Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
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Al Dr. Arturo Uslar Pietri, a los 22 años de su fallecimiento.
Algunos amigos me han incluido en grupos de whasaap formados mayoritariamente por personas que ejercen la política activa. Sin discriminación y con entera libertad escriben, unos, como reconocidos y furibundos opositores; en otros sabemos que han estado en las periferias del régimen o han tomado públicamente y en alguna oportunidad, decisiones favorables al chavismo - madurísmo, aunque en apariencia siguen siendo de la variopinta oposición que conforma la Plataforma Democrática y otros confiesan haber sido oficialistas, hoy arrepentidos. En todo caso vierten por igual, ideas en su propio nombre o como portavoces de sus respectivos candidatos sobre el acontecer nacional, internacional y como es natural, sobre las elecciones primarias, que a todas luces es el tema principal en las cotidianas tertulias.
Son perceptibles los puntos discordantes que existen
entre los integrantes, los cuales no parecen fáciles de superar, deducción que hago por las marcadas
diferencias y contundencia en los disímiles planteamientos. Me da la impresión
que una vez resuelta la elección, cuando más, los simpatizantes de un
participante derrotado se apartarían del camino dejando solo al ganador.
La verdad que no
he observado mucha profundidad en las propuestas, sino las generalidades de
siempre que expresan más el deseo por la implantación de una sociedad utópica,
no realista, considerando la situación social y económica en la cual se
encuentra Venezuela. Es frecuente que otros refieran aspiraciones u ofertas no
acordes con los dispositivos legales
como la implantación de la doble vuelta presidencial; la bicameralidad
en la Asamblea Nacional; la eliminación de la reelección de los funcionarios
públicos; la elección directa e incluso, en sentido contrario, la eliminación
del cargo de Vicepresidente Ejecutivo, todo lo cual supone una reforma
constitucional.
Parecen olvidar
que estamos a las puertas de iniciar un proceso electoral que concluirá con la
elección de un jefe de Estado que asumirá el cargo con la actual CN1999, enmendada
en el 2009; que cualquier adición o la revisión
parcial de alguna de sus normas,
aún sin cambiar la estructura del texto o de sus principios fundamentales,
requerirían recurrir a la figura de la enmienda, de la reforma propiamente dicha o una constituyente. En el primer caso, el más
fácil de ejecutar, supone la iniciativa del 15% de los electores, o del 30% de los diputados, que hoy están
conformados por una mayoría absoluta adepta al PSUV, o de la voluntad de un Presidente de la República cuya primera misión
deberá ser unificar al país y la
aprobación por referendo.
Creo que no
estamos ni en el ambiente ni en tiempos apropiados para discutir sobre puntos
que requieran de una reforma constitucional, bajo ninguna de sus formas, sin
negar que alguna de tales opiniones tienen fundamento lógico, deseable, pero lo
primero es pensar que los venezolanos en su gran mayoría están soportando
inmensas penurias para lo cual no
necesitan profundas reformas legales, sino voluntad, formación y un consolidado
liderazgo en quien deba conducir durante
los próximos años el destino de la República.
La verdad nunca
opino dentro de la polifacética agrupación, porque me siento extraño, como cucaracha en baile de gallinas. Pero no
deja de llamarme la atención, como algunos allegados a conocidos dirigentes
políticos manifiestan que su representado participará activamente en el proceso
primario para la determinación del pretendiente opositor, pero que no tiene
aspiración de proponerse como abanderado, lo que no deja de parecer un contrasentido,
porque su fortaleza evidentemente se esfumará. Entiendo que la política es un
arte, donde puede acordarse que diferentes grupos acepten la propuesta que
mayor facilidad tenga para imponerse, pero sin perder la esencia de la agrupación,
que es difundir ideas propias conforme a
su concepción filosófica. Esto supone la discusión interna dentro de cada
organismo que concluya con la postulación de un candidato único extra partido,
siempre que se cumplan acuerdos o
propuestas compatibles.
Creo que todos
quienes tienen algún papel protagónico dentro del movimiento de las elecciones
para el 22 de octubre, deberían pensar en salidas idóneas para el caso de
fracasar en el intento, el cual pudiera darse dentro del escenario de una
significativa abstención, es decir, una escasa o nula participación popular. Ello implicaría un evidente rechazo a todas las
postulaciones y por ende, la obligación
de recurrir a la designación de un candidato consensuado capaz no solo de
cumplir con las exigencias posibles de los electores en las primarias, sino
además de gobernar el país en la etapa más complicada de nuestra historia
republicana. Dios bendiga a Venezuela!
25/02/2023.
La politica actual se caracteriza por el olvido del otro. Dios toque el corazon de cada dirigente politico y asuman el poder en actitud de servicio.
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