martes, 15 de junio de 2021

Si cambian las condiciones………..!


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp  


He leído una serie de artículos y reflexiones en las redes sociales, algunos me han sido enviados directamente por amigos aspirantes a cargos de elección popular o, simplemente   como yo,   que sólo   tienen  interés   ciudadano  por un  cambio de gobierno al ver como se deteriora el país y la vida de los connacionales bajo este sistema socialistoide.

Los mensajes, algunos motivados otros estilo estribillo, plantean su intención de cumplir con el derecho y la obligación de participar el próximo 21 de noviembre en las elecciones regionales, “sólo si cambian las condiciones”. Invariablemente les respondo cuando el recado es directo o pienso cuando es abierto, que las condiciones no van a cambiar en el estricto sentido como esperan, vale decir, mediante un acuerdo con el gobierno o con el Consejo Nacional Electoral donde se obliguen a restablecer los partidos políticos intervenidos o los líderes ilegalmente inhabilitados, aprobarles el uso de sus tarjetas, colores y símbolos, prohibir los llamados “puntos rojos”, impedir el acompañamiento del votante para que no pueda ser coaccionado, etc.

Para muestra de su postura e intransigencia podemos remitirnos a la actitud asumida por el diputado Diosdado Cabello, cuando el vicepresidente del máximo órgano electoral solicitó una investigación, por el hecho de utilizar los medios de comunicación del Estado e iniciar intempestivamente la campaña electoral interna en el PSUV, aupando los candidatos de su preferencia. El señor Cabello, en su arrebato, descalificó incluso a los miembros del Consejo Nacional Electoral que le son afines, porque  acusa al rector Enrique Márquez de no ser designado directamente por el pueblo, imputación que se extiende a todos ya que  ninguno de ellos lo es, ni pueden serlo puesto conforme a la CN1999, deben ser nombrados por la Asamblea Nacional, después de un proceso donde intervienen  otros Poderes y organizaciones de las sociedades intermedias, que entiendo fue debidamente cumplido.

Tampoco fueron electos directamente por el Poder Popular la cantidad de magistrados, principales y suplentes del Tribunal Supremo de Justicia, en las postrimerías  de la Asamblea Nacional (2011 – 2016), bajo la presidencia ejercida por el diputado Cabello compactando el proceso administrativo, porque en el texto constitucional no se prevé elección directa en el Poder Judicial, sino a través del ejercicio de la democracia representativa. Sólo el Presidente de la República y los Diputados a la Asamblea Nacional son electos mediante elección popular, directa, universal y secreta, en lo que se refiere al Poder Nacional.  

Es siempre, señor diputado, conveniente cuidar las palabras, ellas deben conservar el vínculo entre el corazón y la razón, para que sean fecundas y no reviertan. Así lo dice la Palabra de Dios: “Porque yo os daré un lenguaje y una sabiduría que no podrán resistir ni contradecir ninguno de vuestros adversarios” (Lucas, 21:15).

Aquellas peticiones, por constitucionales y ajustadas a la ley,  indudablemente serían procedentes si en Venezuela funcionara el sistema democrático, que implica el respeto institucional, el equilibrio y el control entre los diferentes Poderes del Estado. Pero no existe, todos en el país y allende los mares saben que nuestro sistema está atrofiado. Allí es donde estriba la fuerza oficialista, es esa la única forma como puede aspirar a continuar en el ejercicio del poder, un partido y un gobierno que en nuestro caso son términos sinónimos, a pesar de tener más del 80% de la población en contra porque vive en condiciones paupérrimas.

Pero hay una forma de hacer valer las condiciones que ya están listadas en las leyes electorales y en la Constitución Nacional. Debemos empezar por los líderes políticos. Ellos deben buscar un sistema justo para abanderar a los candidatos a los diferentes cargos, bien por encuestas objetivas y técnicamente elaboradas, bien por escogencia interna llamando a la población a unas “primarias” que se pueden celebrar directamente en cada plaza Bolívar, de cada rincón de Venezuela, donde además de los miembros acreditados de los partidos participen ciudadanos que tengan un currículo apropiado, aun cuando no hayan ejercido la política activa. Sin egoísmos deben respetar la escogencia popular y  los pocos partidos validados, deberán ceder sus tarjetas para ir a la gesta electoral; deben preparar apropiadamente a los testigos y funcionarios electorales y darnos muestras que de verdad les importa más el futuro del país que sus intereses personales.

Imagino que el gobierno introducirá alguno de sus quinta columnistas para infiltrar la oposición, nos corresponderá a todos detectarlos y darles la espalda, al igual que al PSUV cuando estemos frente al receptáculo para depositar el voto. Se puede discutir la posibilidad de presentar inicialmente dos o más candidatos, en quienes observaremos su conducta durante la campaña y decidimos en el momento oportuno, aplicando el principio de la economía del voto. No veo tan difícil hacerlo porque siendo, como se dice y como creo, que el gobierno sólo cuenta con el 20%, cualquiera que sea la distribución del 80% restante, siempre será mayor.

Los candidatos deben generar confianza al electorado, demostrar que conocen las funciones a las cuales aspiran, señalar programas concretos, sencillos que resuelvan los problemas cotidianos que vivimos. Que están dispuestos a hacer valer el triunfo recurriendo al pueblo que los eligió y a las instancias internacionales, porque el derecho al sufragio y todo cuanto gira en su alrededor es un derecho humano, previsto en el Tratado Interamericano de los DDHH o Pacto de San José, en cuyo artículo 23 se lee:

Artículo 23.—Derechos Políticos. 1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: a) de participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos; b)    de votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores, y c)         de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.

Cumplida la obligación por quienes ostentan el liderazgo político en la oposición venezolana, nos corresponde a todos los venezolanos motivar a nuestro círculo de vecinos, parientes y amigos, ocurrir masivamente y sufragar. Hoy, más que nunca, requerimos la humildad de Teresa de Calcuta y la sabiduría de Juan Pablo II. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

15/06/2021.

 

1 comentario:

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