sábado, 13 de febrero de 2021

Es prioritario escoger buenos candidatos y votar.


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp 

Decíamos en nuestro anterior artículo que sólo faltan once meses para lograr salir, por vías democráticas, de este gobierno nefasto que tanto daño ha causado a la nación venezolana. Todos los elementos de esa línea de pensamiento son fundamentales. Debemos entender que el lapso referido es corto para la inmensa tarea por cumplir, por lo que no se debe perder ni un minuto más en sandeces y discusiones estériles.

La forma de lograrlo tiene que ser la permitida por la CN1999, porque cualquiera distinta nos sumiría en una aventura que pudiera ser peor, aunque por la magnitud de la actual crisis política y social, pareciera imposible. Cada uno de los círculos del infierno de Dante daba la impresión de  ser insuperable, pero no, siempre existían otros que hacía ver al anterior como soportable.

El mal causado es a la nación entera, conformada por  los elementos de un territorio que se desintegra al oeste, por la acción guerrillera de los grupos irregulares de Colombia; por el este con  las actuaciones del Tribunal Internacional de Justicia, que declaró su competencia para conocer nuestra reclamación sobre Guyana lo que pone en inminente peligro el territorio en disputa, y cuyos derechos de posesión y propiedad siempre hemos sostenido, amparados en la ley y tratados válidamente firmados; por el sur, con actividades fuera de control por grupos también irregulares que diezman nuestros recursos sin orden ni técnicas apropiadas, que dilapidan riquezas que conforman un patrimonio de la humanidad puesto por Dios allí y que tardarán más de mil años en recuperarse.

El norte, no está exento  de tan maquiavélica conducta. El mar territorial y la plataforma submarina vigiladas por potencias extranjeras, que impiden la libre circulación de nuestros productos exportables, como represalia por la violación interna a los derechos humanos. La frágil biodiversidad de los espacios marítimos e insulares también sufre modificaciones ilegales para el disfrute exclusivo de algunos privilegiados a quienes se ha permitido construcciones de placer.

La población, otro elemento del concepto republicano en franca diáspora, busca allende los mares lo más elemental para la sobrevivencia. Ella ocasiona grandes males que en la actualidad no se perciben en toda su extensión, como el desarraigo de la tierra y la separación del círculo familiar y de los amigos.

También las costumbres,  el idioma y la cultura son parte de la Nación que se nos esfuma. Todo ello obliga a renunciar a apetencias personales y políticas para reorientar nuestra Venezuela.

Participar en las próximas elecciones no implica renunciar a ninguna expectativa, porque ninguna tuvimos con los diferentes episodios abstencionistas ya cumplidos en 2005, 2018 y el más reciente de diciembre del 2020. Son fantasiosas las hipotéticas intervenciones militares internas o externas, las primeras porque existe un control absoluto por parte del gobierno sobre la FAN y las segundas,  ya que ningún país con poderío bélico tiene interés en hacerlo, al contrario, también están agobiados por factores propios y la pandemia. 

Nuestro camino es el electoral sin esperar que nos ofrezcan condiciones óptimas, porque ya antes permitimos la concentración de todos los Poderes del Estado regidos por el Ejecutivo, y en una democracia verdadera sólo ellos pueden controlarse en forma mutua. De manera que en esas condiciones debemos imponernos pacíficamente porque somos mayoría.

El panorama electoral durante el presente año está determinado por las elecciones de gobernadores, alcaldes y diputados regionales. No creo sea posible una unidad opositora, más si una de propósitos que ojalá permita la recíproca protección de los votos en los organismos electorales.

Es de presagiar que el PSUV, no obstante sus marcadas diferencias internas, irá con sus propios candidatos.

No parece posible que los políticos contrarios al gobierno, puedan ceder sus pretensiones en quienes tengan mayores posibilidades de éxito. No aspiro se repita en Venezuela el ejemplo de  un Ricardo Lagos Escobar entregando la batuta a Patricio Aylwin, como reconocimiento de mayor liderazgo opositor, en las horas aciagas chilenas cuando la democracia hacía pininos, para dejar atrás la dictadura de Pinochet.

Todos sabemos existe una oposición en la periferia gubernamental, que lo ayuda a perpetuarse. Ella concurrirá al acto electoral con sus propios candidatos, escogidos como quieran hacerlo, pero no podemos permitir logren lo que de fondo buscan: dividir.

Vamos a deslindarnos de una vez, si lo hacemos antes de las elecciones se causa  menor daño. De un lado los  opositores pro gobierno y por el otro, la oposición en toda la extensión del concepto, que no se lucra ni vende principios, es esa precisamente la que debe dirigir al vasto pueblo que lo respalda, si se le explica el mensaje y se le muestra un líder confiable. Esta oposición no puede tener candidatos sacados de los senos de partidos como si fuera el sombrero de un mago, sino de consultas populares de base, con la concurrencia de diferentes miembros de la sociedad civil y de los partidos mismos que se postulen para escoger el mejor.

No faltarán los pesimistas, quienes piensan que ya todo está perdido, que ganaron los malos y quienes como Pilatos se laven las manos absteniéndose, allá ellos con su responsabilidad. Al grueso, al pueblo llano, nos corresponde concurrir al acto electoral, respetar las normas y hacernos respetar. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

13/02/2021.

 

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me gustó tu artículo, cuando terminé de leerlo, me pregunte a mi misma, de dónde lo va a sacar candidadtos lideres que sean honestos? -porque en Venezuela el bandolerismo, la maldad, la corrupcion, los crimenes y la perdida de valores en todos los aspetos se ha extendido, quedan sus raras ecepciones, pero no quieren entrar en la politica por miedo de contagiarse, esa es la peor pandemia que ataca a los venezolanos, y ataca a muchos países.

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