martes, 11 de octubre de 2022

Requerimos un candidato que será Presidente de la República.



Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp

 

A pesar de las complejas y variadas funciones que tiene el Presidente de la República, sus condiciones de elegibilidad son muy sencillas. Basta ser venezolano por nacimiento, no poseer otra nacionalidad, mayor de 30 años, de estado seglar y no estar condenado por sentencia definitiva y firme. Son básicamente las mismas condiciones desde la primera Constitución Federal (1811), cuando se exigía 10 años de residencia y haber nacido en territorio colombiano, incluso podía  ser español o canario siempre que  hubiere reconocido nuestra independencia.  Recordemos que Baltasar Padrón, integrante del primer triunvirato designado en 1811, nació en las Islas Canarias y fue otorgante  del Acta del 05 de julio de 1811.

Pero  los requisitos no formalmente tipificados son los difíciles, ya que se requiere liderazgo; capacidad para conformar y coordinar un equipo multidisciplinario; respeto interno e internacional y profundos conocimientos de diferentes ciencias y disciplinas, porque estará a su cargo la administración de la Hacienda Pública Nacional; dirigir la acción  del gobierno; representar al Estado; ejercer el mando supremo de la Fuerza Armada y proyectar seguridad al sector privado interno y foráneo para que invierta en el país.

Esto último es en extremo importante, ningún Estado tiene una economía autárquica, fuerte, diversificada y sostenida. Cuba, desde hace más de una década  ávida de inversiones para establecer bases a  su precaria economía  dependiente de Estados extranjeros, decretó mediante la acción conjunta de diferentes  dependencias oficiales, una Zona Económica Especial en el Mariel, de inmejorables condiciones geográficas. El Consejo de Estado mediante el Decreto Ley 313, garantizaba la inversión, exoneración temporal de impuestos y retorno de capitales. Todos los ministerios competentes publicaron las Resoluciones bajo su competencia, sin embargo, los inversores no llegan. 

En el 2019 reformaron la Constitución para reconocer la propiedad privada y su papel complementario en la economía, pero la opacidad en la integración de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con potestad constituyente y legislativa y facultades para elegir al Presidente de la República, no termina de convencer a los siempre temerosos inversores extranjeros, entre quienes priva la razón y el cerebro antes que el corazón.

Es usual  oír en Venezuela que somos un país presidencialista aunque federal, legal y constitucionalmente. De  hecho es así. El Presidente es la cabeza visible del Estado y su accionar tiene mucho peso, con preponderancia sobre la potestad de los demás Poderes Públicos.

Este panorama unido a la crisis interna y mundial,  horizontal y profunda en la cual nos encontramos,  nos obliga a buscar un Presidente de excepción para el próximo período. Debemos pensar que la Presidencia de la República no es un premio, un derecho para quienes tengan los requisitos formales. Creo que debemos analizar la situación desde otro ángulo y entender que se trata de una obligación impuesta a los más idóneos para aceptar nuestro encargo de asumir la Presidencia de la República.

Expreso mi respeto a los venezolanos que creen que la fórmula de las primarias es la ideal para tal fin. Aunque muchísimos de la cincuentena de pre postulados saben en lo más íntimo de su ser que no tienen, ni las condiciones ni las posibilidades de ser Presidente, el mecanismo como tal no puede ser descartado de antemano, además que en la práctica resulta imposible de abortarlo porque crearía mucho escepticismo, en respetable número de votantes que a la postre resultarán necesarios para derrotar al PSUV.

Pero si es conveniente que se entienda que concluido el proceso debe analizarse técnicamente, lo que es posible, si el resultado proyectó la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano y si el gobierno no intervino, antes y durante el proceso,  para producir un candidato favorable a su pretensión de continuismo.  De cumplirse ese presagio estaríamos ante un quinta columnista, que será identificado y castigado con la más baja votación en nuestro histórico electoral, sin incidencia alguna en los resultados definitivos.

Preventivamente y en paralelo con las primarias algunas entidades, organizaciones y grupos aunque no estén legalmente organizados, deben animar y postular venezolanos (as) de prestigio, bien formados integralmente, con solvencia ético - moral para hacer la escogencia definitiva del verdadero abanderado presidencial opositor.  Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

11/10/2022.

 

 

 

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