viernes, 14 de agosto de 2020

Fractura social interna, mientras el mundo cicatriza heridas.


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp

Es realmente alarmante como los diferentes grupos en los cuales se secciona la oposición venezolana, está de acuerdo en todos los elementos básicos para calificar la acción gubernamental, entre ellas la ruptura del estado de Derecho, del cual dimana todo lo demás, pero se disgrega en lo más importante, que es la forma de solucionar el problema macro, que no es otro que la deteriorada calidad de vida de los venezolanos, que va desde la falta más absoluta de elementos vitales como el pan diario, para una buena parte de la población menos favorecida, hasta la ausencia o deficiencia de servicios públicos e insumos  como agua, electricidad, gasolina, gas, pasando por los asfixiantes costos de alimentos y medicinas, para otra buena parte de los ciudadanos.

Entiendo perfectamente el escepticismo que puede despertar la conducción de los partidos y líderes políticos, porque son muchos los errores cometidos en general, por todos. Tales esguinces se iniciaron con la absurda candidatura de uno de los comandantes aliados de Hugo Chávez en la renovación de autoridades en el año 2000. Aun cuando se perdiera ante el liderazgo que  tenía el Presidente en funciones, era oportunidad propicia para iniciar la consolidación de un frente opositor bien coordinado. Para entonces existían voces que advertían el tormentoso futuro político del país, pero faltó apropiada conducción.

Tampoco la dirigencia estuvo a la altura en los hechos posteriores a abril del 2002, es una ligereza pensar que la sola oferta de las misiones fue suficiente para consolidar un gobierno sin programa viable, ni norte fijo. Por supuesto, que la abstención en las elecciones parlamentarias del 2005, marca un hito en la sucesión de errores. El resultado de la consulta plebiscitaria del 2007 demuestra que dos años antes, con una campaña bien estructurada, se hubiese obtenido una conformación de fuerza en la Cámara que, al menos, hubiese impedido la consolidación del régimen como en definitiva se logró con el llamado expreso a no votar.

La división casi por partes iguales del electorado en el 2013, cuando Nicolás Maduro obtuvo el 50,61% y Henrique Capriles el 49,12%, obligaba a todos a adoptar conductas cónsonas con un futuro mediato y cierto para la oposición. No niego que la siguiente secuencia de acontecimientos fue tergiversada por hechos condenables, ejecutados por diferentes organismos públicos, pero ello ha debido justificar más el amalgamiento de la oposición, olvidando intereses personales y mezquinos que a cada rato afloran, como los saltos de talanqueras y la conformación de grupos electoreros, sin cabeza visible y suficientemente reconocida en el país.

Tampoco fue capaz nuestro liderazgo, en general y salvo la conducta plausible de quienes hayan cumplido sus funciones,  de capitalizar la mayoría calificada obtenida en las parlamentarias del 2015 y fueron omisos en canalizar la aberrante desviación del proceso revocatorio del 2016. No se manejó apropiadamente el abuso oficialista para la convocatoria, proceso e instalación de la Asamblea Constituyente del 2017, independientemente de las resultas construida irregularmente por la fuerza formal de las instituciones del Estado, pero quien asume un liderazgo tiene que ejercerlo y rendir cuentas de su gestión o apartarse con dignidad.

Hoy, ante esa cadena de errores y la grave e insostenible situación en la cual se encuentra el pueblo venezolano, debemos conseguir una forma de reagruparnos, de consolidar un frente opositor lo que, por lógica implica, que cada grupo debe declinar alguna de sus ideas u ofertas para que pueda nutrir un proyecto final.

En este orden de ideas creo que debemos prestar mayor atención a las exhortaciones y reflexiones expresadas por la Conferencia Episcopal Venezolana, de fecha 11 de agosto del 2020, quien expresa estar consciente de las irregularidades de la convocatoria y preparación del evento electoral del 06 de diciembre pero llama a votar y, en todo caso solicita “del grupo importante de líderes y partidos políticos”, que pregonan la abstención, indiquen con responsabilidad cuales son las conductas alternas a seguir, puesto “la sola abstención hará crecer la fractura político social en el país y la desesperanza ante el futuro”.

Ese llamado debe ser respondido con seriedad y responsabilidad, no basta que se repitan las excusas de la conducta tramposa del gobierno, en diferentes esferas del estamento público, porque ya las conocemos y en ello estamos de acuerdo los integrantes del pueblo llano, como también lo están los firmantes del Comunicado de marras, porque así lo expresan en la primera parte del mismo.

La única excusa que estos líderes y partidos, que en general son los mismos que han venido dirigiendo el sector oposicionista desde el año 2000, en la forma errática que infra expresé, es que se puede perder el apoyo de los países que se han pronunciado favorablemente en la comunidad internacional. Pues bien, la Iglesia, que somos todos, representada por los obispos y arzobispos que firman el Comunicado, tiene mayor fuerza política y moral que todos esos países juntos, de manera que deben buscar otro argumento o adherirse al llamado de quienes mejor que nadie y desinteresadamente, conocen las penurias del pueblo.

Es cierto que existen  minúsculas minorías de lobos disfrazados de ovejas, que aparentemente respaldan el llamado a votar, pero que de fondo tienen intereses comunes con el gobierno. Ya esa minoría no engaña a nadie y deberán seguir así, con sus 33 monedas de oro y las alegrías externas, pero con el dolor en el alma de saberse traidores de quienes confiaron en ellos.

También es verdad que muchos venezolanos decentes, desesperados por la situación, esperan resultados positivos de la abstención. Es hora que reflexionen, el solo hecho de la buena fe hará posible una nueva reconciliación y unificación de estrategias alrededor del llamado que hace la carta pastoral.

No es posible que los venezolanos, quienes entramos tarde al siglo XX también retrasemos el ingreso al XXI, cuando el mundo de la pos pandemia está dando grandes y positivas manifestaciones, como la reunificación de Corea y el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y  Emiratos Árabes Unidos.

Recibamos con mucha fe y esperanza, la bendición que los Pastores de la Iglesia nos envían como pie de su exhortación. Dios bendiga a Venezuela!

 

jesusjimenezperaza@gmail.com

14/08/2020.

 

 

 

 

8 comentarios:

  1. Excelente articulo amigo Jesus, Como siempre...!!

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  2. Como siempre pariente, muy claro y sincero en sus opiniones. Dios bendiga a todos.

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  3. Excelente y certero análisis ,objetivo y clarificador.

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  4. De acuerdo. No basta la abstención. Eso es lo cómodo. Necesitamos movilizar a la población para ejercer el derecho al voto y defenderlo, elevar el costo político al fraude. Hay que organizarse para hacer frente al tsj, cne, Fiscalia y a los militares, que sirven de pilares a la dictadura y al fraude. Ese es el trabajo que hay que hacer. Eso no lo conseguiremos por la vía de la abstención. El escenario épico no es el de los demócratas, como si lo es el voto y su defensa.

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  5. Además, querida Nelly, no podemos tropezar nuevamente con la piedra del 2005. Esa es una experiencia que no podemos desperdiciar, todo el reacomodo de fuerzas chavistas vino como consecuencia de la abstención. Claro que habrán trampas y abusos en el 2020, pero sólo estando presentes podemos documentarlas, denunciarlas y sobreponernos. Un abrazo y felicitaciones junto a Alfredo por el aniversario de bodas.



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  6. Como siempre, excelente artículo. Necesaria orientación jesus lopez Polanco

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  7. Como siempre, excelente artículo. Necesaria orientación jesus lopez Polanco

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