Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
A pesar de las complejas y variadas funciones que tiene el Presidente de la República, sus condiciones de elegibilidad son muy sencillas. Basta ser venezolano por nacimiento, no poseer otra nacionalidad, mayor de 30 años, de estado seglar y no estar condenado por sentencia definitiva y firme. Son básicamente las mismas condiciones desde la primera Constitución Federal (1811), cuando se exigía 10 años de residencia y haber nacido en territorio colombiano, incluso podía ser español o canario siempre que hubiere reconocido nuestra independencia. Recordemos que Baltasar Padrón, integrante del primer triunvirato designado en 1811, nació en las Islas Canarias y fue otorgante del Acta del 05 de julio de 1811.
Pero los requisitos no formalmente tipificados son
los difíciles, ya que se requiere liderazgo; capacidad para conformar y
coordinar un equipo multidisciplinario; respeto interno e internacional y
profundos conocimientos de diferentes ciencias y disciplinas, porque estará a
su cargo la administración de la Hacienda Pública Nacional; dirigir la acción del gobierno; representar al Estado; ejercer
el mando supremo de la Fuerza Armada y proyectar seguridad al sector privado interno
y foráneo para que invierta en el país.
Esto
último es en extremo importante, ningún Estado tiene una economía autárquica,
fuerte, diversificada y sostenida. Cuba, desde hace más de una década ávida de inversiones para establecer bases a su precaria economía dependiente de Estados extranjeros, decretó
mediante la acción conjunta de diferentes dependencias oficiales, una Zona Económica
Especial en el Mariel, de inmejorables condiciones geográficas. El Consejo de
Estado mediante el Decreto Ley 313, garantizaba la inversión, exoneración
temporal de impuestos y retorno de capitales. Todos los ministerios competentes
publicaron las Resoluciones bajo su competencia, sin embargo, los inversores no
llegan.
En el
2019 reformaron la Constitución para reconocer la propiedad privada y su papel
complementario en la economía, pero la opacidad en la integración de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, con potestad constituyente y legislativa y
facultades para elegir al Presidente de la República, no termina de convencer a
los siempre temerosos inversores extranjeros, entre quienes priva la razón y el
cerebro antes que el corazón.
Es usual oír en Venezuela que somos un país
presidencialista aunque federal, legal y constitucionalmente. De hecho es así. El Presidente es la cabeza
visible del Estado y su accionar tiene mucho peso, con preponderancia sobre la
potestad de los demás Poderes Públicos.
Este
panorama unido a la crisis interna y mundial, horizontal y profunda en la cual nos
encontramos, nos obliga a buscar un
Presidente de excepción para el próximo período. Debemos pensar que la
Presidencia de la República no es un premio, un derecho para quienes tengan los
requisitos formales. Creo que debemos analizar la situación desde otro ángulo y
entender que se trata de una obligación impuesta a los más idóneos para aceptar
nuestro encargo de asumir la Presidencia de la República.
Expreso
mi respeto a los venezolanos que creen que la fórmula de las primarias es la
ideal para tal fin. Aunque muchísimos de la cincuentena de pre postulados saben
en lo más íntimo de su ser que no tienen, ni las condiciones ni las
posibilidades de ser Presidente, el mecanismo como tal no puede ser descartado
de antemano, además que en la práctica resulta imposible de abortarlo porque
crearía mucho escepticismo, en respetable número de votantes que a la postre
resultarán necesarios para derrotar al PSUV.
Pero si
es conveniente que se entienda que concluido el proceso debe analizarse
técnicamente, lo que es posible, si el resultado proyectó la voluntad
mayoritaria del pueblo venezolano y si el gobierno no intervino, antes y
durante el proceso, para producir un candidato
favorable a su pretensión de continuismo. De cumplirse ese presagio estaríamos ante un
quinta columnista, que será identificado y castigado con la más baja votación
en nuestro histórico electoral, sin incidencia alguna en los resultados
definitivos.
Preventivamente
y en paralelo con las primarias algunas entidades, organizaciones y grupos
aunque no estén legalmente organizados, deben animar y postular venezolanos
(as) de prestigio, bien formados integralmente, con solvencia ético - moral para
hacer la escogencia definitiva del verdadero abanderado presidencial opositor. Dios bendiga a Venezuela!
11/10/2022.
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