que prevé la CN99.
6.- Sin el acuerdo conjunto de los Poderes Ejecutivo y
Legislativo, estamos dando una
excusa perfectamente legal al Banco Mundial, para negarnos los indispensables recursos financieros y
humanos solicitados, a los cuales tenemos derecho. Ellos conocen nuestras normas:
Son atribuciones del Presidente de la República, administrar la Hacienda
Pública y celebrar contratos de interés nacional (art. 236.11 y 14, entre
otros) y a la Asamblea, autorizar la celebración de dichos contratos (arts. 150
y 187.9, entre otros).
De
nada valdrán la sentencia interpretativa en contrario dictada por el Tribunal
Supremo de Justicia, ni el reconocimiento al Ing. Guaidó por 60 países de la
comunidad internacional, simplemente porque ni el Tribunal ni el acuerdo
señalado sustituyen la soberanía residente en el Pueblo de Venezuela, que dejamos
estampada en referendo nacional aprobatorio el 15 de diciembre de 1999. El
Ejecutivo administra y el Legislativo controla. El segundo dicta la norma, el
primero la hace cumplir, lo demás es usurpación.
Sobre
este punto he escuchado sólidas críticas al presidente Maduro, porque él y
otros altos funcionarios de su partido, otrora hablaron pestes del Banco
Mundial y juraron nunca recurrirían a dicha institución. Cierto, fue un error
arrastrado desde el presidente Chávez, que implica ligereza en el ejercicio de las
altas funciones que desempeñan y ausencia de humildad. También recuerdo cuando
Hugo Chávez gritaba que podían ponerle
el petróleo en cero. Hoy el señor Maduro, afortunadamente, rectifica y hace una
solicitud lógica y necesaria para el país nacional. Ese dinero no llegará si lo
pide sólo el presidente Maduro, tampoco si hace lo propio el ingeniero Guaidó,
porque no está reconocido válidamente como Presidente de la República y no
bastan encuestas, ni la opinión de países poderosos de la comunidad
internacional. Hay reglas. Esos organismos como los seres humanos, se rigen por
normas que deben ser cumplidas. Olvidemos discusiones estériles y hagamos lo
que haría un bonus pater familiae, sujeto
normalmente diligente y prudente, extraído del Derecho Romano.
7.- Me parece conveniente dictar un Decreto de Indulto en beneficio de todos los diputados presos o
que permanecen fuera del país, por las amenazas sufridas, para que la Cámara se
integre apropiadamente.
8.- Debe ser disuelta la Asamblea Nacional Constituyente. Ninguna
confianza genera a los ciudadanos, conocidas su forma de convocatoria e
instalación. Debe disolverse la Asamblea Nacional paralela, constituida ilegalmente
en enero del presente año. El común de los venezolanos percibimos que la
mayoría aducida es ilusoria y por tanto írrita. Tampoco la aceptará el Banco
Mundial porque saben cómo fue designada con suplentes, sin derecho de
incorporación, a tal punto que no han presentado la lista de diputados
incorporados a la sesión del 05 de enero.
9.- Recuerden y tengan como norte el artículo 136, in fine CN1999:
“Cada una de las ramas del Poder Público
tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio
colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado”.
Este
dispositivo está copiado al calco de la CN1947 (art. 136); a su vez de la CN1953
(art. 59) e igualmente de la CN1961 (art.118), entre las que he podido
revisar, lo que implica las bondades de la orientación de la norma, a través de
diferentes épocas de nuestra vida republicana, resultando obligante su respeto
y acatamiento. Dios bendiga a Venezuela y les de a ustedes humildad, serenidad
y sabiduría!.
Mi apreciado amigo Jesús, en esta cuarentena en que casí todo los países estamos, me dédique a leer, y aproveche de re-leer tus artículos, y me quedo corta cuando digo EXCELENTES, te felicito, y sigue permitiendo que tu creativa mente te lleve a escribir, tus relatos serán historia para todos los venezolanos.
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