Jesús A. Jiménez
Peraza.
@jesusajimenezp
Los momentos excepcionales en la historia han
ocasionado el nacimiento de grandes líderes, y el planteamiento de ideas o
ejecución de planes, también especiales. No consideremos el éxodo que narra la salida de los israelitas desde
Egipto a través del desierto, donde permanecían en un estado de absoluta
opresión y requirió del desempeño de estrategias bélicas contra el poderío del
faraón, el enfrentamiento de las diez plagas y ante todo el escepticismo del
pueblo mismo, a pesar de ser el gran
beneficiario de los hechos. Pero lógicamente como el protagonista
inicial fue Moisés, acatando órdenes directas de Dios impide que podamos
compararlo, por extraordinario que sea, con cualquier otro planificado y
ejecutado por simples seres humanos.
Pero si podemos pensar en hombres como
Alejandro Magno, George Washington, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Abrahán
Lincoln, Martín Luther King, Simón Bolívar, entre muchos más, no porque de alguna manera pensemos que su personalidad y
liderazgo pueda ser comparado con nuestros actuales dirigentes políticos, sino
porque de alguna manera estos vernáculos de hoy, pudieran inspirarse en
aquellos prohombres para tratar de cambiar las estructuras y políticas
culturales en beneficio del bien común.
Pensé que las calamidades que vive Venezuela,
extendida fundamentalmente durante las dos últimas décadas, pudiera justificar
que los actuales candidatos a los diferentes cargos públicos en disputa el 22
de noviembre del corriente año, intervinieran en la contienda para plantear
ideas de beneficio colectivo y no, como ha resultado hasta ahora, para repetir
los mismos argumentos, sin propuestas viables de solución o para demostrar el
espíritu de sacrificio necesario para dar paso a cualquier otro que pudiera hacerlo.
En verdad la campaña electoral ha sido
decepcionante, limitada a disputarse la nominación y repetir los mismos
estribillos de siempre. No he oído un debate serio, aleccionador, sobre la
pretensión de implantar el estado comunal en Venezuela, que está dentro de la
agenda prioritaria de la Asamblea Nacional, tampoco sobre la forma de abordaje
de los gravísimos problemas cotidianos sobre la falta de agua, el deterioro de
los servicios públicos, la recuperación de la infraestructura urbana que será tema
a enfrentar por los gobernadores de estados, como es normal en colaboración con
el gobierno nacional, con quien habría que abrir mesas de diálogo, cuya
metodología debe ser discutida precisamente con ocasión de la campaña
electoral, para que genere confianza en la población.
Entiéndase bien, no se trata de plantear la
falta del vital líquido o la rehabilitación de los cementerios de galpones
donde funcionaban las pequeñas y medianas empresas generadoras regionales de
empleo, eso es materia aparente y suficientemente conocida, sino de presentar
las potenciales soluciones y de involucrar al gobierno central en ellas porque
de otra manera no podrá realizarse.
El artículo 178 CN1999 enumera una serie de las
llamadas competencias concurrentes, porque son materias atribuidas al Municipio
y la vida local, como ordenación y promoción del desarrollo económico y social,
circulación y transporte, ambiente y saneamiento, servicios sociales que
requieren del apoyo de otras entidades de superior jerarquía. De esto no se ha
hablado con esperanza real de cumplir, sino superficialidades.
Esta es también una oportunidad propicia para
que los candidatos a gobernadores aclaren con el gobierno nacional, esas mismas
materias concurrentes esta vez con las gobernaciones, a la luz del artículo 165
CN1999, orientadas por los principios de independencia, coordinación,
cooperación, corresponsabilidad y subsidiaridad.
Deben los candidatos a las gobernaciones discutir
públicamente sobre la creación del Consejo de Planificación y Coordinación de
la Políticas Públicas presidido por el Gobernador e integrados por los
Alcaldes, los Directores de Ministerios, representantes de los legisladores y
de las comunidades organizadas.
No pueden faltar en este programa de los
ciudadanos candidatos a Gobernadores, la remisión de comunicaciones públicas y
reiteradas para que el Presidente de la República asuma su compromiso legal de
aclarar sobre la distribución del Situado y los Recursos del Fondo de
Compensación Interterritorial, que si bien es materia bien definida en la Carta
Magna, todos sabemos que funciona a capricho del primer mandatario.
Deben entender los candidatos a ambas
instancias regionales, que ellos deben proyectarse como los líderes que
requerimos para los tiempos inmediatos. Después del 22 de noviembre, el
ciudadano Nicolás Maduro seguirá siendo Presidente de la República, pero
obligado a cumplir con sus obligaciones constitucionales. Contra él deberá
motorizarse el referendo revocatorio y obligarle con la Constitución en la mano
a cumplirla, para que nuestro Estado sea federal y descentralizado en esencia y
no una entidad centralista sin orden ni concierto.
También se ha discutido mucho y en ello
perdemos tiempo, sobre la necesidad de unir los llamados opositores. El llamado G4 y la alianza.
Ninguno son sectores de estrategias comunes sino circunstanciales y mezquinas.
Ambos
se van decantando y al final, el propio pueblo con su voto se encargará de
clasificarlos, algunos quedarán como ejemplos de traición, olvidados por todos,
otros obtendrán merecidos triunfos y siendo vencedores o no, habrán ganado
permaneciendo en la vida pública nacional. Igual sucederá con el oficialismo.
Unos números caprichosos advierten que existen tantos candidatos de gobierno
como cargos en disputa, tratando de extraer de ese hecho una manifestación de
unidad. Falso. Muchos oficialistas fueron excluidos por la dirigencia del
partido gobernante y no les permitieron postularse lo que no significa que sus
seguidores vayan a sumar sus votos a los impuestos.
Ya verán, creo que el pueblo va a votar en
proporción aceptable y tradicional para
este tipo de comicios y no necesariamente por los candidatos impuestos por el
PSUV, en tanto que el sector opositor sabrá aplicar el principio de la economía
del voto. Es posible que en algunas entidades pueda ganar el gobierno
específicamente por la división de la oposición, como en el estado Miranda, en
ese caso también habrá responsabilidades a futuro, perdiéndose liderazgos que
no supieron decidir en estas circunstancias especiales, lo que les costará su
carrera política. Dios bendiga a Venezuela!.
jesusjimenezperaza@gmail.com
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