Jesús
A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
La
utilización de puntos suspensivos en el título, antes y después de la palabra
Navidad, es simplemente porque no consigo un adjetivo para calificarla
apropiadamente. La Navidad no puede ser triste,
porque conmemora el nacimiento de Jesucristo, estamos en tiempos de Adviento y
por ende de regocijo. Empieza el año litúrgico en la Iglesia y se renueva la
esperanza con la llegada del Niño Jesús, primera etapa en la vida terrena del
Hombre que Dios envió para redimirnos.
Pero
no sería sincero calificarla como alegre.
Por el planeta está esparcido un
virus maligno convertido en amenaza para todos sus habitantes, de pobres y
ricos, sin distinguir razas ni credos, que de bien seguro va a alterar el Índice
de Desarrollo Humano, indicador aceptado por la Organización de Naciones Unidas,
producto de la confluencia del promedio de salud, conocimientos y nivel de vida digna.
En
Venezuela se agregan los problemas de todos conocidos, que nacieron fundamentalmente
con la llegada del comunismo a nuestro país, mal que en sus inicios creó una
división política pero cual bacteria destructora, fue paulatinamente penetrando
la comunidad e incluso las familias; continuó con la confiscación de empresas,
la ocupación de fincas, deterioro de los servicios públicos, afectación de la
infraestructura vial y arquitectónica, trayendo como consecuencia hambre,
miseria y desempleo, dentro de los estándares reconocidos por la Organización
Mundial del Trabajo (OIT).
La
situación es inocultable, tanto que el pasado lunes 21 de diciembre del 2020,
en horas de la tarde y en cadena nacional, el presidente Maduro lo reconoció,
al señalar la necesidad de una urgente “recuperación
económica”, que atribuye a las medidas dictadas por Estados Unidos, pero
todos sabemos que ellas, que obviamente no
sólo afectan al país sino al pueblo en general se deben, además, a la
improvisación y desatino en los
programas del gobierno.
Preguntó
el Presidente, a los oyentes, quienes eran economistas para que le ayudaran a
diseñar apropiada estrategia para “iniciar una
renovación profunda dentro de la revolución”. Me hizo recordar la anécdota cuando frente al grupo de comandantes
guerrilleros, Fidel Castro en 1958 preguntó quién era economista, para designarlo en la dirección del Banco Central de Cuba.
De inmediato se levantó el Ché Guevara, quien había entendido necesitaba a un comunista.
El
episodio que más bien debería calificarse como un chiste malo, de humor negro,
presagiaba lo que sería un desastre de gobierno. Para un país recién salido de
una dictadura y de un movimiento de guerrillas, improvisar en un cargo que
requería de una persona experta en el tema económico e internacional, para
insertar a Cuba en el conglomerado mundial, recurrir a Guevara, médico que no
había dedicado su ciencia a la salud y vida, sino al dolor y la muerte, no era
la mejor decisión.
Volviendo
a Venezuela la misma escena resurge con mayor gravedad, porque Fidel Castro
cometió ese desatino por la urgencia aunque ella no lo justifica, pero hoy y
aquí, después de veinte años de revolución comunista y siete en el poder
absoluto por parte del presidente Maduro, es inconcebible. Se supone que ya
debería tener diseñado un plan económico afín con la ideología del régimen, y
escogido un grupo de profesionales capacitados para ejecutarlo.
Otro
punto abordado en la cadena fue señalar a los miembros de la Asamblea Nacional,
por instalarse el próximo 5 de enero del 2021, que “una de las primeras leyes que hay que introducir al debate el mismo 5
de enero es la Ley del Parlamento Comunal”. Este tema debe ser analizado
por los tantos y laureados constitucionalistas que militan en la oposición,
quienes en mi criterio, deben empezar por aceptar ese hecho político, a la vez
jurídico, olvidando la utópica doctrina de la continuidad administrativa de los
diputados que elegimos en diciembre del 2015.
El
Parlamento Comunal, conforme al artículo 21 de la Ley Orgánica de las Comunas,
publicada en la Gaceta Oficial N° 6.011 del 21/12/2010, “es la máxima instancia del autogobierno de la Comuna” a quien
entre otros, le corresponde “dictar actos
de gobierno sobre los aspectos de planificación, coordinación y ejecución de
planes y proyectos en el ámbito de la comuna”. Esa ley es, a su vez,
producto de una habilitación dispensada al presidente Chávez el 17 de diciembre
del mismo año, cuando fenecía el Parlamento todo “rojo rojito” gracias al
forfait del sector opositor en las elecciones parlamentarias del 2005.
Ahora
bien, la CN1999 distribuye el Poder Público en Municipal, Estadal y Nacional.
La Constitución y con sujeción a ella, la ley, definen las atribuciones de los
órganos que ejercen el Poder Público, de manera que un cambio en esta
estructura implica una reforma constitucional, a través de alguna de las vías
establecidas en el propio texto de la Carta Magna, lo que a su vez, requiere la
participación en referendo del pueblo de Venezuela, aunque a bien seguro el
gobierno tratará que sea la Asamblea Nacional la que pueda disponer sobre esta
materia.
Las
decisiones que adoptará la próxima Asamblea Nacional (2021 – 2026), cuya
conformación calificada, también es un
derivado de la abstención, deben estar bajo
observación organizada políticamente para que la mayoría popular en
oposición al gobierno tenga sentido. Seguir proponiendo mecanismos y teorías
ilusorias, es una gran irresponsabilidad de nuestros dirigentes para con el
país. Dios bendiga a Venezuela!
23/12/2020.
Gracias Dr. Jesús, siempre oportunas y acertadas sus palabras. Que se puede decir ya del gobierno, dentro de tanta ineptitud e ineficiencia, traducido en políticas públicas pobres, inadecuadas y falsas, por demás, intencional y fríamente calculadas. Vamos a ver si realmente este 5 de Enero, se disolverá la mal lograda Asamblea Constituyente, que ya de por sí tuvo un mal nacimiento, asumiendo roles que no les corresponde, dejando sin presentar la Reforma de la Constitución, y de presentarla no lograrían que el pueblo le apruebe, saliendo al paso con unas tremendas aberraciones "legales", gracias a un tsj, que ejerce graciosamente "la máxima de experiencia". Posiblemente podrán imponer el llamado gobierno comunal, lo que los continuará llevándo por el camino de la ilegalidad, de lo inconstitucional, que aunque no les importe, pesa en su condición de gobierno, ante el pueblo y ante el resto de los gobiernos del mundo, todo ésto toca su legitimidad, y lo saben, pero sus ambiciones no les deja vivir con la legalidad y la justicia.
ResponderEliminarEn cuanto a la abstención en estás últimas elecciones, ciertamente tiene sus consecuencias, consecuencias que pienso, el pueblo decidió asumir, lo digo en lo particular y mirando desde mi balcón, las condiciones no eran las mejores, la desventaja era muy palpable, y nos presentaríamos totalmente divididos. Más allá de eso, tanto gobierno como la oposición pro y contra gobierno, deben dejar de pensar ilusoriamente, que esté "fenómeno" ocurrió porque alguna de las partes lo haya ordenado, cuál ovejas. Bueno, tanto para ellos como para nosotros, como se dice, "nadie puede alegar su propia torpeza, toca saber, cuál más torpe. La historia lo dirá. Como usted dice, que Dios bendiga a Venezuela, y le agrego que nos dé entendimiento y sabiduría en el andar y accionar. Dios y Federación.
Buen día
ResponderEliminarEse mentado "parlamento comunal" sera para el régimen otro fiasco, continium del fraude y mega-abstención del 6D. Hasta en las comunidades populares el supuesto control de los consejos comunales quedo en evidencia, solo la población en extrema pobreza es sujeto de chantaje y cooptacion, y su capacidad de movilización minimizada por déficit energético de la gente; ademas que no tapan el choreo y la corrupción que caracteriza a estos cc. Claro que entre las tareas debe estar lo de enfatizar estas debilidades, así como también arbitrar decisiones y medidas para seguir deslegitimando los resultados del fraude del 6D, tales como la modificación del Estatuto de la Transición y la continuidad del legitimo parlamento electo el 2015.
Tu artículo como análisis, es importante. Pero tenemos que tener claro que mientras Maduro sea presidente, aunque ilegitimo, pero si de facto. NUNCA, repito , NUNCA, tendremos una salida a la crisis. Con la instalación de la asamblea fraudulenta, que se instalará el 5 de Enero, se van agravar los problemas del país. La Constitución seguirá siendo violada. Instalaran todo lo que les dé la gana Consejos Comunales. Hurgar el pasado, hacernos criticas, buscando culpables de nada sirve. La oposición tiene que reordenarse con una estrategia clara y definida, consensuada por todos. En una clara UNIDAD. Vienen tiempos más difíciles. El Gobierno NUNCA dará condiciones para que lo desplacen en una elección LIBRE Y TRANSPARENTE. Es hora de los analistas y opinadores de oficio, plantear alternativas viables. Revisemos la última Encuesta de Meganalisis dice algo. Necesitamos dirigentes en la sociedad civil y en los partidos que coloquen a VENEZUELA PRIMERO, que piensen en la gente ,en el drama del hambre, la miseria, de la violación de los DDHH. Mientras no cambiemos nosotros mismo, no percibo soluciones. Todos, sin excepción, tenemos que ayudar, Como dice nuestro amigo Jesús A. Jiménez : Seguir proponiendo mecanismos y teorías ilusorias, es una gran irresponsabilidad de nuestros dirigentes para con el país.
ResponderEliminarEn términos generales estamos de acuerdo. Creo que unidos se puede obligar al gobierno porque no podemos contar con fuerzas, ni armadas ni pacíficas del extranjero. Somos nosotros mismos quienes debemos conseguir la salida. Pueblos con gobiernos más fuertes la han conseguido, porqué nosotros no?. Lo cierto es que nada hacemos con formar teorías sobre sustento legal para las conductas de la oposición, pero que el oficialismo desconoce fácilmente y no rinden frutos prácticos. Sostener la validez del Estatuto de la transición o de la Asamblea del 2015, nos llevará a nuevas decepciones. La abstención fue un acto voluntario de la gente, sin seguir directrices políticas, pero así sólo llegamos a la anarquía, que es peor. Creo es cuestión de ocupar espacios y protestar ordenadamente las decisiones que vienen, participando es como podemos desarmar sus estrategias. Fíjate con los consejos comunales y el carnet de la patria, si nos hubiésemos inscritos todos, les rompíamos sus planes. Saludos y gracias por leerme.
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