Jesús
A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp

No
discuto que la alternancia sea fundamental, realmente lo es. Pero planteo que
en ambos textos constitucionales se previeron excepciones incorrectas, en
relación al cargo de mayor importancia como lo es la Presidencia de la
República y, ellas han producido
situaciones políticas nefastas en el país, que debemos estudiar para
corregirlas definitivamente. Nuestro
Congreso actuando como constituyente en 1961, impuso (artículo 185) que quien
hubiese sido Presidente de la República o hubiese ejercido el cargo por más de
la mitad del período, no podía postularse nuevamente hasta transcurridos diez
años desde la terminación de su mandato. Con el respeto debido que profeso en
memoria de los ex presidentes Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez, sus
familiares y partidarios, pienso que esa reelección después del transcurso de
dos lustros causó mucho daño al país, ya que se impidió el necesario relevo
generacional y creó conflictos innecesarios dentro de sus respectivas
organizaciones, siendo de resaltar como elemento probatorio elemental, que
ambos concluyeron sus carreras políticas fuera de sus organizaciones
originarias, en vez de contribuir a su fortalecimiento y con ello a la paz y
armonía de la República. Si los presidentes Caldera y Pérez hubiesen
permanecido dentro de Copei y Acción Democrática, respectivamente, sin entrar
en la diatriba diaria natural que produce la política, limitándose como órganos
de conciliación interna y extra partido, se hubiese resuelto satisfactoriamente
la convulsión social durante la segunda mitad de la década de 1980 con brotes de
rebelión civil (caracazo) y militar a principios de 1990 (4 de febrero de 1992) y con ellas, la
terminación de la República Civil y la
ascensión al poder de la anti política.
El
artículo 230 de la Constitución Nacional de 1999, previó un período
presidencial de seis años con reelección inmediata y por una sola vez. Posteriormente,
por referendo nacional en el año 2009, se aprobó eliminar las condicionantes de
la reelección con lo cual quedó indefinida, contrariando de fondo la
alternancia en el poder, que si bien queda sujeta a la consulta popular, dejó
de existir como elemento fundamental, radical de nuestro sistema democrático.
La sola y frustrada posibilidad de eliminar la alternancia mediante la vía de
la Reforma Constitucional propiamente dicha (la enmienda también lo es) en el
2007, causó conflictos en el seno del Polo Patriótico, llevando al presidente
Chávez a radicalizarse e imponer su revolución bolivariana por vía legislativa,
violentando la Constitución Nacional producto de una Constituyente originaria,
que había sido su estandarte en 1998, como oferta electoral.
Todos
los actos públicos del presidente Nicolás Maduro desde hace varios meses,
apuntan hacia un nuevo desconocimiento del principio de la alternancia, aunque
como hemos analizado está en mesa como punto de discusión doctrinaria, por las
contradicciones entre los artículos 6 de la Constitución que la impone y el 230
que la deroga o deja sin efecto. En todo caso, la eliminación del principio
fundamental a la vez derecho político y humano de la alternancia, es uno de los
objetivos de la espuria Asamblea Nacional Constituyente, junto a la
implementación de los principios socialistas del Siglo XXI, ya que no resultó
por la vía legislativa ordinaria, como pretendió el presidente Hugo Chávez.
Nos
corresponde ahora como obligación patriota a todos los venezolanos enfrentar
ese objetivo, lo que no es difícil porque somos mayoría aplastante. Basta con
aprobar una propuesta política o programa de gobierno, técnicamente sustentable
y políticamente comprensible, unida a un candidato presidencial producto del
consenso, sin rechazo por ningún sector de la sociedad venezolana incluido el
chavismo no comprometido, aupado por el pueblo llano que según Emmanuel – Joseph
Sieyés, propulsor de la revolución francesa, fue capaz de derrotar el absolutismo
monárquico del Siglo XVIII; por el clero venezolano, institución con la más
amplia y bien merecida credibilidad actualmente en el país nacional; las
academias; sindicatos; jóvenes y estudiantes, a quienes se les ha morigerado su
futuro; productores primarios e industriales, sector con sus derechos al trabajo y
económicos en general, absolutamente conculcados. Existen graves enfrentamientos de origen plural en el
gobierno. Los doctores Luisa Ortega Díaz y Rafael Ramírez así lo determinan con
sus declaraciones tratando de expiar o al menos, atenuar las penas de las
cuales son acreedores. Se terminaron las ofertas engañosas, se requieren más de
veinte Bonos Navideños y de Reyes, para que los beneficiarios puedan comprar un
teléfono inteligente capaz de leer el código QR y saber si les llegó la dádiva
engañosa. Vamos a echarle pichón! manos
a la obra!. Dios y la Divina Pastora, lista para su visita 162 a Barquisimeto,
nos protegen!
05/01/2018.
Querido Chubeto: Feliz año en compañía de los tuyos. La alternancia en los cargos públicos es un imperativo pos moderno. Vale la pena entonces, apuntar hacia el porvenir. Suscribo y participo en la idea de un programa mínimo, flexible y consensuado. Creo en la búsqueda, en la excepcional coyuntura del país, de un candidato a la Presidencia por la vía de la convocatoria de un Colegio Electoral. En el programa de trabajo el tema alimentario es esencial, en particular la reactivacion agrícola,pecuaria y pesquera, con énfasis en garantías efectivas para la inversión nacional y extranjera,entre otros temas importantes. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos, mi querido amigo, si la alimentación es necesidad prioritaria, aunque el país quedará en precaria situación similar a las pos guerras Independentista y federal, por lo que habrá que impulsar programas paralelos para producirlos, generar empleos industriales, revitalizar el turismo, impulsar programas educativos y el largo etcétera, pero tenemos los recursos humanos para hacerlo y, con seguridad, un gran Presidente en Miraflores capaz de unificar al país y dirigir los equipos de trabajo. Un abrazo. Jesús Jiménez Peraza
ResponderEliminarHola Chubeto, muy bueno lo que has escrito, como en todos tus artículos anteriores. El tema del consenso es vital, pienso que es la vía expedita para lograr la propuesta y el candidato adecuado, amén de la estrategia correcta para lograr el cambo político y un gobierno nuevo con suficiente apoyo que garantice superar la crisis.
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