Jesús A. Jiménez
Peraza.
@jesusajimenezp
El día 03 de abril del 2021, escribí unas
reflexiones publicadas en este mismo blog, que denominé Venezuela y Cuba: diferencias, semejanzas y encrucijadas, donde
quise resaltar porqué a Fidel Castro y Hugo Chávez, cada uno por sus propios
intereses personales, se les hizo imposible lograr que ambos pueblos se
sintieran hermanados, incluso siendo dolientes comunes del sistema comunista.
Es que los comunistas son distintos en cada
época y en cada lugar, fundados como están en una doctrina insostenible,
amoldada a los intereses de los jefes que son los únicos favorecidos, sin que les
importe para nada que la población pueda alcanzar metas que le produzcan
bienestar colectivo. De allí que las famosas intervenciones del ex ministro
Jorge Giordani y el gobernador Héctor Rodríguez Castro, de los sectores
chavista y madurista, de la mal llamada revolución Bolivariana cada vez más
divididos, donde indican que no debe mejorarse la calidad de vida de la
población venezolana para que les puedan seguir siendo fieles, aunque no las oí
directamente, no las pongo en dudas porque se acoplan a los postulados del
socialismo.
En “los
comunistas y su Manifiesto”, que escribí en fecha 05 de mayo del 2021, también
se puede conseguir en el blogs, describo como Carlos Marx y Federico Engels
advirtieron en el documento original constitutivo del Partido Comunista (1947),
como su aplicación debe variar dependiendo de las circunstancias de tiempo y
lugar, por lo que las medidas revolucionarias, listadas al final del capítulo
II del Manifiesto, deben entenderse como principios meramente programáticos y
etéreos. En el prólogo de la edición de 1872 Engels pone en dudas la
posibilidad de realización del comunismo, como fue originalmente concebido.
Es el mismo Federico Engels quien a
través de las múltiples traducciones del Manifiesto Comunista original y en la
redacción de los diferentes prólogos, que ha sido la forma de su divulgación,
quien pone en dudas las virtudes del comunismo como doctrina férrea y avizora
su fracaso.
Con este preámbulo quiero pedir que no nos
dejemos llevar por historietas. Los movimientos populares actuales de Cuba,
después de más de seis décadas de brutal
dictadura, no tienen por qué servirnos de inspiración.
En Cuba triunfó un movimiento armado y a la
fuerza se implantó la doctrina. Puede denominarse revolución porque de fondo,
se dio un cambio violento institucional, sin importar el armazón jurídico -
político.
La tradición constitucional cubana ha sido muy
frágil a lo largo de su historia y se divide en tres etapas bien diferenciadas:
1) las Constituciones Coloniales de 1812, 1876 y 1897, 2) las Constituciones de
la República en Armas, que coexistieron con las anteriores en 1878, 1895 y 1897 y, 3) Constituciones de la
República de Cuba de 1901, influenciada por en Enmienda Platt, que incluso
cedió parte del territorio (Guantánamo) y la Constitución de 1940, inspirada en
la ley suprema española de 1931. A partir del triunfo de Fidel Castro fue
sustituida (por acto de fuerza) por la llamada Ley Fundamental de 1959, que
impuso incluso la pena de muerte.
Controlada cualquier resistencia y destruidas
sus instituciones y empresas privadas, se dio un aparente piso jurídico a la
revolución comunista. El 24 de febrero de 1976 se aprobó la Constitución Cubana,
por consulta plebiscitaria con un pueblo
ya controlado a la fuerza y con el miedo calando huesos, donde se adoptó el
sistema socialista. Esta Constitución ha sufrido tres pequeñas reformas a
conveniencia de los Castro y, finalmente se sancionó la Constitución de la
República de Cuba del 2019, en vigencia, con el fin principal que en el mundo
se pudiera aceptar la apertura económica que propuso el gobierno, con la
declaratoria de la Zona Económica Especial en el territorio del Mariel. Era la
forma de atraer capital extranjero.
La Constitución de 1976 diseñó un esquema de
poder público, que en general se mantiene, constituido a nivel supremo por:
• la
Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
• el
Consejo de Estado (CE) y
• el
Consejo de Ministros (CM).
La Asamblea Nacional es el órgano Supremo del
Estado, se integra por diputados electos
en un sistema controlado por ella misma, para un mandato de cinco años, que pueden ser revocados en todo momento e
incluso extendido, con la concepción que la política no puede ser ejercida
profesionalmente sino por ciudadanos comprometidos temporalmente con la cosa
pública.
La Asamblea Nacional elige al Consejo de
Estado a cuya cabeza se encuentra el
Presidente, el Primer Vicepresidente, y cinco Vicepresidentes. La Constitución
lo define como órgano de la Asamblea
Nacional del Poder Popular que la representa entre uno y otro período de
sesiones, ejecuta los acuerdos de ésta y cumple las demás funciones que la
Constitución le atribuye. El Consejo de Estado es el órgano supremo del poder
político, con funciones legislativas y ejecutora de todos los acuerdos
políticos. Aunque al Presidente no lo define como un órgano en sí mismo, aclara
que es el jefe supremo de Estado y Gobierno, con autóritas y potestades
ilimitadas.
El Consejo de Ministros es definido como
máximo órgano ejecutivo y administrativo, sin precisar su integración. Sus
miembros son designados también por la Asamblea Nacional a petición del
Presidente del Consejo de Estado. La Constitución no prevé ni legitima mecanismos de interrelación y
control de la Asamblea Nacional respecto al Consejo de Estado y el Consejo de
Ministros, salvo la genérica atribución y fiscalización de la Asamblea Nacional
sobre todos los órganos del Estado y el Gobierno.
La diferencia fundamental con la Constitución
del 2019, en vigencia, es que además del Presidente del Consejo de Estado,
quien ejerce la función de Jefe de Estado, retoma la figura del Primer
Ministro, como Jefe del Gobierno, pero toda la estructura pública, incluido el Tribunal Supremo Popular, el
Consejo Electoral Nacional y el Contralor Nacional, aun cuando tienen aparente
autonomía funcional, rinden cuentas ante la Asamblea Nacional Popular. De
manera que, en la práctica, sólo existe un órgano público plenipotenciario.
No existe previsión alguna para un cambio
político y pacífico en la estructura del Estado en Cuba e, incluso, pienso que de
salir victorioso, el movimiento de fuerza que pueda producirse va a encontrar a
una población huérfana institucionalmente, sin ninguna carta de conducción
social lo que hará necesaria una gran cordura o un órgano militar del sistema
multilateral, capaz de conducir por la fuerza los primeros tiempos.
En Venezuela tenemos una historia
constitucional diferente, que han ido consolidando instituciones políticas
arraigadas en los ciudadanos. La CN1999 prevé diferentes órganos rectores, con
autonomía funcional y de distinto origen
para cada una de las actividades fundamentales del Estado, desde elección popular
directa hasta elección en segundo grado, además del control recíproco entre los
Poderes Públicos. La ilegitimidad de desempeño de algún alto funcionario no
ocasiona en cascada la de otro, por lo que debe existir siempre gobernabilidad.
Es cierto que en los actuales momentos tenemos
una crisis profunda, producida por la ilegitimidad de desempeño y la invasión
en el núcleo de los distintos organismos por parte del gobierno central, pero
las instituciones están debidamente reglamentadas. Sólo es necesario cambiar
los titulares en su oportunidad.
Debemos recordar que tenemos una Constitución
Nacional aprobada en democracia, es cierto que hubo una serie de episodios que
hemos referido que así lo permitieron, pero indudablemente es producto de una
votación referendaria legítima. Además respetó la división de los Poderes, la
independencia y el control recíproco lo que es fundamental.
Es de resaltar que no han podido imponer el
sistema socialista legalmente, cuando rechazamos la reforma con ese propósito
en el 2007, ni podemos permitir que la violenten con la ilegal e
inconstitucional aprobación de las leyes del sistema comunal que pretenden,
porque ello implica reformar la Carta Magna sin cumplir los procedimientos.
En conclusión, creo que los movimientos armados
en Cuba tienen fundamento porque no tienen un andamiaje jurídico. En Venezuela
lo apropiado es recuperar electoral y pacíficamente los diferentes sectores
políticos y hacer respetar la decisión popular. En Cuba hubo una revolución, en
Venezuela no han logrado imponer lo que, como mero eufemismo, llaman “revolución
bolivariana”, caracterizada por unos gobernantes ineficientes e incapaces. Dios
bendiga a Venezuela.
jesusjimenezperaza@gmail.com
16/07/2021.
Impecable. al educación política debía ser para el hombre moderno,lo que el anima a loa griegos antiguos. Lastima que la política haya devenido en Venezuela, con las contadas excepciones, un burladero para avispados. (Soy Pedro Pablo)
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