Jesús A.
Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
A
pesar que con el tiempo se ha tergiversado el mensaje e, incluso, el mismo proponente lo ha variado apoyando el
insostenible tema del “abandono del cargo”,
la tesis del Dr. Henry Ramos Allup
expuesta día 5 de diciembre del 2015, sobre buscar una salida constitucional, electoral y pacífica
para el actual gobierno presidido por el presidente Nicolás Maduro era y es
inobjetable, precisamente porque cualquiera distinta, que no contemple esas
tres condiciones, significa eternizar el sistema socialista que pretende
implantarse en Venezuela.
Algunas
instituciones, en este caso Consejo Nacional Electoral y tribunales de variado
orden jerárquico y por materia, desconocieron una viable y concreta solución constitucional al torpedear,
sin causa legal, el referendo revocatorio solicitado y en trámite tempestivo
para entonces. Retarda el gobierno cualquier consulta electoral porque sabe que no tiene posibilidades de ganar
ninguna elección universal y secreta, así se desprende del diferimiento injustificado de los comicios
para alcaldes y gobernadores, además del discurso intemperante del diputado
Diosdado Cabello. El Consejo Nacional Electoral puede retardar, diferir la
consulta, pero nunca impedirla. Atinadamente la propuesta del Dr. Ramos Allup
la sometía al carácter pacífico, porque el uso de la fuerza favorece al gobierno
quien la tiene con los cuerpos de seguridad del Estado y los grupos paralelos,
armados y dispuestos.
De
manera que para obtener finalmente el ansiado cambio de gobierno se debe
continuar con las líneas anunciadas por el Dr. Ramos Allup: salida
constitucional, electoral y pacífica. No se debe incurrir en el error de acortar caminos o esperar milagros
provenientes del exterior, porque todos los países están pasando por sus
propios calvarios y además, no pueden ejercer derechos exclusivos de los
nacionales.
Esa
propuesta preocupó de tal manera al gobierno que convirtió al autor en el
centro de los ataques del presidente Maduro aprovechando las sempiternas cadenas de radio y televisión,
embates que por cierto, se mantienen. Ello me lleva a pensar que debe continuarse
el rumbo para lo cual, en primer lugar, la oposición necesita estar unida, pero
unida de verdad, no tratar de demostrar coincidencias frente a los medios de
comunicación social que solo reflejan unas costuras deshilachadas que el pueblo
percibe fácilmente, causándole más temor que confianza. La vía del referendo
revocatorio que contenía las tres condiciones antes indicadas no tuvo un final
feliz, precisamente, por la falta de respaldo de todos los sectores opositores,
en sentido amplio, del político, de los productores, estudiantes,
profesionales, sindicatos y el pueblo llano, quienes no fueron convencidos que
esa era la salida. La motivación plena hubiese superado los obstáculos
construidos por el Consejo Nacional Electoral y unos tribunales penales incompetentes.
Obviamente, transcurrida la mitad del período presidencial ya no tiene sentido buscar
concluir el período con el Vicepresidente al mando, quien asumiría además del
rechazo popular al presidente Maduro, los de la propia cosecha del Dr. Tareck
el Aissami.
Se
requiere un liderazgo firme, bien
formado, confiable, con un programa debidamente estructurado que se explique en
forma detallada, para que todos conozcamos cual es la vía que vamos a seguir
una vez constituido el nuevo gobierno. Ni los líderes se improvisan ni los
programas se imponen, ambos deben ser formados con paciencia. Tenemos
estadistas y dirigentes que ya están preparados para asumir el complejo rol de
conducir los destinos del país y adentrarlo en el Siglo XXI. Seguramente
también tenemos el programa, pero falta convencer al pueblo de su existencia,
de su conveniencia y factibilidad, por lo que no se puede incurrir en desatinos
como esas propuestas inviables que producen desazón y congoja, en vez de ánimos y esperanzas.
Creo
debemos seguir la ruta o cronograma electoral pasando por los funcionarios de
menor rango, pero de igual importancia política seguida por la elección, en su
momento y a través de consulta popular, de un candidato presidencial que
conozca el oficio, que se compenetre y explique
un programa viable en lo económico, en lo social y político; que pueda
liderar un conjunto de hombres y mujeres capaces de insertar a Venezuela en el
sitial que merece. Esto lo va a entender el país!
20/01/2017.
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