Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Con seguridad el
vocablo política, es una degeneración
de ese término, más que una composición (poli= ciudad e ica= relativo a),
porque ella tiene dos orientaciones. Por una parte doctrinaria, que serviría para describir la disciplina o quizás, la
ciencia provista de métodos y técnicas cuya finalidad es diagnosticar los
problemas, las necesidades del colectivo y orientar acciones para su solución.
Por la otra política describe una actividad vinculada con quienes a
través de organizaciones o de manera independiente, intervienen o pretenden
intervenir en los asuntos públicos. Es esta última la que genera incertidumbre
y desaliento entre los ciudadanos, que en su mayoría se dedican a labores privadas
pero que sienten como la política y algunos políticos causan más daño que
beneficios para lograr la estabilidad social, la paz, que es el colofón de la
sociedad.
Nos crean incertidumbre
y desaliento decisiones como las recién
tomadas por Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, quien despojó de la
nacionalidad a unos ciudadanos que constituyen un estorbo para el ejercicio
despótico del poder. Este grupo lo integran principalmente personas que en alguna oportunidad aspiraron
competir con él en unas elecciones; por periodistas que comentaban o
escribieron sus opiniones distintas a los intereses del gobernante y por
sacerdotes de diferentes rangos, que en cumplimiento de su deber apostólico
orientan al pueblo nicaragüense.
Pero si
detallamos bien el tema en general, como este episodio en especial, debemos
concluir en que ese hecho no es culpa de la política, porque Daniel Ortega no
es por definición un político, sino un montonero invasor de la política.
Despojar de la nacionalidad a un ciudadano es violentar descaradamente uno de
los más sagrados derechos humanos, contemplado expresamente en la Constitución
Política de la República de Nicaragua, incluso la aprobada a su medida el 27 de
octubre del 2021 y publicada en La Gaceta, como Diario Oficial el 28 de
septiembre del 2022, en cuyo artículo 20 se impone: “Ningún nacional puede ser privado de su nacionalidad. La calidad de
nacional nicaragüense no se pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad”.
La Declaración
Universal de los DDHH también contempla como un derecho inalienable e
irrenunciable, el siguiente: “Artículo
15, 1. Toda persona tiene derecho a una
nacionalidad. 2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del
derecho a cambiar de nacionalidad”.
Nos crea
incertidumbre y desaliento el hecho que a pesar de tener ingentes problemas
sociales, económicos, de infraestructura en Venezuela, por el ejercicio de
malos gobiernos en las últimas décadas, en vez de unirnos para designar un
abanderado que garantice un feliz desenlace electoral, algunos políticos de oficio se empeñan en
fomentar el enfrentamiento bajo la excusa de las elecciones primarias, que de
por sí es método posible, pero muchos de los pre candidatos no pretenden
designar al mejor, sino crear discordias
entre los participantes y a través de ellos, en el electorado.
Ahora se le está
“calentando la oreja” a un famoso
comediante haciéndolo aparecer como bien posesionado en las encuestas y lo
peor, es que al parecer él se lo cree, porque ya pregona que no solo hace reír
con sus chistes sino que además tiene una serie de títulos académicos, que por cierto, de nada sirven para dirigir
un Estado y más, un Estado con gravísimos problemas.
Ciertamente
necesitamos más que nunca de un político integral, formado como hombre de Estado, serio,
estudioso de la teoría política y dedicado devotamente a la política como
actividad, capacitado para dirigir equipos multidisciplinarios y de ser oído en
los escenarios internacionales a los cuales tendremos de recurrir. No podemos
permitirnos más incertidumbres y desalientos. Es nuestra obligación buscar al
mejor, a quien afortunadamente tenemos en pleno uso de sus facultades físicas y
mentales. Dios bendiga a Venezuela!
19/02/2023.
Parece que esta oposicion tradicional, no cuenta con lideres con perfiles idóneos entre quiénes se han propuesto en la carrera presidencial. Al parecer no es Rosales, Capriles , guaido tampoco Corina, menos el comediante.intereses de la política privan de un análisis completo.A Nicolás no lo han dejado gobernar está oposición apátrida, por eso los aventureros.
ResponderEliminarSólo la torpeza e ignorancia pueden permitir ignorar la grave crisis que en todos los órdenes sufre el país, y permitirse lamentar , cual masoquista demencial , que no lo haya podido ser peor quien aparece encabezando el ilegítimo régimen corrupto, criminal e incompetente
ResponderEliminarUna situacion compleja la de Nicaragua. Se que todo poder debe tener su control y/o al menos crearlo para si, pues cuando no se tienen limites los abusos y desmanes afloran. Nada es mas pernicioso que ser despotico, alla o aqui tendrian los mismos nefastos resultados, por ello y sin otros intereses comparto contigo que la lucha de los aspirantes a ser el abanderado por la "oposicion", debe ser lo mas genuina y proba posible, nos urge, de lo conrario es continuacion del circo gubernamental o uno nuevo, que pretende crearse para ver cual nos hace mas reir...bueno, ya el comico esta haciendo su trabajo... gracias Doctor.
ResponderEliminar