viernes, 3 de septiembre de 2021

“Paren el mundo que me quiero bajar” (*)


(*) Expresión atribuida a Mafalda.

Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp 

En su artículo de esta semana, “Afganistán”, el doctor Eduardo Fernández aborda un tema al cual debemos prestar mucha atención por sus antecedentes,  la complejidad multifactorial y las  consecuencias que de él derivan. Venezuela está social, económica y políticamente muy debilitada, tanto en lo interno como a nivel mundial. Deberíamos tener como referencia negativa a España en la tercera y cuarta década del siglo XX, durante las cuales desarrollaron la cruenta guerra civil y, al concluirla, se vieron involucrados por su ubicación geográfica, en la guerra europea. Aunque no tomaron partida directa por los Nazis ni por los Aliados, su debilitamiento les impidió entrar en el desarrollo económico e industrial de la posguerra, para lo cual tardaron muchos años.

Advierte el doctor Fernández sobre el  fin del mundo unipolar. Está surgiendo un nuevo orden mundial que será distinto, al actual, “China y Rusia emergen como un polo que no puede ignorarse. Vladimir Putin y Xi Jinping están construyendo una alianza que desafía el poderío norteamericano. Es un nuevo tiempo de turbulencia política, influido por el tema energético y por asuntos climáticos y geopolíticos distintos a los que prevalecieron a final del siglo XX”.

El nacimiento de ese mundo unipolar lo analizó sir Winston Churchill el 05 de marzo de 1946 en su celebérrimo discurso “Los tendones de la paz”, pronunciado en Westminster College, donde además de reconocer que  Estados Unidos está en la cima del poder mundial, le agradece por la labor cumplida advirtiéndoles que “a esa primacía en el poder también se une una impresionante responsabilidad hacia el futuro”. En el discurso míster Churchill retrató la sombra que, tanto en el oeste como en el este, cae sobre el mundo, por lo que es igualmente conocido por su propuesta de “construir” una cortina de hierro para separar la influencia de la potencia occidental con el mundo oriental.

“Desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, ha descendido un telón de acero en todo el continente. Detrás de esa línea se encuentran todas las capitales de los antiguos estados de Europa Central y Oriental. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado y Sofía, todas estas ciudades famosas y las poblaciones que las rodean se encuentran en lo que debo llamar la esfera oriental, y todas están sujetas de una forma u otra,  a la influencia soviética”.

El genio de Churchill delineó lo que para entonces era la novel institución, que a propuesta del presidente  Franklin Roosevelt, llevaría el nombre de Organización de Naciones Unidas en reemplazo de la Sociedad de Naciones. Debemos asegurarnos de que su trabajo sea fructífero, dijo el estadista en Westminster, que sea una realidad y no una farsa, que sea una fuerza para la acción, y no meramente una espuma de palabras, que sea un verdadero templo de paz en el que los escudos de muchas naciones pueden algún día colgarse, y no simplemente una cabina en una Torre de Babel.

El cumplimiento de los propósitos de la ONU y el camino para cumplirlos, es ley escrita en la Carta pero no es fácil. Es una organización compleja donde deben cohabitar distintas razas, religiones, culturas e intereses económicos y geopolíticos. Ellos deben mantener  la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin entre otros, deben tomar medidas colectivas eficaces para prevenir, eliminar amenazas y suprimir actos de agresión; buscar y lograr por medios pacíficos y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias. Están obligados a fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos.

En la Venezuela del siglo XXI hemos cruzado unas barreras invisibles, representada idealmente por la cortina de hierro, que nos han colocado al lado de unas culturas e intereses que no se corresponden con los nuestros. Es necesario volver al lado correcto  y para ello es indispensable deshacernos del socialismo por la única vía posible: la electoral.

Un sector opositor se oponía a la solución activa propugnando la abstención, mientras otro siempre se mantuvo dentro de la participación electoral. Que bueno que en ese sentido existe ahora unidad de criterios!. En mi opinión no es necesario ir más allá. No es cierto que multiplicidad de candidatos ocasione obligatoriamente el triunfo indeseado del oficialismo. La necesaria unión ha de ser analizando el gobierno chavista – madurista, evitar la confrontación entre los factores de oposición y cuidarse mutuamente los votos para que se respete la voluntad del elector, quienes durante la campaña electoral nos iremos decantando para aplicar el conocido principio de la economía del voto.

El mundo está en peligro. Europa está ferozmente penetrada por razas y culturas distintas a la originaria. Latinoamérica dividida por intereses políticos bastardos. Estados Unidos  en la difícil transición que lo lleva a ceder espacios. No es conveniente entonces que continúe nuestro deterioro interno, al contrario conveniente es fortalecernos para adentrarnos en este imprevisible nuevo orden internacional, alejados del socialismo, del Foro de Sao Paulo y volviendo nuestros ojos hacia nuestra historia común. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

03/09/2021.

 

1 comentario:

  1. Que así sea, estimado Jesús: " … No es conveniente entonces que continúe nuestro deterioro interno, al contrario conveniente es fortalecernos para adentrarnos en este imprevisible nuevo orden internacional, alejados del socialismo, del Foro de Sao Paulo y volviendo nuestros ojos hacia nuestra historia común. Dios bendiga a Venezuela..."

    ResponderEliminar

El abogado, el juez y los robots.

  Jesús A. Jiménez Peraza @jesusajimenezp   En 1972 la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela, obtuvo la aprobación de una pe...