Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Es una verdadera lástima que la
imponente Sala Plenaria de la Asamblea General de la Organización de Naciones
Unidas, único órgano que permite la presencia de los 193 jefes de Estados y/o
de Gobiernos que la integran, no hubiera estado a reventar durante la
intervención del presidente Nicolás Maduro, quien había creado gran expectativa
nacional para asistir a la 73° reunión anual,
que se celebra en el mes de septiembre de cada año.
Con toda seguridad los dignatarios
leerán o les referirán un resumen de la misma porque sus respectivos cargos así
lo exigen, pero nada como ver y oír en vivo al expositor ya que la expresión corporal y la modulación
de la voz es vital para apreciar la verdad o no de cuanto se dice, de los que
se refiere a medias y para intuir el fondo de lo que se calla. Venezuela hoy
requiere que el mundo sepa la verdad de cuanto aquí sucede, aunque es nuestro
problema y es a nosotros a quien corresponde solucionarlo.
Pidió el Presidente se designe a
través de la Secretaría General “un
delegado para conducir una investigación independiente sobre el atentado que
sufrió el pasado 4 de agosto”. Manifiesto estar de acuerdo, ese es un hecho de
mucha importancia y los venezolanos tenemos derecho a saber la verdad, porque
no tenemos órganos independientes capaces de investigarla, pregonarla y
proteger el principio de inocencia y defensa de los derechos procesales y
humanos de los implicados. Sólo conocemos oficialmente lo transmitido en rueda
de prensa por el Ministro de Información, Dr. Jorge Rodríguez, quien no tiene
competencia en la materia y además, es parte interesada.
Señaló el presidente Maduro que “se ha
fabricado una crisis migratoria que se cae por su propio peso, que pretende
desviar las verdaderas crisis migratorias que hay en el mundo”.
Debería la Secretaría General de la Organización de Naciones
Unidas aprovechar para investigar también
este hecho, designando una Comisión multidisciplinaria, porque los presidentes Lenín Moreno e Iván Duque de Ecuador y
Colombia, respectivamente, entre otros
lo han denunciado con cifras aterradoras no sólo por el volumen de
migrantes, sino por las condiciones de nuestros conciudadanos enfermos, sin
vacunas, desnutridos, mujeres embarazadas sin control prenatal, en grave peligro para ellas y sus criaturas.
Venezuela hasta principios del Siglo
XXI, nunca fue un país de emigrantes. Durante la primera parte de la centuria
1800 salimos a liberar países hermanos, pero regresábamos a consolidar nuestra
independencia; después salíamos de vacaciones o a estudiar y retornábamos a la
Patria al concluir la etapa a servirle y engrandecerla. Al contrario, abrimos
las fronteras a quienes llegaron bien de Sur América en búsqueda de trabajo y
calidad de vida, bien de la Europa de pos guerra, consolidándose dentro del
territorio nacional múltiples colonias agrícolas (Turén, Bolívar, Tovar) o
fomentar negocios y cultivos que no conocíamos, como panaderías modernas
(portugueses), construcción (italianos), papas y frutales (españoles).
El presidente Maduro fustigó a Donald
Trump por su política migratoria, fundamentalmente por la construcción del
muro, ignominioso por cierto, para contener a los mexicanos que desde hace
muchos años evaden la vigilancia gringa, para colarse hacia el norte del río
Bravo.
Pero olvidó reconocer que míster Trump advirtió
claramente sobre esa política si ganaba los comicios electorales, de manera que
el pueblo norte americano votó respaldando un hecho que le fue oportunamente
propuesto. En cambio, durante el bienio 1998 – 99, Hugo Chávez no nos dijo que
trataría implantar el comunismo en Venezuela ni que consideraba a Cuba como la
isla de la fantasía o el mar de la felicidad. Fuimos engañados, entonces.
La llamada Doctrina Monroe fue sacada
de contexto, para aparentar que Estados Unidos considera a América Latina como
su patio trasero. Dicho planteamiento fue el centro de lo expuesto durante el Séptimo Mensaje Anual al
Congreso en 1823 por el Quinto Presidente norteamericano James Monroe,
refiriendo una propuesta al gobierno Imperial Ruso y al de Gran Bretaña, donde dijo
textualmente (fragmento): “En las discusiones a que ha dado lugar este interés y
en los acuerdos con que pueden terminar, se ha juzgado la ocasión propicia para
afirmar, como un principio que afecta a los derechos e intereses de los Estados
Unidos, que los continentes americanos, por la condición de libres e
independientes que han adquirido y mantienen, no deben en lo adelante ser
considerados como objetos de una colonización futura por ninguna potencia
europea”.
Por cierto, aunque Simón Bolívar había advertido en
diversos discursos sobre las pretensiones hegemónicas de EEUU, en el Congreso
Anfictiónico de Panamá en 1826, respaldó la tesis de Monroe, porque permitiría
la unidad y entendimiento del continente, lo cual había adelantado El Libertador en 1815, desde
Jamaica, cuando escribió: "¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuera para
nosotros lo que el de Corinto para los griegos!”. Así graficó la necesidad de
unir todo el continente americano.
Vale igualmente recordar que la llamada
Doctrina Monroe, fue creación e idea propiamente de quien lo sucedió en el
poder y fuera su Secretario de Estado Jhon Quincy Adams. La historia no puede
referirse por retazos, porque todos los hechos son causa de unos y efectos de
otros.
También habló el Jefe de Estado de política
interna, para tratar de persuadir sobre la legitimidad de su gobierno “después
de ganar 22 de 24 elecciones, celebradas durante los últimos 19 años”.
El mundo es un pañuelo señor Presidente, no
es posible ocultar en él la suspensión del acto de proclamación y juramentación
de los diputados del estado Amazonas,
para desconocer la mayoría calificada obtenida por la oposición a finales del
2015; la forma apresurada como la
Asamblea saliente designó a muchos de los actuales magistrados del Máximo
Tribunal de la República; las medidas cautelares dictadas por jueces incompetentes y actuando fuera de
jurisdicción, que interrumpieron el referendo revocatorio en el 2016 ni la nula
asistencia de los electores en los comicios del pasado mes de mayo, celebrados
a destiempo y sin que se dieran las condiciones para formalizar una candidatura
opositora.
Nada puede ocultarse bajo el sol ni en una Asamblea General ante la Organización
de Naciones Unidas, donde todo se oye, todo se ve y todo se dice. Dios proteja
a Venezuela!
jesusjimenezperaza@gmail.com
28/09/2018
Excelente la explicación sobre doctrina Monroe, en especial para los que, sin saber de que trata,la invocan . Oportuno el comentario sobre diputados de Amazonas, suspendidos hace varios años. El comentario sobre corinto y los griegos no creo que lo entiendan los funcionarios del ejecutivo y ni siquiera los diplomáticos acreditados en Grecia. Como siempre, gracias por el envio . JLp
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