sábado, 25 de enero de 2020

Culpa in eligendo.

Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
Aunque ya nada sorprende en el acontecer nacional, me resultó extraña  la información sobre un ente humano surgido de las planchas parlamentarias propuestas por la Unidad Democrática en diciembre del 2015, en el estado Lara, que saltó el muro de la ignominia, hacia lo desconocido. Pensé que después de 20 años y dos  gobiernos del PSUV, el mercado de conciencias estaba cerrado y definidos los cuadros dirigenciales, pero no es así.
Tampoco es cierto, como afirmó el señor Kiko Baptista en su ameno e informado programa en Globovisión, que la directiva oficialista de la Asamblea Nacional,  por llamarla de alguna manera, pasó a conformar un nuevo grupo opositor, no. Realmente pasó a una zona gris que repele la oposición y utiliza el gobierno a conveniencia porque sabe que sus integrantes tienen precio o miedo, como consecuencia los alimenta sin aceptarlos.
Posteriormente, en las redes y diferentes medios vi su foto, todo trajeado de azul con cara de yo no fui, más tarde, oí el  pueril argumento que como autodefensa planteaba que él sólo fue a votar por Luis Parra y que no había recibido ninguna contraprestación por tan asqueroso acto.
Ninguna referencia hizo  sobre lo medular del hecho. En esta Venezuela política y  justificadamente dividida, donde el oficialismo en los diferentes órganos públicos ejecuta actos que atentan contra su integridad y  los derechos humanos de sus habitantes, no se puede permitir a los representantes de la oposición acciones que de alguna manera favorezcan al gobierno, a menos que sean producto de una estrategia acordada interna y colectivamente para lograr un fin superior, como se corresponde en la alta política, en la política decente.
Tampoco ha hecho el ente ninguna acotación sobre su legitimidad. Es su obligación explicar cómo es que estando incorporado el diputado principal pueda hacer acto de presencia el segundo suplente. El Reglamento de Interior y de Debates de la Asamblea Nacional es muy claro al respecto. El principal sólo puede faltar a las sesiones o al trabajo de la Comisión correspondiente por causa justificada, en cuyo caso garantizará la presencia del suplente, quien debe ser convocado por la Secretaría o en el acto, acreditado por la Presidencia.
En todo caso, de haberse cumplido todos esos requisitos el suplente del suplente, tenía la obligación moral,  que está por encima de la legal en esta Venezuela al borde del abismo, de cumplir los acuerdos de la unidad opositora que como es público, notorio y comunicacional,  es mantener a Juan Guaidó en la Presidencia de la Cámara durante este último año del período parlamentario.
En principio sentí los efectos internos de la culpa in eligendo, figura que desde el antiguo Derecho Romano, sirve para calificar una conducta imprudente, negligente, inexperta o violadora de normas en la que podemos incurrir cuando elegimos a un representante. Ciertamente, al votar por la plancha propuesta por la MUD  en diciembre del 2015 lo hice por ese ente, con el agravante de no haberme molestado siquiera en preguntar quién era, cuales sus antecedentes políticos ni sus propuestas para llevar ante la Cámara la defensa de los derechos colectivos nacionales y regionales.
Únicamente me ocupé al depositar mi voto, en chequear que el candidato por la Lista era  Edgar Zambrano y su primer suplente Guillermo Palacios, quienes han cumplido a cabalidad con sus funciones parlamentarias, con decoro, coraje, riesgos y probidad.
También he tenido la satisfacción de constatar como el diputado Alfonso Marquina, electo por mi  Circuito, tuvo la entereza, la valentía y el desprendimiento necesarios para denunciar la causa eficiente, que en general dio pie a la traición del ente.
Para mitigar la idea sobre mi responsabilidad en la elección, un artículo de prensa producto de la pluma aguda del amigo José Ángel Ocanto, da cuenta de su antigua amistad con el ente, lo que a todas luces supone una eximente de mi culpa  ya que el desvarío del salta muros no era previsible. Pienso que cual Judas, la traición le fue germinando paulatinamente  a medida que las decisiones del gobierno nacional, van  causando escasez de productos y bienes básicos e inflación descontrolada, causa a la vez de desesperanzas y miseria en la población.
Nos queda la experiencia. Ahora estaremos más atentos en las próximas consultas electorales que, en los diferentes sectores y esferas del gobierno horizontalizado, habrán de realizarse. Muchos candidatos ya no podrán ser postulados, como la diputada por el estado Mérida Eddy Valero, quien prefirió adelantar el camino hacia la vida eterna manifestando: “Podré morir pero por mi voto no se pierde Venezuela”. No aceptó bálsamo condicionado para sus males, ni recibir dádivas a cambio de principios, repitiendo así el ejemplo de don Fermín Toro, quien ignorando la orden de integrarse a la Cámara después del asalto al Congreso Nacional por mandato de José Tadeo Monagas, el 24 de enero de 1848, pronunció las palabras que permanecen indelebles en la historia de Venezuela: “Decidle al general Monagas que mi cadáver podrán llevarlo, pero que Fermín Toro no se prostituye”.
Pero muchos otros siguen en el camino resistiendo persecuciones, ellos tendrán como recompensa la satisfacción de haber sido protagonistas en horas aciagas para una Patria que resurgirá con más bríos, porque todo un futuro promisor espera por nuestros hijos y nietos.
La templanza que ha costado heridas, muertes, destierro, cárcel y conatos de destrucción moral a nuestros diputados debe ser reconocida sin mezquindad. Cierto es que algunos han sucumbido, pero el juzgamiento  se debe hacer por la acción de la mayoría, no por la traición de pocos. Es el mismo caso de  los Apóstoles, once conformaron el Grupo de Escogidos y sólo 1 aceptó el soborno, que sirve como ejemplo de la existencia del mal como antítesis del Bien. Dios bendiga a Venezuela y a nuestros dignos diputados! 

26/01/2020.

 

1 comentario:

  1. Me gusta la cita que haces en las recopilaciones a la derecha de tu pagina, en este caso la del libro Mi Abuelo Romulo, que inicia diciendo que "la Republica Civil se inicia en el año 1958" ...

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