Jesús
A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Hace algunos días referíamos como una
de las reglas fundamentales de la democracia, el balance y control recíproco
entre los poderes públicos se diluye en los regímenes socialistas, porque es la
cúpula del gobierno y el cogollo
partidista quienes imponen las directrices. El socialismo es una forma
de organización social donde no sólo, en teoría, prevalece el interés colectivo sobre el
individual lo que resulta aceptable, sino donde los factores de producción los
toma el Estado y allí comienzan los problemas.
El ex presidente Richard Nixon escribe
en su obra La Verdadera Guerra, que
ningún pueblo ha escogido libremente vivir en comunismo y ello nos hace pensar,
cómo hemos llegado en Venezuela a adoptarlo como sistema de vida, sin que lo
imponga la Constitución ni nos hayamos pronunciado nunca de manera expresa
sobre el tema. Por ello he expresado mi opinión sobre la necesidad que la
Asamblea Nacional, por aplicación del artículo 71 de la Constitución y como
materia de especial trascendencia nacional, tomara la iniciativa de plantear un
referendo consultivo que obviamente debe ser instrumentado por el Consejo
Nacional Electoral. El periodista Javier Vargas del diario El Impulso lo planteó
públicamente, divulgando las respuestas de dos connotados diputados quienes dan
poca importancia a la propuesta, dicen que pudiera incluirse como pregunta
secundaria en el referendo revocatorio, lo que legalmente es posible pero entendiendo que la naturaleza
jurídica referendaria es distinta, uno es por iniciativa de los votantes, otro
del Poder Legislativo; afirman que el socialismo fue rechazado en la consulta
electoral del 6 de diciembre y por la cantidad de firmas que respaldan la
iniciativa del revocatorio, excusa inexplicable porque ni el acto electoral ni
las firmas guardan relación directa con el tema y, así como la implementación
del socialismo no puede tenerse sobre entendido, como se ha tenido en Venezuela,
tampoco lo es su rechazo. También manifestó alguno de los diputados que el
pronunciamiento tendría las mismas trabas por el gobierno y que no sería
vinculante. Lo primero es cierto, pero no es óbice para omitirlo y sobre lo
segundo, tengo serias dudas. Entiendo que todos los pronunciamientos por
consulta popular organizados son obligatorios, tienen su base de sustentación
en el artículo 5 constitucional que expresamente somete a todos los órganos del
Estado a la soberanía popular porque de ella emanan. Es de recordar que la
propia Asamblea Nacional Constituyente tuvo, por mandato de la antigua Corte
Suprema de Justicia, su base en ese mismo dispositivo entonces tipificado en el artículo 4 de la
Constitución de 1961, a pesar que para entonces la figura constituyente no
estaba contemplada en la Carta Magna.
La propuesta del referendo consultivo
la hice y reitero de muy buena fe, preocupado como estoy por el enfrentamiento
entre los Poderes del Estado, por la cápitis de minutio a que inconstitucionalmente
y contra todo principio de Derecho, ha sido sometida la Asamblea Nacional,
cabeza del Poder Legislativo; por el abuso interpretativo que hace el Poder
Judicial de nuestro sistema jurídico y nuestras leyes; por la forma como el
Poder Electoral sustancia los requerimientos que se les hace dentro del marco
de su competencia; como la Defensoría del Pueblo, integrante del Poder Ciudadano entiende las
defensas de los derechos fundamentales que les fueron confiados.
Finalmente debo alertar sobre lo
siguiente: En Venezuela existen una serie de leyes ordinarias, orgánicas y de
decretos con fuerza y valor de ley que tienen marcado acento socialista, sin
base constitucional como antes dijimos y que seguirán vigentes no obstante el
resultado del referendo revocatorio. Las leyes no pueden ser anuladas, aunque
si reformadas integralmente. Pero pueden ser abrogadas por referendo cuya
iniciativa es popular o de origen presidencial. La abrogación requiere de
organización política, de divulgación y educación ciudadana. Este tema es
importante estudiarlo, desarrollarlo, no tenerlo como actuación secundaria en
el devenir político nacional.
jesusjimenezperaza@gmail.com
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