Bases y debilidades de
nuestro sistema.
Jesús
A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp
La
historia política de Venezuela ha sido realmente muy convulsionada, en ella
destacan el militarismo, el populismo, la sumisión, traición, improvisación, corrupción y la falta de formación integral tanto de la dirigencia salvo
excepciones, como del pueblo llano, según mi forma de apreciar algunos hechos
por lectura, y otros como testigo
directo por haber vivido la época.
Descartando
el Descubrimiento iniciamos nuestro periplo a partir
de mediados del siglo XVI, con la
ocupación y poblamiento de nuestros
territorios por España, época denominada de la Colonia, que culmina con la firma del Acta de Independencia
el 5 de julio de 1811.
El
problema es que nuestra situación de hecho no necesariamente ha sido construida
sobre la educación formal básica y con sólidas bases jurídicas, de manera que algunas instituciones
de las previstas en las 29 Constituciones que nos han regido, no se
corresponden con las políticas aplicadas por los gobiernos de turno, sobre todo
en lo referente a la conformación del Estado, su dirección y el sistema de
separación y control recíproco de los Poderes Públicos, que conllevan la
igualdad y la justicia como elementos fundamentales para la convivencia
pacífica.
No
fue suficiente que el 5 de julio de 1811 siete Provincias declararan que en lo
sucesivo seríamos un Estado libre, soberano e independiente, “absueltos de toda sumisión y dependencia de
la Corona de España”, ni que a finales de ese mismo año se aprobara la
primera Constitución denominada Federal, cediéndole todas las potestades de las
provincias a una Confederación, con dos Poderes Públicos designados
directamente por el pueblo y el judicial por el Senado, rigurosamente controlado. De todas maneras la
Independencia no sería reconocida por la Madre
Patria, hasta obtenerla militarmente en Carabobo el 24 de junio de 1821.
Ese
hecho produjo en el campo político la aprobación de una nueva Constitución, la
de Cúcuta del 6 de octubre de 1821. Así integramos la Gran Colombia, lo que
tampoco fue unánimemente aceptado y continuamos una lucha intestina, con la
enemistad y enfrentamiento de nuestros héroes de la guerra de Independencia. El
24 de septiembre de 1830, rompemos la nación colombiana y once provincias con
un pacto de asociación política, declaran la definitiva formación de la nación
venezolana.
En
1857 la Constitución centralista de José Tadeo Monagas, daría pié al inicio de
la guerra Federal y cien años de luchas, montoneras, caudillismo y dictaduras,
sobre saliendo por supuesto, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez.
Parecía
que la caída de éste y el Pacto de Punto Fijo nos permitirían un cambio
definitivo y la reorientación del rumbo hacia la consolidación no solo del
sistema democrático, sino la refundación de una República libre, soberana,
definida políticamente.
Tampoco
seis Presidentes, más dos
reelecciones y cuarenta años fueron
suficientes para amalgamar el sistema que habíamos escogido
constitucionalmente. La CN1961, fue aprobada de común acuerdo por las distintas
fuerzas. Algunos partidos intentarían demolerla pero fracasaron en el campo
político y el militar, después de varios cuartelazos y una guerrilla repudiada
por todos al final.
Pero
nos faltaba lo peor de nuestro Vía Crucis. Un esguince encarnado en el
socialismo que trajo intolerancia, corrupción y populismo, que se ha extendido durante lo que
va del siglo XXI, y que con seguridad se extenderá si no somos capaces de
admitir algunos acuerdos básicos para lograr abanderar un candidato y un equipo
opositor, capacitados para desarrollar
un programa de gobierno viable, que
logre apoyo de parte significativa de gobiernos e instituciones de
financiamiento en el mundo y al menos la tolerancia, de los distintos sectores
internos, para iniciar la recuperación económica y social del país. Dios bendiga a Venezuela!
jesusjimenezperaza@gmail.com
09/04/2023.
Excelente relato histórico para quienes tienen memoria frágil.
ResponderEliminarExtraordinaria síntesis de la historia de nuestro país, la triste situación actual y la necesaria solución al presente caos a través de una unidad que no vemos construirse , pedida incluso por nuestro libertador para según él poder bajar tranquilo al sepulcro , y desde 1830 el aludido requerimiento de unidad no ha tenido concreción, salvo el paréntesis que devino luego del pacto de punto fijo
ResponderEliminar