- De nosotros depende
hacer valer la oposición mayoritaria vs el oficialismo en minoría.
Jesús A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
Para las consultas posteriores movió de manera
apropiada para él, algunas piezas como los alfiles en el referendo revocatorio
que debió celebrarse en el 2003, conforme a la Constitución Nacional para
entonces la mejor del mundo y con expectativa de vigencia durante 500 años,
pero cumplidas en el 2004 porque así fue fijado por el recién estrenado Poder
Electoral, quien pacientemente esperó que las llamadas misiones hicieran efecto
en un electorado ya evidentemente molesto con la revolución incipiente.
Después entraron en juego todas las piezas
simultáneamente, caballos, torres y peones se movieron en el tablero político para
fortalecer electoralmente al gobierno o para debilitar a la oposición, quien a
veces lució desconcertada y sin dirección, pero lo trascendente ha sido la
participación en el escenario electoral, de autoridades arbitrales que se
supone deberían ser imparciales, pero no lo han sido. En esta forma se han
cambiado fechas y reglas en medio del juego, se han inhabilitado o encarcelado candidatos
opositores e incluso, funcionarios en ejercicio de gobiernos locales u obtenido
medida cautelar contra legen, como el caso del referendo revocatorio
nonato del 2016.
Estamos a pocos días de un nuevo acto electoral
masivo. En condiciones normales las 23 gobernaciones deberían quedar en manos
de la oposición, porque los funcionarios a elegir son después de la Presidencia
de la República, los ejecutivos de mayor importancia conforme a la Constitución
Nacional, hecho que nos obliga a participar, a expresarnos y todo el escenario
es adverso para el gobierno nacional porque obviamente tiene la responsabilidad
exclusiva del desabastecimiento, de la inseguridad y el alto costo de la vida,
que sube en proporción cuasi geométrica debido al proceso inflacionario.
Incluso la excusa que esgrime, es decir, el ataque del sector económico interno
y del foráneo rebota contra él porque significa que, no obstante el poder
político que ejerce, no ha podido imponerse y abatirlos. De esa manera reconoce
su debilidad que es el peor adjetivo para un gobierno, cuyo significado
lingüístico y jurídico implica poder, dirección, control y administración de
los poderes del Estado y de los factores diversos que en su seno se mueven.
El único elemento que el próximo 15 de octubre podría
permitir el triunfo del PSUV es la apatía de algunos sectores opositores, bien
en dirección bien dirigidos, que tratan de alejar al pueblo venezolano de las
mesas electorales mediante la utilización de varios argumentos, innecesarios de
repetir, porque ya ellos (gobierno y opositores de la oposición) se encargaron
de divulgarlos de manera inmisericorde. Sólo creo mi obligación recordar a los
escépticos: 1.- En la consulta
plebiscitaria de mediados de año, la mayoría admitió que debíamos presentarnos
a estas elecciones regionales, cuando respondió afirmativamente la pregunta tercera
que textualmente planteaba: ¿Aprueba
que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo con lo
establecido en la Constitución, así como la realización de elecciones y la
conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?. Más de
siete millones de venezolanos votamos hace tres meses estar de acuerdo con la
renovación del Poder Público, en esta oportunidad del Estadal. 2.- Cada voto favorable a los candidatos
de oposición configura, porque en efecto constituye, un mensaje de rechazo
contra las nefastas políticas del gobierno nacional, como exigir el carnet de
la patria para vacunar niños o para entregar un bono de ayuda económica a los
jóvenes quienes tienen un futuro educativo y laboral muy sombrío. 3.- A quienes creen que nada significa
un gobernador opositor, porque sus funciones son desconocidas o enervadas por
el ejecutivo nacional o por la Asamblea Nacional Constituyente, debo decirles
que existe una situación más dañina: el posicionamiento de gobernadores
oficialistas, a quienes se les permitiría ejercer plenamente sus poderes
legales o se le delegarían otros para fortalecerlos y junto a ellos, atornillar
al gobierno central. 4.- Algunos
tienen derecho a pensar que algún otro candidato opositor tenía mejores
condiciones para ser propuesto. Pero obviamente, el postulado en definitiva fue
escogido democráticamente en primarias o por consenso, y, es el único que puede
derrotar en esta oportunidad al candidato oficialista, por lo que a su
alrededor debemos nuclearnos. 5.- El
voto es un acto esencialmente democrático, de manera que si queremos preservar
el sistema debemos cumplir con sus postulados. Recordemos que eximirnos de
votar en las parlamentarias del 2005 “para
deslegitimar al régimen”, nos salió muy costoso, puesto permitió sancionar
una ristra de leyes de corte socialista, frente a una Constitución que no lo
es, naciendo así un tinglado jurídico distorsionado que abona el derrumbe de la
institucionalidad del país. 6.- El
acto electoral del próximo 15 de octubre es una oportunidad única para
enrostrar y solicitar explicaciones al Consejo Nacional Electoral, sobre la
certificación de ocho millones de votantes cuando fue electa la Asamblea Nacional Constituyente. 7.- Es inconsistente pensar
que el oficialismo dirige despiadados ataques contra los gobernadores y
alcaldes opositores, aunque no les molesta tenerlos en esos cargos. Al
contrario, la campaña diaria y abierta del presidente Maduro y sus funcionarios
de alto rango, implica indefectiblemente, que quieren gobernadores rojos. 8.- La
democracia se desarrolla ejerciéndola, pero nace contando votos. Es la única
manera. Sin el ejercicio de este simple acto podremos salir del agobiante
sistema socialista, pero jamás adentrarnos nuevamente en democracia plena. Dios
proteja a nuestros candidatos opositores a las Gobernaciones de los distintos Estados
de la República!
28/09/2017
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