domingo, 9 de abril de 2023

 

Bases y debilidades de nuestro sistema.

Jesús A. Jiménez Peraza

@jesusajimenezp

La historia política de Venezuela ha sido realmente muy convulsionada, en ella destacan el militarismo, el populismo, la sumisión, traición, improvisación, corrupción y la falta de formación integral tanto de la dirigencia salvo excepciones, como del pueblo llano, según mi forma de apreciar algunos hechos por lectura, y otros como testigo directo por haber vivido la época.

Descartando el Descubrimiento iniciamos nuestro periplo a partir de mediados del siglo XVI, con la ocupación y poblamiento de nuestros territorios por España, época denominada de la Colonia, que culmina con la firma del Acta de Independencia el 5 de julio de 1811.

El problema es que nuestra situación de hecho no necesariamente ha sido construida sobre la educación formal básica y con sólidas bases jurídicas, de manera que algunas  instituciones  de las previstas en las 29 Constituciones que nos han regido, no se corresponden con las políticas aplicadas por los gobiernos de turno, sobre todo en lo referente a la conformación del Estado, su dirección y el sistema de separación y control recíproco de los Poderes Públicos, que conllevan la igualdad y la justicia como elementos fundamentales para la convivencia pacífica.

No fue suficiente que el 5 de julio de 1811 siete Provincias declararan que en lo sucesivo seríamos un Estado libre, soberano e independiente, “absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España”, ni que a finales de ese mismo año se aprobara la primera Constitución denominada Federal, cediéndole todas las potestades de las provincias a una Confederación, con dos Poderes Públicos designados directamente por el pueblo y el judicial por el Senado,  rigurosamente controlado. De todas maneras la Independencia no sería reconocida por la Madre Patria, hasta obtenerla militarmente en Carabobo el 24 de junio de 1821.

Ese hecho produjo en el campo político la aprobación de una nueva Constitución, la de Cúcuta del 6 de octubre de 1821. Así integramos la Gran Colombia, lo que tampoco fue unánimemente aceptado y continuamos una lucha intestina, con la enemistad y enfrentamiento de nuestros héroes de la guerra de Independencia. El 24 de septiembre de 1830, rompemos la nación colombiana y once provincias con un pacto de asociación política,  declaran la definitiva formación de la nación venezolana.

En 1857 la Constitución centralista de José Tadeo Monagas, daría pié al inicio de la guerra Federal y cien años de luchas, montoneras, caudillismo y dictaduras, sobre saliendo por supuesto, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez.

Parecía que la caída de éste y el Pacto de Punto Fijo nos permitirían un cambio definitivo y la reorientación del rumbo hacia la consolidación no solo del sistema democrático, sino la refundación de una República libre, soberana, definida políticamente.

Tampoco seis  Presidentes, más dos reelecciones  y cuarenta años fueron suficientes para amalgamar el sistema que habíamos escogido constitucionalmente. La CN1961, fue aprobada de común acuerdo por las distintas fuerzas. Algunos partidos intentarían demolerla pero fracasaron en el campo político y el militar, después de varios cuartelazos y una guerrilla repudiada por todos  al final.

Pero nos faltaba lo peor de nuestro Vía Crucis. Un esguince encarnado en el socialismo que trajo intolerancia,  corrupción y  populismo, que se ha extendido durante lo que va del siglo XXI, y que con seguridad se extenderá si no somos capaces de admitir algunos acuerdos básicos para lograr abanderar un candidato y un equipo  opositor, capacitados para desarrollar un programa de gobierno viable,  que logre apoyo de parte significativa de gobiernos e instituciones de financiamiento en el mundo y al menos la tolerancia, de los distintos sectores internos, para iniciar la recuperación económica y social del país.  Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

09/04/2023.

2 comentarios:

  1. Excelente relato histórico para quienes tienen memoria frágil.

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  2. Extraordinaria síntesis de la historia de nuestro país, la triste situación actual y la necesaria solución al presente caos a través de una unidad que no vemos construirse , pedida incluso por nuestro libertador para según él poder bajar tranquilo al sepulcro , y desde 1830 el aludido requerimiento de unidad no ha tenido concreción, salvo el paréntesis que devino luego del pacto de punto fijo

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