Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp.
Fue la escogencia interna de los
principales partidos del estatus lo que permitió que el comandante Hugo Chávez
Frías, pudiera desarrollar la campaña y ganar las elecciones de 1998. Ese
resultado no se explica de otra manera. Tradicionalmente el 90% de los votos
válidos se distribuía entre Acción Democrática y Copei, mientras el principal
candidato de izquierda se iba a casa con el 5% y todos los demás, que se
postulaban para auto complacer egos se distribuían el resto.
Recordemos que a la salida de la cárcel
y durante mucho tiempo Chávez recorrió el país sin mayor respaldo. La cantidad
de muertos, la toma despiadada de la televisora oficial, el proyecto filtrado de
alocución y en general la conducta y pálido
liderazgo de los golpistas del 27 de noviembre de 1992, había mermado la
simpatía limitada que, en su momento, había tenido el movimiento militar del 4
de febrero de ese año.
Hoy el estruendoso fracaso de las
políticas del socialismo del siglo XXI, ha obligado a los venezolanos a
participar desde ya para logar la vuelta a la normalidad de nuestra democracia.
Entendemos, unos como testigos directos, otros por referencias, que si bien el
sistema no era perfecto en el civilismo (como etapa entre el militarismo de
Marcos Pérez Jiménez y el socialismo) era perfectible. Pero el tema es que no
tenemos confianza ni forma de acordar un relevo.
El irrespeto del oficialismo ante las
normas preestablecidas y la conjunción de todos los Poderes del Estado que
responden a una voz y mando, unido a la traición fácil de percibir de algunos
líderes de la oposición, impide un acuerdo para enfrentar electoralmente a un
gobierno sin bases populares.
Algunos ven en la Primaria la mejor
forma de designar nuestro candidato opositor, otros prefieren la fórmula del
Consenso. Ambas tienen sus ventajas y sus contras. Debemos partir de un hecho
sencillo y simple, que no tiene forma de rebatirlo. Si participamos en bloque y
sin miedo no hay forma de perder. Aunque el gobierno tiene capacidad ilimitada
de recursos para la movilización, pudiendo obligar a votar a la gente, ésta lo
hará pensando en los hijos fuera del país, la infraestructura deteriorada,
escuelas abandonadas, los hospitales desprovistos y las bolsas del CLAP sin
contenido.
Tampoco importa mucho que impúdicamente
disfracen algunos candidatos como opositores, los electores sabremos
precisarlos y operará la economía del voto que nos llevará a sufragar por quien
percibamos como idóneo. De manera que además de votación masiva, requerimos de
un verdadero líder, de un estadista, formado para dirigir un país en crisis
extrema.
La pluralidad de candidaturas no es, en
principio, negativa. Al contrario, constituye
una de las características de nuestro sistema impuesto por el artículo 6 CN1999, el
pluralismo, que no es otra cosa que la aceptación de la existencia de
doctrinas múltiples dentro del conglomerado nacional. No debemos temer al pluralismo porque es el
reconocimiento a la posibilidad de convivencia pacífica en una sociedad
heterogénea.
No puedo prever que pasará al final con
la Primaria, que en verdad no es mecanismo desechable per se, pero no ha reflejado un debate de altura
además de estar minada por los
constantes ataques internos y del oficialismo, por lo que no pareciera garantizar
la participación popular masiva para atinar con la mejor selección.
También un candidato de consenso pudiera
ser la salida, si se logra desde las bases del colectivo por gremios,
sindicatos, academias, etc. Lo que no podría permitirse es que este consenso
surja de componendas o por decantación utilizando, de manera mediata, la figura de
las inhabilitaciones pos Primarias, como se comenta.
Antes de esta nefasta forma sería preferible que se inscriba libremente todo
quien se crea en condiciones suficientes para ser el Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, durante el sexenio más complicado de nuestra vida
republicana. Ya sabríamos los ciudadanos a quien escoger cumpliendo
paralelamente con dos obligaciones: participar sufragando y cuidando las Mesas
con nuestra presencia. Dios bendiga a Venezuela!
10/septiembre/2023.
Excelente análisis 👍
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