- Reflexiones que dedico especialmente a mi dilecto amigo Dr. Eduardo
Fernández.
Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
En teoría lo más aproximado a la Tierra Prometida es la Nación, vale decir, un espacio geográfico habitado por un conjunto de personas con el mismo origen e idioma, con costumbres y tradiciones comunes que los relacionan, ingredientes necesarios para una convivencia pacífica. La Nación está jurídicamente representada por el Estado, entendiéndose como tal a una organización política integrada por instituciones que de manera exclusiva y excluyente, ejercen las funciones públicas necesarias para el cumplimiento de sus fines, que no son otros que el bienestar integral de la Nación.
No voy a hacer referencia a estructuras distintas a la nuestra, como las monarquías absolutas o a las parlamentarias, sino al viejo Estado que nos rige, democrático, federal y descentralizado, que se constituye por un Poder encargado de hacer las leyes (Legislativo), uno que las interpreta y aplica (Judicial) y otro que dirige la acción del gobierno, administra los recursos y la fuerza, haciendo cumplir coactivamente si fuere necesario, las leyes y sentencias, dictadas por otros órganos.
El proceso de integración de Venezuela como Nación no es un hecho aislado sino producto de grandes reformas iniciadas en la monarquía española, durante el siglo XVIII y proyectadas a las provincias de ultramar (Guillermo Morón. Historia de Venezuela. Británica. Tomo 5. Pág. 13). Con la Constitución de 1830 se establece la República. Su consolidación responde a una evolución lenta, a pasitrote, no obstante las regulaciones constitucionales las ha marcado el autoritarismo del Presidente de la República, cuyas consideraciones sociológicas las recoge el escritor Laureano Vallenilla Lanz en su obra el gendarme necesario (Obra citada. Pág. 229).
Las montoneras, revoluciones, dictaduras y caudillismo durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX, se ocuparon más de integrar el territorio nacional que de su apropiada conducción jurídico – constitucional, aunque ciertamente estaba prevista. Consideraron de mayor trascendencia el concepto de Nación que la conformación del Estado, que pienso, comenzó con fuerza a raíz de la muerte del general Juan Vicente Gómez hasta el año postrero del siglo XX.
El socialismo vernáculo iniciado formalmente con locución pública del presidente Chávez en septiembre del 2005, marca un fuerte deterioro del concepto de Estado, con la pérdida de la capacidad operativa de los Poderes Judicial y Legislativo y paulatinamente, hemos comenzado la morigeración de la Nación como entidad, porque existen grandes sectores territoriales, donde se impone la fuerza ejercida por grupos y ejércitos irregulares; resaltando también la masiva emigración de connacionales de diferentes estratos económicos e incluso la no aceptación de la moneda nacional en varios estados de la República, que ni siquiera son fronterizos, siendo sustituida por divisas fuertes como el dólar norteamericano y el euro e, incluso, por el peso colombiano.
Este retroceso denigrante y doloroso nos obliga a prestar atención y participar activamente, mediante el ejercicio del derecho al sufragio, en las próximas elecciones presidenciales. Sobre todo porque ahora no puede ser investido quien simplemente reúna las condiciones constitucionales para ejercer como jefe de Estado y Gobierno, listadas en el artículo 227 CN1999, sino que requerimos de un verdadero líder, capaz de amalgamarnos como población dentro del territorio y espacios que conformaron la Capitanía General de la República antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones impuestas en los tratados y laudos reconocidos por nuestro tinglado jurídico.
La obligación de buscar ese líder nos corresponde a los venezolanos. Platón (La República. Libro VI), decía que un buen líder no pide serlo, ni puede imponer a los demás que se sometan a su liderazgo, al contrario son los ciudadanos quienes deben aclamar a quien considere tiene las cualidades y condiciones para dirigirlos, para guiarlos. Textualmente el excelso filósofo escribió (obra citada): “…lo que es verdad por naturaleza es que quien está enfermo se vea obligado a acudir a las puertas de los médicos y que todo quien necesite ser gobernado acuda a las puertas de quien tenga capacidad para gobernar, no que el gobernante pida a los gobernados que se dejen gobernar si verdaderamente les es de algún provecho”. Este líder lo tenemos en Venezuela y él tiene la obligación histórica de dar un paso al frente, para robustecer a la Nación y para fortalecer al Estado. Dios bendiga a Venezuela!
29/01/2023.
Mientras se fomente, se calle, y se deje pasar sin una critica sobre el nazismo y el fascismo promovido por una corriente política en Venezuela, amen del bloqueo, el robo de activos y las medidas de coerción., ese *iluminador* quedará como un deseo. Por cierto, son 5 los poderes Públicos Nacionales. Buena pluma del Dr Jiménez. Abog. Rincón.
ResponderEliminarEn ninguna forma desconozco la existencia en la actualidad de 5 Poderes Públicos Nacionales, simplemente hago referencia a los tres clásicos de nuestro viejo Estado federal y descentralizado, que se generan con la teoría de Montesquieu y la Revolución Francesa!. Aunque hay mucho material para escribir sobre los dos adicionales agregados en la CN1999.
EliminarA leer el libro de Pompeo. Quiénes son los demócratas.? Viva la autodeterminación de los pueblos. Viva la nación, viva Bolívar. Ser venezolano es ser patriota.
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