Jesús A.
Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
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La gran
diferencia entre las Elecciones del 2018 (presidenciales) y 2020
(parlamentarias): La tempestividad del mandato constitucional!
La
historia contemporánea pareciera muy fácil de interpretar porque ya los hechos
han sucedido y son relativamente frescos,
de manera que disponemos de elementos incluso susceptibles de testimonio inmemorial[i],
que nos permiten analizarlos y
determinar sus consecuencias inmediatas y mediatas. Esta acotación, sin
embargo, es un craso error. La Historia
es una disciplina que, al igual que las ciencias, requiere de un método y un
orden apropiado para que su interpretación sea lo más acorde posible a la
realidad y nos sirva de referencia para decisiones futuras.
Visto
en frío, creo que el proceso electoral parlamentario del 2005, ha sido un hecho
político en extremo importante, en el devenir de todo este gobierno continuado y anómalo,
porque no es socialista ni capitalista, implantado por los presidentes Hugo
Chávez y Nicolás Maduro.
Debemos
recordar que para el año 2005 Hugo Chávez presidía un gobierno débil. Tres años
antes había sufrido un vacío de poder
preñado de buenas intenciones (para la Sala Plena del TSJ. Agosto 2002) o un golpe de estado (para el oficialismo).
Si bien había sobrevivido a un proceso
revocatorio durante el año inmediatamente anterior (2004), lo pudo ganar
gracias a unas medidas populistas como repartir unos bonos equivalentes a 100
dólares, entre una base poblacional que ya no lo quería en el poder.
Pero
las Elecciones Parlamentarias de ese año, gracias al llamado abstencionista de los
dirigentes de la oposición, permitió al Bloque del Cambio elegir todos los
diputados, en consecuencia, que el Presidente Chávez se reeligiera
cómodamente con el 62,84% de los votos válidos, el año siguiente (2006).
El
exceso de poder revirtió contra el gobierno en poco tiempo, lo que es común en
sociología política, como lo demuestra el hecho de haber sido votada
negativamente la proposición de Reforma
Constitucional en el 2007, destinada a permitir la reelección indefinida, como
fuera solicitado activamente por el
propio Presidente y por la Asamblea Nacional.
La
abstención ordenada a las masas populares por la dirigencia opositora en el
2005 había, además que el gobierno se hiciera de una mayoría
calificada, realmente unánime en la Cámara,
permitido a ésta y al gobierno:
1.
Exoneración de control
político y administrativo por el Parlamento.
2.
Presentar el proyecto de Reforma
Constitucional en el 2007.
3.
Ante la desaprobación de la
Reforma, la Cámara con esa mayoría calificada pudo tomar la Iniciativa de
Enmienda N° 1, base legal para que Hugo
Chávez pudiera ser candidato por tercera vez.
4.
Tomar el control del
Tribunal Supremo de Justicia, mediante la Reforma de la Ley Orgánica de dicho
cuerpo, publicada en la Gaceta Oficial N° 39.522 del 01 de octubre del 2010, en
la cual se aumentó el número de Magistrados de 16 a 32, que además pudieron
designar a su antojo, vista la mayoría determinante.
5.
Mantener control por
designación y permanencia de los Suplentes, entre los cabezas del Poder
Ciudadano.
6.
Aprobar una Ley Habilitante
publicada el 02 de febrero del 2007, que autorizó al Presidente de la República
dictar una serie de Decretos Leyes, “para
adecuar el funcionamiento de la Administración Pública a una nueva realidad
fáctico – jurídica”, que en la práctica se tradujo en leyes de corte
socialista, al margen de la CN99 y de la voluntad popular.
7.
La Asamblea, dentro de su
potestad legislativa pero sin contrapeso interno alguno, pudo sancionar leyes
que han hecho enorme daño en diferentes campos muy sensibles, como la Actividad
Aseguradora (G.O Nº
5.990 Extraordinario del 29 de julio de 2010) y la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario (G.O N° 5.991 del 29 de julio del 2010), que legitimó al INTI para asumir
la función, que debería ser jurisdiccional, de desconocer el origen privado de
las tierras agrícolas, mediante la figura del desprendimiento de la República.
Hoy se habla nuevamente de la posibilidad que la
oposición no concurra a las Mesas Electorales, para designar los diputados que
habrán de constituir el Parlamento a instalarse el 05 de enero del 2021.
En mayo el 2018 me abstuve de votar porque eran unas
elecciones presidenciales intempestivas, no estaban previstas en nuestras
normas. Aunque las Constituciones de 1961 y 1999, no indican lapso para su
celebración, si lo establecía la CN1953 (artículo 104), para el día fijado por
el Congreso dentro de los tres meses anteriores a la Toma de Posesión, que a su
vez estaba determinado para el 19 de abril del año correspondiente.
De manera que aplicando el principio de la continuidad, las normas no derogadas
expresamente por una nueva Constitución se entienden novadas y, en
consecuencia, la reelección del
presidente Maduro, no podía ser antes del 05 de octubre del 2019, puesto su
Período ordinario era entre el 05 de enero del 2014 y el 05 de enero del 2020
(en el 2013 completó el lapso correspondiente por la falta absoluta de Chávez).
Pero no concurrir a las Parlamentarias del 2020, que
si tienen soporte legal y constitucional, además de político, implicaría que
tropecemos dos veces con la misma piedra.
Entiendo el argumento que nada hicimos con designar
una Asamblea con mayoría calificada en el 2015. Antes de su instalación e
incluso con los diputados ya proclamados por la autoridad administrativa
competente y aliada al gobierno (CNE), la Sala Electoral había transformado esa mayoría especial, en
una absoluta, suspendiendo a los diputados del estado Amazonas y que,
posteriormente, la Sala Constitucional castró por completo sus funciones parlamentarias
declarando la inconstitucionalidad de todas las leyes sancionadas.
Pero es el caso que de no haber votado en el 2105,
no hubiésemos podido demostrar la verdad
verdadera de la superioridad numérica de la oposición, por lo que el
conglomerado internacional, incluidos los principales países del área, la Unión
Europea y Estados Unidos de Norteamérica, no hubiese tenido argumento alguno,
para reconocer la legitimidad y fuerza de la oposición y su arraigo en el Poder
Popular.
También es cierto que elegimos algunos alacranes y
brinca pozos, a ellos me referí antes sobre nuestra responsabilidad colectiva in
eligendo. Es preciso entonces que los partidos tengan ojo avizor en la
conformación del listado a proponer, pero no puede quedar la posibilidad de
legitimar al actual gobierno nacional, con nuestra conducta omisiva. Dios
bendiga a Venezuela!
08/02/2020.
[i] Testimonio inmemorial, es la reiteración de los hechos más
antiguos, susceptibles de ser expuestos directamente por el hombre más viejo,
en un momento determinado.
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