miércoles, 5 de octubre de 2022

“Derechas”, “izquierdas” y populismo.

 


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp

     
En los días previos a las recientes elecciones en Brasil, las encuestas se inclinaban a favor de Lula. Finalmente, los dos principales candidatos quedaron dentro del margen técnico de error en primera vuelta, cualquiera podía haber ganado e incluso superado el 50% evitando el ballotage. 

Según algunos analistas imparciales, a pesar que Brasil está entre las diez economías más importantes del mundo, al menos 20.000.000 de personas viven por debajo de los niveles críticos de pobreza y existe una enorme desigualdad en la distribución del ingreso, lo que no ha podido ser superado a pesar de ingentes planes sociales y ayudas directas a la infancia y los ancianos.  Se cuestionó mucho durante el debate electoral la mala calidad de los servicios públicos y la corrupción administrativa, tema imputado por igual contra ambos candidatos.

A pesar de los innumerables problemas, se generalizó la tendencia como tema de campaña, de clasificar a Jair Bolsonaro (Partido Liberal) como ultraderechista y a  Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) como socialista o de izquierda, hecho que electoralmente no pareciera ser muy trascendente. Pero lo es. Cuando no se discuten las ideas económicas, políticas o filosóficas que permitan ubicar la línea de acción de quien pretenda dirigir el Estado, se abre paso al populismo. Como quiera que cada una de las tesis para sustentar una política pública coherente  tienen sus debilidades, los candidatos prefieren omitir sacrificios, callar los ajustes necesarios para buscar mejores y definitivos resultados a largo plazo, ofreciendo un Jardín del Edén lo que de antemano saben que no es posible. Lo peor es que lo sabe el dirigente y lo intuye el elector.

Sobre este tema recuerdo que el actual Presidente de Colombia, para entonces el senador Gustavo Petro publicó un twist, que le reprodujo el diario El Tiempo, según el cual en su futuro gobierno la reforma tributaria se reduciría a  subir la carga impositiva a “solo 4000 personas” , promesa que hoy es imposible de cumplir y ya le está alterando el panorama.

Hace algunos días, uno del medio centenar de pre candidatos opositores en Venezuela, ofreció convertirse “en el eje transversal para eliminar la reelección presidencial, reducir el período a cinco años, volver al congreso bicameral y reducir las potestades del Presidente de la República, quien hoy es como un monarca”. El planteamiento es populismo porque bien sabe que aunque la oferta gusta a la gente en general,  requiere de una reforma constitucional y no es tiempo apropiado para entrar en esa aventura. El próximo Presidente tiene que gobernar durante mucho tiempo con la CN1999. Lo que debe ofrecer, resultando una perogrullada, es precisamente gobernar como ella ordena.

Es necesario que el común de la gente entienda que existen dos sistemas políticos: el liberalismo y el socialismo, que según recordada sentencia de Fidel Castro es el mismo comunismo. Existen, además,  dos doctrinas que por su importancia también se consideran sistemas sociales: el socialcristianismo y la tercera vía. Sus lineamientos generales deben marcar la línea de acción de los postulados.

En el liberalismo el hombre es el receptáculo principal de las libertades individuales, precisamente porque  el planteamiento nació  como contrapartida de la monarquía, donde el poder se concentraba en el rey. El Estado deja hacer, dejar pasar, y sirve como regulador de la libertad individual para evitar excesos. El capitalismo,  tentáculo económico del liberalismo tiene que ser regulado, para que no se convierta en “salvaje” depredando el ambiente y de alguna manera debe restringirse la libertad absoluta del mercado, para impedir la explotación del hombre más débil como bien predicaba el más grande líder del siglo XX, Juan Pablo II, temas igualmente analizados por SS Francisco, en sus famosas encíclicas Laudato Si y Fratelli Tutti.

El comunismo se funda en la economía y factores de producción planificados y enteramente controlados por el Estado. Es un modelo contrario a la libertad individual del hombre; que elimina la propiedad privada y donde prevalece la social y comunitaria. No debemos olvidar que en la frustrada reforma constitucional del 2007, como propuesta del presidente Chávez se planteó el concepto de propiedad privada únicamente sobre bienes de uso, consumo  (lo que restringe el derecho) y “medios de producción legítimamente adquiridos”, con lo cual pretendía valerse en provecho del Estado, de  las deficiencias registrales.

No es verdad que el comunismo haya sido abolido con la disolución de la URSS y la caída del Muro de Berlín. Ya vemos como Wladimir Putín quiere restaurar esa sociedad de naciones comunistas, a la fuerza como en Ucrania  o mediante intervención política y económica, siendo ejemplo de ello algunos países latinoamericanos.

La Tercera Vía surge precisamente para morigerar las debilidades de los dos sistemas políticos bajo comentario. El Estado y su poder deben ser reducidos sin considerarlo como enemigo ni como solución a la problemática del ser humano;  el hombre debe asimilar los cambios y la evolución de la humanidad. Así lo refirió uno de los  ideólogos fundamentales de esta doctrina, el sociólogo inglés Anthony Giddens  y aplicó un político que le dio mucho renombre,  también británico, el primer ministro  Tony Blair (1997 al 2007), quien la definió como forma híbrida de gobierno económico, que combina algunos elementos de  libre mercado con otros de una economía controlada. La Tercera Vía es esencialmente una filosofía centrista, que encuentra un punto medio entre el capitalismo y el socialismo.

El socialcristianismo, se funda en la doctrina  de la Iglesia Católica, el bien común, la justicia social, en los derechos naturales del hombre, surgidos con la Creación. Deben destacarse como fuentes de esta doctrina la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, de 1891 y la Centésimus anni de SS Juan Pablo II, dictada precisamente para la conmemoración del centenario de la primera.

Es fundamental que exijamos definición, en sus potenciales gobiernos a quienes pretendan dirigir al país. Ya basta de improvisaciones. Requerimos de líderes formados y con experiencia. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

05/10/2022.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El abogado, el juez y los robots.

  Jesús A. Jiménez Peraza @jesusajimenezp   En 1972 la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela, obtuvo la aprobación de una pe...