Jesús A.
Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp.
Nicolás
Maduro ha sido el segundo mandatario de los gobiernos autocalificados como socialistas en Venezuela, aunque ese
carácter no tiene fuente constitucional. No era un candidato agraciado, popular,
ni transmitía emociones, simplemente fue el elegido de Hugo Chávez, quien sin
mayores explicaciones, cuando sintió que el cáncer le había ganado la batalla,
vino aceleradamente de Cuba y pidió a sus seguidores que, ante cualquier eventualidad,
sería Nicolás Maduro su gallo tapado como
llaman en México al sucesor presidencial. No hubo mayores razonamientos sino la voluntad de Chávez. La
verdad que Nicolás Maduro no se había destacado durante los gobiernos de su
mentor, donde presidió la Cámara de
Diputados y fue Canciller, principalmente.
En
una corta y especial campaña electoral
que impidió conocerlo a fondo, se percibió como absolutamente desacertado, no
tuvieron tiempo ni tan siquiera sus seguidores de sopesar las cualidades que
pudiera tener, para ejercer el altísimo cargo de jefe de Estado. Quizás lo más resaltante
mediáticamente fue cuando manifestó que
Chávez se le había aparecido en forma de pajarito.
Ante
las dudas de su triunfo electoral hizo una prudente declaración que permitiría
contar los votos en forma manual, pero
rápidamente la oferta fue revertida y la
señora Tibisay Lucena, declaró su triunfo
irreversible.
Por
supuesto, nadie pensaba que pudiera reorientar el rumbo de un país que su
predecesor no pudo destruir totalmente, porque los recursos económicos que
administró eran enormes. La venta de petróleo en forma sostenida a 100$/barril
como promedio, permitió a Chávez muchos desatinos y alargó nuestra agonía como
República abastecida.
El
Presidente Maduro sacó de su séquito varios aliados fundamentales de Chávez,
pero designó otros con las mismas características. Cambió personajes pero no
políticas fundamentales, que llevaron al país al colapso político, social y económico, en servicios e
infraestructura.
La corrupción ha sido imposible superarla porque
ya era monumental, de manera que se mantuvo igual. Todas las grandes obras
pagadas y paralizadas constituidas en cantos a la desidia y el derroche. Se
dice que hasta los costosísimos satélites, abandonaron la ruta socialista trazada
en la estratosfera por los chinos y ahora, cual judíos errantes surcan el
espacio infinito con rumbo desconocido.
En
el campo internacional todo ha sido distinto en relación al número uno de la
Quinta República. No hay ahora petrodólares suficientes para mantener la
fidelidad del conjunto de islas confederadas del Caribe, salvo las insaciables
alforjas cubanas. China, Rusia y algún país árabe se ubicaron dentro de la
minería metálica, para seguirlo acompañando, pero hasta un límite. El Sur del
continente descorrió casi por completo y por vía electoral la cortina roja rojita; Lula Da Silva y Dilma
Russeff son ahora procesados por la justicia brasileña y el nuevo mejor amigo de Hugo Chávez, el Dr.
Juan Manuel Santos, debió dar paso al joven presidente colombiano Iván Duque,
declarándole abiertamente una nueva,
recíproca y abismal enemistad al presidente Maduro.
En
este mismo campo extra fronteras, quizás lo más complicado ha sido que Estados
Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima, que suman aproximadamente 60
países de los más desarrollados y poblados del mundo, desconocen el régimen
puesto apoyan a Juan Guaidó como Presidente Interino de Venezuela.
Todo
se le complicó con la inconstitucional e intempestiva renovación del mandato en mayo
del 2018, ya que la CN99 no determinaba esa oportunidad y debía aplicarse, en
consecuencia, la costumbre y el principio
de la permanencia constitucional, por lo que conforme a la
CN1953 el acto electoral debió cumplirse dentro de los meses de octubre,
noviembre o diciembre de ese año, el día fijado por el Consejo Nacional Electoral.
La
táctica del presidente ante todos estos elementos negativos en contra y la
pérdida absoluta de popularidad, incluidos los más conspicuos ministros de Hugo
Chávez, ha sido refugiarse en el mundo militar y controlar rígidamente el resto
de Poderes Públicos.
A
finales del 2015, cuando su partido perdió la consulta electoral parlamentaria
en forma estrepitosa, a pesar que el Consejo Nacional Electoral ya había
proclamado 112 diputados de oposición y por ende, estaban investido con el
fuero procesal especial que les otorga el artículo 200 CN99, los diputados
oficialistas electos en el 2010 ya de salida pero aún en funciones, durante los
últimos veinte días de vigencia atropellaron el procedimiento para la
renovación del Tribunal Supremo de Justicia, dictando la nueva Sala Electoral
durante el receso judicial, una medida
precautelar sin los requisitos indispensables del fumus boni juris (buen humo de Derecho) y
pericullum in mora (peligro de tardanza). Como consecuencia suspendió tres
parlamentarios del estado Amazonas, con lo cual ya no tendría el bloque
opositor mayoría calificada de 112
diputados ([i]),
sino mayoría absoluta conformada por 109.
La
Sala Constitucional resultante de esa misma jugada, anuló enteramente la potestad legislativa del Parlamento, declarando
la inconstitucionalidad de todas las leyes sancionadas legítimamente e impidió
el ejercicio de su función contralora
que también corresponde a los diputados.
La
tercera potestad que tiene atribuida el Parlamento es la representatividad, a través de la cual debe aprobar previamente los
contratos donde tenga interés la República; la designación de altos funcionarios;
tomar la iniciativa para enmiendas o reformas constitucionales y otras. Esta
representatividad fue anulada con la convocatoria por vía
presidencial a la instalación de una Asamblea
Nacional Constituyente, como al final se hizo con una extrañísima masa
electoral verticalizada o de segundo grado, a pesar que el voto en Venezuela es
universal, directo y secreto. Además, claramente el Presidente de la República o el 15% del
padrón electoral o las dos terceras partes de la Cámara de Diputados o las dos
terceras partes de los Concejos Municipales en cabildo, sólo tienen potestad para tomar la iniciativa a fin que
que el Consejo Nacional Electoral llame, a un primer referendo, para determinar si el Pueblo de Venezuela quiere
convocar a dicha Asamblea Nacional
Constituyente (arts. 347 y 348 CN99). Este vicio constituye en Derecho una extralimitación de funciones, que anula el acto sin posibilidad de enmienda posterior, de manera que todos los cumplidos directamente o por orden de la Constituyente son irremediablemente inexistentes.
Como
quiera que el mundo entero y
especialmente los organismos multilaterales
de crédito, saben que conforme a los artículos 150 y 187, ordinales 3°, 6° y 8°
CN99, es requerida la autorización de la Asamblea Nacional para solicitar créditos
públicos y a los efectos, no les fue aceptada la tentativa de tramitación con la
aprobación por la irrita constituyente, se ensayó una opereta para designar a
un aliado del oficialismo, como Presidente de un Parlamento paralelo instalado
el día 5 de enero del 2020, en la sede oficial pero restringiendo con la fuerza
pública del Estado, la entrada a los verdaderos diputados principales o a los
legítimos suplentes de aquellos, quienes se instalaron válidamente en otro
sitio de la ciudad. El problema para el gobierno fue que las imágenes de los
medios de comunicación y de las redes sociales, no respetan fronteras ni acatan
órdenes ilegítimas.
No
podrá jamás, válidamente, sustituir este “parlamento
sin diputados” al Parlamento Nacional.
Cómo será de burda la sesión
cantinflérica presidida por un diputado del estado Yaracuy, creo que de
apellido Parra, que no ha sido convalidada por el Tribunal Supremo de Justicia,
ante la ausencia de pruebas sobre el
número y carácter de los ciudadanos presentes en el Palacio Legislativo, el 05
de enero del 2020 a las 10 am.
Así
pasó el presidente Nicolás Maduro a tomar un férreo control del país, muy
superior al que pudo lograr Hugo Chávez. Todo lo referido antes es fácilmente perceptible
no sólo en el país sino allende los mares, como surge del trabajo de campo
realizado por Freedom House, Organización No gubernamental, con sede en
Washington, cuyo objeto principal es la investigación científico – social,
sobre el estado del sistema democrático, libertad política y respeto a los
derechos humanos en el planeta Tierra. Desde hace casi 50 años mantiene
vigilancia en los cinco continentes, en casi todos los países del mundo y muy especialmente en 35 de América, aunque
la fundación de la organización data desde 1941.
La democracia plena, que
es el dato de mayor importancia dentro del Informe anual de Freedom House, se mide siguiendo una línea constante
entre 1 (plena libertad) a 7 (tiranía dura). El país que en base a
los elementos constatados: procesos electorales limpios, pluralismo y
participación, gobernabilidad, libertad de expresión, derecho de asociación y
respeto al sistema jurídico propio, se mantenga en el rango 1,00 a 2,50 se califica como un país libre; entre la escala de 3,00 a 5,00 se le considera como parcialmente libre y, finalmente,
desde 5,50 a 7,00 se le aprecia como
territorio no libre o sin libertad. Ese
año de la medición (2018) en el continente americano solamente fueron
calificados como no libres, Cuba y Venezuela.
Es
justo decir que Freedom House es financiada en gran porcentaje por Estados
Unidos, cuyo gobierno es abiertamente enemigo del oficialismo en Venezuela,
pero también constituye una manifestación de imparcialidad, el hecho que
aliados políticos y comerciales de Norteamérica como Colombia (Plan Colombia) y
México (Tratado 3 G) por fallas conseguidas en algunos de los ítems, se
consideraron en el rango 3,00 a 5,00, es decir, como parcialmente libres. Seguramente por el tema del narco tráfico en
esas dos importantes naciones, que debilitan la gobernabilidad y la debida aplicación
del sistema jurídico.
Es
prudente también señalar que dejando aparte el financiamiento económico de la
organización, está presidida y dirigida
por reconocidos y prestigiosos líderes empresariales y laborales, ex funcionarios superiores de gobiernos,
académicos, escritores y periodistas lo que constituye factor de imparcialidad
en sus apreciaciones, salvo prueba en contrario.
He considerado prudente hacer un recuento de los dos gobiernos de la
llamada Quinta República, porque muchos jóvenes fundamentalmente, viven y
sufren en ella, pero van olvidando el origen que es siempre
fundamental conocer y recordar, para decidir con propiedad y objetividad en el futuro
promisor que nos espera. El Apóstol de la democracia en Venezuela Dr. Arístides Calvani, advertía sobre la necesidad de implantar la democracia donde no exista, fortalecerla cuando esté débil y preservarla donde rija. Dios bendiga a Venezuela!
08/04/2020.
([i])
Vale la pena recordar para la ominosa historia
judicial de este país, que la medida cautelar innominada se decide estando ya vigente el acto administrativo
de proclamación y adjudicación a los diputados del estado Amazonas, dictado por
el CNE, por tanto con presunción de veracidad, ejecutoriedad y ejecutividad y
que la razón principal de hecho que la motiva, fue una conversación anónima,
vía telefónica, con grabación no autorizada judicialmente, donde supuestamente
se ofrece una pequeña cantidad de dinero por unos pocos votos, que se desconoce si se depositaron y
que en ningún caso cambiaba el resultado
electoral definitivo. La noticia pública y comunicacional que refiere la
decisión cautelar interlocutoria, como requisito para el dictamen, nace de una publicación en la Página web del
Parlamento hasta ese momento oficialista. Es de destacar que después de cuatro
años, la Sala Electoral no ha decidido nada al respecto, para mantenerla o
revocarla, pero ya produjo efectos definitivos y de importancia extrema,
durante toda la vigencia de la actual Cámara de Diputados. Todas las
condiciones de procedibilidad referidas y los efectos producidos por la medida,
contrarían gravemente los principios jurídicos, doctrinarios y
jurisprudenciales que sustentan el Derecho Procesal, específicamente Cautelar
del país.
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