Jesús
A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
El diccionario de la Real Academia Española
reconoce el vocablo “cantinflérico” como
adjetivo coloquial, que define a quien habla de manera disparatada e
incongruente. Evidentemente es un honor dispensado a Cantinflas, el celebérrimo
actor cómico mexicano, que se hizo universal.
Aunque divertido, el lenguaje acantinflado no es permitido o al menos
conveniente en ambientes académicos o en
aquellos que requieren seriedad y aplomo, como en política, donde una de sus acepciones es el arte de dirigir el
Estado, por lo que nada requiere de mayor seriedad.
Estos últimos días se han caracterizado por
planteamientos incongruentes, que hacen suponer el agotamiento de un discurso y
conducta pública del oficialismo que, hasta ahora, habían marcado el rumbo del
país.
El diputado, Diosdado Cabello, por ejemplo,
ha salido por diferentes ciudades a “defender
la Constitución”, lo que en principio es correcto, incluso es una
obligación de todo ciudadano investido o no de autoridad colaborar con su
vigencia efectiva. Pero que lo haga él precisamente, quien es el presidente de
la “Asamblea Nacional Constituyente” cuyo
fin teleológico es redactar una nueva Constitución, constituye
una actitud incongruente.
La señora Delcy Rodríguez aseguró que los
alimentos y medicinas que se trata de traer al país están contaminados o
envenenados, no dijo cuáles eran las bases que le permiten sustentar la
afirmación, aunque imagino es simple
retórica porque si no han llegado a Venezuela no puede haber tenido
acceso para ordenar los análisis técnicos correspondientes. Lo extraño es que
de ser así, porqué pide los repartan entre los niños de la Goajira colombiana?.
Es una propuesta criminal.
La Sala Constitucional el 08 de
febrero del corriente año, al dictar una ampliación de la sentencia del 11 de
enero del 2017, para concluir en la inconstitucionalidad del “Estatuto que rige
la Transición a la Democracia” dictado
por la Asamblea Nacional, manifiesta que debió recurrir al Derecho Comparado,
porque en nuestro texto constitucional no existe el término “Estatuto” para establecer las normas que
permitan la “supuesta transición hacia
un nuevo régimen de los poderes públicos”.
Si hubiesen investigado un poco para hacer
esa aseveración se hubiesen conseguido que, precisamente, el órgano que redactó
y propuso la Constitución Nacional de 1999 finalmente aprobada en referendo
nacional, se rigió por el “ESTATUTO DE
FUNCIONAMIENTO DE LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE”.
En reciente rueda de prensa el ministro Jorge
Rodríguez, manifestó que es ofensivo para la dignidad nacional que se nos quiera donar alimentos y
medicinas a través de la Ayuda Humanitaria, coordinada por varios países
amigos. Poco después anunció que Venezuela estaba enviando 100 toneladas como
donativo de productos básicos a la hermana
República de Cuba y el digno pueblo
cubano. Huelgan comentarios. También enviaron varios camiones de
provisiones a Cúcuta, que por lógica relación, tampoco lo consideran un pueblo con dignidad.
En una de sus abusivas intervenciones
televisivas, por lo largo y repetitivas de mensajes políticos, Nicolás Maduro
dijo lo que es muy razonable: El repunte económico de Venezuela pasa por la
multiplicación del trabajo creador, por la aplicación de lineamientos
científicos para el desarrollo de los medios de producción. Pero en seguida la
contradicción: vamos a festejar nuestra alegría extendiendo el carnaval,
durante dos días más de lo tradicional.
Como joya de la corona declaró haber girado
instrucciones para aceptar una “asistencia
técnica humanitaria a la Unión Europea”.
Esta ayuda técnica, imagino,
tendrá que ser para toda la vida si seguimos el criterio señalado por varios
altos personeros oficialistas, que con diversos cuadros estadísticos
caprichosos, comparan la ayuda humanitaria siempre de emergencia y provisional,
con los CLAP que son un programa de asistencia obligatoria como política
pública y permanente del gobierno.
Las contradicciones y ofertas populistas afloran
en estos momentos de crisis política, diría que terminal, del gobierno de
Maduro, pero han existido desde los inicios del chavismo, sólo que las mieles
del poder y los petrodólares en abundancia y sin control no permitían que,
buena parte del pueblo venezolano, pudiera apreciarlas.
Basta recordar la venta de los avioncitos de
algunos institutos y ministerios en el año 1999, como línea de austeridad y, de inmediato, la compra de un lujoso avión
presidencial; el kínder en la Casona; el balneario en el Guaire; el segundo “puente por debajo del agua” en el Lago
de Maracaibo, el subsidio directo al pueblo ofrecido en el equivalente a cien
dólares; hambre y el analfabetismo en
cero y un largo etcétera de ofertas contrarias al despilfarro de los dineros
del Estado, que fue la verdadera política desplegada.
Hoy, los distintos sectores de oposición
tienen la obligación de unirse al líder y el programa presentado por la
Asamblea Nacional, para no caer en contradicciones y cantinfladas. Después,
cuando hayamos recomenzado, vendrán nuevamente las luchas y enfrentamientos
políticos. Este es un estigma humano. Dios bendiga a Venezuela!
23/02/2019.
Excelente descripcion de las contradiciones del regimen. Sin duda: han sido y son cantinflericos. Es su naturaleza. Gracias tocayo
ResponderEliminar