viernes, 18 de noviembre de 2016

La sentencia 907 (Segunda parte).


Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp

Bandera de Asís (Comuna Italiana)
Resultado de imagen para bandera de asisEn nuestra última entrega habíamos anunciado el análisis del principio de la conservación electoral, ampliamente motivado en la sentencia N° 907 de fecha 28 de octubre del 2016, dictada por Sala Constitucional en relación a la nacionalidad venezolana del presidente Maduro. Este punto fue tratado, no porque lo haya alegado el recurrente, sino como jugada adelantada por intuir los magistrados que algunos sectores del país, incluidos diputados de la Asamblea Nacional, pretenden objetar la juramentación, investidura, toma de posesión y ejercicio del ciudadano Nicolás Maduro Moros como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Reproduciendo una sentencia de Sala Electoral (N° 86 del 14/07/2005), señala la Constitucional: “El interesado en obtener la declaratoria de nulidad de un acto comicial no sólo tiene que invocar alguna de las causales tipificadas legalmente, sino que además debe probar la irregularidad del mismo y evidenciar que el vicio es de tal entidad que modifique los resultados comiciales”. Es de destacar igualmente que por decisión N° 111/2013 (Caso María Soledad Sarria y otros), la Sala Electoral estableció la inadmisión de pretensiones que no contengan “una narración circunstanciada de los hechos que dieron lugar a la infracción que se alegue y de los vicios en los que haya incurrido el supuesto o supuesta agraviante”. Esta tesis es igualmente aceptada por Sala Constitucional en la famosa sentencia N° 907.
Toda esta consolidada doctrina de ambas Salas fueron vulneradas en decisión del 30 de diciembre del 2015, cuando Sala Electoral ordenó la suspensión de  efectos de los actos de totalización, adjudicación y proclamación emanados de los órganos subordinados del CNE en el caso de los diputados del estado Amazonas, al apreciar como hecho público, notorio y comunicacional la aprehensión de una funcionaria de la Gobernación de dicha entidad, quien conversaba telefónicamente con una persona desconocida, incurriendo en la ilegal  práctica de compra de votos y pago de prebendas a electores para votar por la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD)”, según la sentencia, tomando como prueba del hecho la reseña en la Página Web de la Asamblea Nacional del 16 de diciembre del 2015, aún en manos del oficialismo, de lo cual dedujo el vicio en el acto comicial.
Obviamente que esta transgresión a la jurisprudencia electoral, perdió importancia después de los resultados de la mesa de diálogo durante los días 11 y 12 de noviembre del 2016, en la cual se acordó ir a nuevas elecciones parlamentarias en el estado Amazonas, lo que de bulto implica el reconocimiento que no estamos ante un caso de matiz jurídico sino simplemente político. No sé si ese acuerdo concreto entre la MUD y el PSUV-gobierno llegará a feliz término, porque siento que ninguno de los dos sectores cuenta con la unidad interna que quieren aparentar, al contrario, pienso que pasamos de ser un  país polarizado a un país triangulado, porque existe un vasto sector de ambos lados que no se sienten representados por los integrantes de la llamada mesa de diálogo.
Como consecuencia del diálogo quedó, además, patentizado que la Sala Electoral es simple instrumento del gobierno para la imposición de sus intereses políticos, no como debe ser, el foro para resolver los conflictos electorales mediante la aplicación de leyes preestablecidas e indudablemente se vulneró la decisión mayoritaria del pueblo de Amazonas quien había elegido por cinco años sus diputados y a quienes las Salas Constitucional y Electoral, les anuló en la práctica su votación sin que estén claras ni demostradas las causas, pues nada se conoce sobre el contenido de la famosa conversación de la funcionaria de la gobernación, por lo que tampoco puede ser precisado que esos hechos hayan sido capaces de modificar los resultados comiciales.
Ha sido muy criticada la actuación de la MUD por su actuación en la mesa de diálogo. Realmente no es fácil lograr objetivos concretos cuando tienen frente así a un interlocutor “guapo y apoyado”, con un sector que prefiere continuar con su juego de tomar todas las decisiones básicas para la vida del país, utilizando la fuerza y a los incondicionales Poderes del Estado. Cierto es que se fue al diálogo con la intención de lograr que se respetara la Constitución y con ella al referendo revocatorio, pero a estas alturas ya debemos tener claro que la carrera no es a 100 metros sino un maratón, con obstáculos además, porque cualquier salida electoral es contraria a los intereses del sector oficialista, al menos en su ala dura, donde reside la fuerza y la coerción.
No estoy esperanzado en la conformación del CNE con las características establecidas en el artículo 296 constitucional, o sea, cinco rectores no vinculados a organizaciones con fines políticos que actúen como verdaderos árbitros.  Ni tan siquiera creo que lleguemos a dos postulados por cada sector y uno como la bandera de Asís, provincia de Perugia en la región de Umbría, Italia, mitad azul y mitad rojo. Tampoco me es fácil entender que el gobierno pase la página con la útil sanción del “desacato” decretado por el Máximo Tribunal sin sustento legal, pero que tantos frutos produce para desconocer la gestión de la Asamblea Nacional.
Obviamente,  sería punto muy positivo el compromiso sobre la liberación de presos por razones políticas, y obtener el reconocimiento de nuestras necesidades urgentes de alimentos y medicinas, aunque hasta el momento no ha ocurrido cumplimiento en ninguno de los dos. Es posible, incluso, que el gobierno vuelva a incurrir en las mismas prácticas llenando las cárceles vacías de presos políticos, si tal promesa llega a cumplirse,  cuando se produzca alguna protesta pública. También es posible que por la errada política económica no se permita la provisión de los insumos necesarios a nuestros laboratorios nacionales con mecanismos financieros idóneos, por lo que pronto  se terminarían los medicamentos conseguidos mediante el diálogo  y volvemos al mismo laberinto.
          Pienso sí que la Mesa de la Unidad debe fortalecerse, sirviendo ella misma como núcleo. Son ciertas muchas de las críticas de las cuales ha sido objeto, pero son más sus logros. Muchos de sus integrantes no deberían estar dentro de ella o al menos no tener función protagónica, pero indudablemente ha sido el mejor escudo durante los últimos años, ante un gobierno duro, que sólo en teoría aplica el “dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada”.
Creo, como escribiera recientemente el dilecto amigo Joel Rodríguez Ramos, que la verdad parece no asistir enteramente a quienes teniendo en común, ser contrarios al gobierno chavista, tratan de imponer a rajatablas sus criterios. Quizás la razón está en ambos extremos. Por ser esta dualidad un contrasentido, se requiere magnificar esfuerzos para mantener la unión. Cuando la verdad es muy aparente es fácil acordarse para seguirla, difícil es cuando está dispersa porque cada uno debe ceder a sus razones, por valederas que sean. Dios nos proteja a todos!

jesusjimenezperaza.blogspot.com

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