Jesús A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
En diferentes oportunidades y por diversos
motivos, hemos analizado el escenario que se produce con el desconocimiento o
la trasgresión consciente a la ley, puesto su interpretación apropiada, en
principio exegética, tanto por los ciudadanos como por instituciones públicas y
privadas, constituye la causa eficiente en el sentido aristotélico, capaz
de provocar el cambio en ideas, circunstancias y hechos.
Hemos expresado por ejemplo que el sistema
judicial conformado por jueces, fiscales, defensores y abogados, deben soportar
la mayor responsabilidad en el deterioro acelerado del Estado, de la Nación, de
sus instituciones y de su economía porque lejos de aplicar la norma escrita,
por ende obligatoria y preexistente, la han interpretado no pocas veces en
forma evidentemente distorsionada, morigerando la confianza de los ciudadanos
en general.
No es noticia señalar que la inmensa mayoría
de los venezolanos, a partir de las elecciones parlamentarias de diciembre del
2015, perdió la fe en el acto electoral como mecanismo para expresar su
voluntad y mayoritariamente se refugió en el abstencionismo, que a su vez
produce entrega incondicional.
Esta apatía se produjo porque funcionarios e
instituciones violentaron la ley. Recordamos que en el 2016 unos jueces
incompetentes y fuera de jurisdicción y el Consejo Nacional Electoral, que
admitió indebidamente esta actuación irregular,
mutilaron e impidieron el proceso del referendo revocatorio contra el
Presidente de la República. Al año siguiente, 2017, también se desaplicaron las claras normas de
la Carta Magna, para convocar e instalar una Asamblea Nacional Constituyente y
en el 2018, para celebrar unas elecciones presidenciales intempestivas.
Pienso que durante estas Elecciones
Regionales del 2021 se ha estado recuperando paulatinamente la confianza en el voto, como
mecanismo de expresión en gruesa
capa poblacional, gracias a la
campaña emprendida por muchos líderes nacionales y locales, además de la falta
de alternativas o propuestas por quienes pregonan la abstención.
Por ello es muy negativa la decisión de la directiva
del Consejo Nacional Electoral, cuando acepta la renuncia del candidato Carlos
Ocariz postulado como gobernador del estado Miranda, pero no la posibilidad que
sea sustituido por David Uzcátegui, no obstante que se cumplió con las
formalidades dentro de los lapsos legales, aduciendo que no lo permiten las
normas reglamentarias del CNE y el cronograma electoral.
El reglamento y el cronograma no son
dispositivos aprobados a capricho de los rectores, sino cumpliendo las leyes
electorales porque son de superior jerarquía. El reglamento y el cronograma
están regidos por dispositivos de orden público ya que desarrollan principios
constitucionales y el derecho de participación política de los ciudadanos, con
el aditivo de ser la fuente de donde emanan los principales órganos del Estado.
El artículo 62 de la Ley Orgánica de los
Procesos Electorales prevé la norma general para la sustitución de los
candidatos en casos de fallecimiento; renuncia; discapacidad física - mental
y/o por razones constitucionales o legales. El artículo 63 ejusdem permite la
sustitución de los candidatos, por la organización postulante hasta “diez días antes de ocurrir el acto
electoral”.
Delega la ley en la directiva del CNE, las
medidas para informar a los electores sobre la sustitución realizada. Por
simple lógica las dos primeras causales se inician desde la presentación por
los interesados, de la copia certificada del acta de defunción del ex candidato,
o en su caso, de la renuncia. No desde que el cuerpo electoral quiera o apruebe
la causa invocada.
Mayor rigurosidad pienso existe para las
otras dos causales, puesto la discapacidad física o mental, requiere por
mandato legal, la certificación de las autoridades competentes y, las razones
constitucionales o legales, de la deliberación y aprobación por los directivos
del máximo órgano electoral.
Para el cómputo del lapso de los diez días,
se debe aplicar el artículo 12 del Código Civil, conforme al cual los lapsos de
años, meses, días y horas se cuentan desde el día siguiente en que se verifica
el acto y concluyen, por aplicación general del encabezamiento, en fecha igual
a la del acto. De manera que si fue presentada la renuncia a la candidatura del
señor Ocariz el día 11 de noviembre, el lapso se inicia el día 12 y concluye el
21, ambos del mismo mes, que es el día
electoral.
La campaña fue realmente decepcionante, no se
creó el escenario para analizar a profundidad las políticas oficiales, sus
consecuencias y las potenciales soluciones. El gobierno siguió con la excusa de
las medidas norteamericanas para
explicar el deterioro integral del Estado, lo que no fue desmontado por ninguno
de los grupos opositores, quienes tampoco justificaron el porqué de su
separación o razones para no unirse contra un gobierno perverso. Las
ofertas fueron la repetición de la sarta
de necesidades populares, sin explicar con coherencia, como las piensan
solucionar.
Algunas promesas estaban muchas veces fuera
de la esfera de competencia del cargo aspirado o prometiendo convenios internacionales,
cuando bien deberían saber los candidatos, las limitaciones constitucionales y las
agregadas por el Ejecutivo, para impedir cualquier convenio. No sé si los
oferentes (algunos) han leído el artículo 187. 9 de la CN1999 que parcialmente
impone como competencia de la Asamblea Nacional: “…..Autorizar los contratos de interés público municipal, estadal o
nacional con Estados o entidades oficiales extranjeras o con sociedades no
domiciliadas en Venezuela”.
A un candidato a gobernador oí decir que no
le interesaba ni el Situado ni el Fondo de Compensación Interterritorial, que
principalmente son los ingresos patrimoniales que la Constitución prevé para
los Estados, porque eso era poco, que él haría maravillas con las ayudas
humanitarias provenientes de instituciones extranjeras, cuyas conversaciones
tenía adelantadas. Si lo hizo como falsa promesa premeditadamente o por
ignorancia es igual, pido a Dios no voten por él, porque no sabe lo que dice.
Como guinda del pastel un candidato propinó una cachetada a otro, frente a la
observadora europea. La campaña nos devolvió en promesas y acciones al siglo
XIX. Dios bendiga a Venezuela!.
jesusjimenezperaza@gmail.com
18/11/2021.
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