Jesús
A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
He
sido defensor consuetidunario del diálogo en todas las circunstancias de la vida,
sobre todo en el enfrentamiento político entre el gobierno nacional y la
oposición, hasta ahora representada por
la Mesa de la Unidad. Sin embargo, en este caso la capacidad y posibilidades de
dialogar para conseguir una solución por las mismas partes en conflicto se agotaron, uso el tiempo verbal con plena conciencia, por las posiciones definitivas e
irreconciliables, uno exige la celebración del revocatorio antes del 10 de
enero de 2017, lo que a todo trance niega el gobierno sugiriéndolo sólo para
después de esa fecha e, incluso, algún sector niega la consulta en cualquier tiempo.
Cerrada esa primera y óptima oportunidad, que en apariencia continúa de manera coetánea,
se pasó a una etapa que si bien constituye
propiamente parte de un procedimiento formal, en la práctica podemos calificar como
de conciliación con la intervención de
las autoridades públicas competentes del país. El Consejo Nacional Electoral y
el Tribunal Supremo de Justicia, fundamentalmente a través de la Sala
Constitucional, pudieron tejer una salida honorable para gobierno y oposición,conveniente
para la nación, pero no lo hicieron asumiendo una gran responsabilidad ante el
pueblo, sus instituciones y, por supuesto, ante el Supremo Credor, de todo cuanto
de malo pueda devenir en Venezuela y en cascada para la región, porque
adoptaron posiciones de descarado apoyo a una de las partes, alejándose de la
conducta que las leyes y la propia carta magna
le imponen basados en los principios de respeto, imparcialidad y
efectividad que debe regir en fuero
judicial y en el administrativo.
La
posibilidad de algúnar bitraje, mediante participación de personalidades u
órganos internacionales, tampoco luce factible. Los mediadores fueron contaminados,
con lo cual se inhabilitaron como tales árbitos causando aprehensión porque no
se desestiman, pero tampoco se espera nada positivo de ellos.
Las
propuestas oficialistas y del partido de gobierno, que es lo mismo dentro de la
concepción comunista del Estado, son cada vez más alejadas de la lógica, de la
posibilidad de convivencia nacional y de la Constitución: el desconocimiento
total de la institución del revocatorio,
como causal de falta absoluta del Presidente de la República, sin elemento legal
que respalde esa posición ; la desintegración o anulación de la Mesa de la
Unidad como único partido opositor reconocido por el CNE y la sugerencia de
recurrir a las armas, proveniente del vicepresidente del Psuv.
Qué hacer entonces?, el uso de la
fuerza, no es obviamente conveniente,
además que está sólo de un lado, lo que haría estéril y suicida la lucha para
el sector opositor. Sin embargo, siempre hay caminos por emprender con
abultadas posibilidades de obtener el triunfo más temprano que tarde. Creo que
en primer lugar debe fortalecerse la Mesa de la Unidad. En la unión está la
fuerza dice nuestro glorioso himno nacional Gloria al Bravo Pueblo. La MUD debe
ampliarse con instituciones, sectores de la sociedad organizada y
personalidades: gremios profesionales, sindicatos, estudiantes, productores primarios,
comerciantes, industriales, organizaciones no gubernamentales, academias y
universidades, personas naturales, como profesionales del derecho, la medicina,
ingeniería, periodismo etc que no representan sus corporaciones pero sabemos tienen
audiencia y prestigio, quienes deben unirse a los partidos políticos tradicionales,
con experiencia y organización. Debe buscarse una forma rápida y coherente de
consultas, deliberación, decisión y vocería en esta organización ampliada. En
segundo lugar, debemos respaldar de manera contundente las decisiones que tome
la Asamblea Nacional dentro del ámbito de sus funciones constitucionales y
legales. Este organismo tiene absoluta legitimidad, es de reciente elección universal,
directa y secreta, además de ser reconocida por el Estado y nada indica que
haya perdido respaldo popular, al contrario, percibo que éste se ha ampliado.
Es ventaja mayúscula que de los Poderes del Estado el único con prestigio y
credibilidad popular es la Asamblea Nacional. No me baso en encuesta alguna
para esta afirmación, sino en mi apreciación personal. En tercer lugar se debe seguir solicitando,
apoyando, mediante el ejercicio de los derechos de protesta y petición, el referendo revocatorio como forma
constitucional de terminación anticipada del período presidencial. El derecho
de petición se ejerce solicitando, por escrito con cartas, telegramas e mails dirigidos
al Consejo Nacional Electoral, su
tramitación oportuna, transcribiendo el artículo 51 constitucional que
dice : ”Toda persona tiene el derecho de representar o
dirigir peticiones ante cualquier autoridad, funcionario público o funcionaria
pública sobre los asuntos que sean de la competencia de éstos o éstas, y de
obtener oportuna y adecuada respuesta. Quienes violen este derecho serán
sancionados o sancionadas conforme a la ley, pudiendo ser destituidos o
destituidas del cargo respectivo”. En cuarto lugar, aunque no menos
importante, es que cada organización antes indicada organice asambleas populares,
visitas casa por casa, programas a través de los medios de comunicación explicando
las salidas posibles a la crisis que agobia al pueblo de Venezuela, en términos
sencillos y digeribles, para que el reclamo de derechos económicos y políticos sea
debidamente canalizado, sin desbordarse, pero con mucha firmeza.
No pretendo, por supuesto sugerir que estos son
items únicos, es con el aporte generalizado
y ordenado como todos estamos obligados a buscar un rumbo seguro y definitivo.
Ahora, más que nunca, Venezuela nos necesita !.
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