martes, 2 de febrero de 2021

La unidad de propósitos debe ser el lazo entre los sectores opositores.


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp 

En el Mensaje Anual ante el Parlamento, el jefe de Estado puso mucho énfasis en su ilimitado poderío; repitió las tradicionales ofertas sobre la recuperación económica y dibujó un país que todos sabemos no existe. Si el hombre ejerce el poder sin limitarlo por sí mismo con  humildad, y toma en forma literal el principio bíblico según el cual  estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, concluye inexorable y equívocamente en la pretensión de investirse  de omnipotencia que es atributo exclusivo del Supremo Creador.

Los demás Poderes del Estado respaldan sin contrapeso al Ejecutivo Nacional. Hace algunos días el  Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, en el discurso de apertura del Año Judicial, ofreció ante la presencia  de los más altos funcionarios del Estado, la condenatoria a los diputados salientes por las gestiones cumplidas desde el año 2016. Dijo además, que toda la magistratura estaría dispuesta a dictar la sentencia, sin advertir que no existe una cadena de mando judicial, porque cada juez es independiente y soberano en el ejercicio de sus funciones.

Por su parte, en programa de televisión el Segundo Vicepresidente de la Asamblea Nacional, agradeció al jefe del Estado la designación en el cargo que recién estrena, sin recordar a los televidentes que esa elección depende del pleno parlamentario y, políticamente, lo que es moralmente permitido, de la fracción mayoritaria. La colaboración necesaria entre los diferentes órganos, está prevista para la realización de los supremos fines del Estado, no para intervenir en la designación de los representantes de cada uno de los Poderes Públicos.

Ninguno de ellos declara por ignorancia, sino para transmitir un mensaje destinado a demostrar la conformación del bloque Estado - gobierno - partido y la necesaria obediencia a un solo jefe, que es un principio del más rancio  socialismo, ya que nadie en el país intervendrá para equilibrar fuerzas y garantizar derechos.

Esta alianza en quienes constituyen el oficialismo requiere, para enfrentarla, de organización y unidad de propósitos en todos los sectores opositores, que son múltiples porque todas las áreas, económicas, sociales, gremiales, están afectadas por el desgobierno chavista – madurista.

Pero precisamente esta multiplicidad de afectados es lo que ha impedido que se logre la unidad, ya que cada fracción propone vías de acción que se contrarían. Algunos refugiados en la abstención, no ven  salida interna, pacífica y electoral, sino mediante la intervención de organismos multilaterales mediante la aplicación de las Cartas Democrática Interamericana, la de  Organización de Estados Americanos o la de Naciones Unidas  y, otros, mediante los caminos trazados por el ordenamiento constitucional y legal internos porque, en principio, son necesarios cumplir antes de recurrir a los dispositivos del Derecho Internacional. Algunas tesis permiten la recurrencia directa, fundadas en el hecho de la deficiencia en los servicios internos de justicia, pero la misma no es unánimemente aceptada.

Queda claro entonces que ante esa dicotomía no es posible agruparse en una organización única, pero ello no impide que se reconozcan recíprocamente, porque existe clara y justificada unidad de propósitos. Fortalecidos por la búsqueda común deben  excluir de sus filas a esa masa conformada en la zona gris por los llamados alacranes,  considerándose a todo evento como oficialistas, porque están colaborando abiertamente con éste.

El apoyo entre los dos grupos opositores se daría en base a la unidad de propósitos, de manera en los comicios electorales internos concurramos todos, en todas las etapas, desde el llamado a votar hasta cuidar los sufragios en las Mesas Electorales, porque ese hecho mismo en caso que el resultado fuere ilegalmente desconocido por el gobierno, les sirve a los hoy abstencionistas como demostración de la necesidad de la aplicación de medidas cautelares internacionales, petición que en contraprestación debe ser refrendada por la oposición entera, lo que con seguridad llamaría favorablemente la atención de los dirigentes de la ONU, OEA, Unión Europea y Grupo de Lima.

Podemos recordar que para los comicios de 1963 y 1968 los grupos de izquierda pregonaban el abstencionismo, sólo que electoralmente representaban un sector muy pequeño que no influía en los resultados finales. Pero hoy es el minúsculo grupo socialista quien gobierna, beneficiado por el alejamiento  de las Mesas del sector electoralmente más robusto. Así es como el PSUV, incluso ya sin aliados,  con votación mínima cautiva y,  sus conocidas artimañas  facilitadas por la falta de representación opositora en los órganos electorales, puede mantenerse legalmente en el ejercicio del poder.

Cada sector opositor debe entender que el otro hace su planteamiento de buena voluntad. El abstencionismo no es una filosofía teleológica para un sector de venezolanos, sino que sienten frustración  por realizar infinidad de marchas y haber recurrido a muchos actos electorales, sin ver un resultado práctico a pesar del deterioro humano y urbanístico que día a día nos agobia.

Pero tampoco podemos culpar al voto infructuoso de todos los males. El sufragio por Chávez en 1998 y el aprobatorio de la Constituyente en 1999, fue legítimo. Muchos vieron una forma de armonizar al país y controlar a una sociedad que se desbocaba. Podemos recordar como testimonial, la intervención del ex presidente Rafael Caldera en el Congreso Nacional, cuando recalcó que no podía exigirse el desgarramiento de vestiduras a un pueblo hambriento, atrapado por el morbo de la corrupción. Esos males sólo podía atribuirse, en ese momento, a los gobiernos de la República Civil.

En el año 2000 estaba cantado antes del acto electoral que Hugo Chávez tenía la mayoría, además se recurrió a un hombre como Arias Cárdenas que era de su mismo grupo de golpistas por lo que no fue atracción para la oposición. En el movimiento del 2002, el Presidente seguía teniendo preferencia popular, sólo que muchos se encandilaron con la manifestación desbordante que lo repudió en abril, pero eran muchos más los venezolanos silentes que lo respaldaban. Igual que en el 2006, a pesar del esfuerzo del candidato esta vez sí opositor, Manuel Rosales, quien sufrió entre otros fenómenos, secuelas de la abstención en las parlamentarias del 2005.

Cómo podían imaginar nuestros dirigentes opositores que después de pregonar la abstención un año, al siguiente podían pedir que fuéramos a votar aun cuando fueran Poderes distintos. Ya estaba en el ambiente político que estábamos frente al sistema socialista de un solo gobierno.

Ciertamente han existido procesos controlados irregularmente por el Poder Electoral y los órganos jurisdiccionales competentes, pero el tema no lo resolvemos como el avestruz escondiendo la cabeza, sino presentándonos en la lucha legal para poder documentar y  demostrar, las triquiñuelas que permite el poder absoluto que no podemos olvidar, no es omnímodo. Dios proteja a Venezuela! 

jesusjimenezperaza@gmail.com

02/02/2021

 

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