Jesús A. Jiménez Peraza
@jesusajimenezp.
Conforme a su
naturaleza jurídica el sobreseimiento presupone que no se llegó a la etapa de
sentencia, por ende, no existe declaración con efectos legales, sobre la
comisión de un delito que pueda ser indultado ni queda el procesado
inhabilitado para el ejercicio de altos cargos públicos. Este estatus legal le
permitió a Chávez iniciar un recorrido por el país, pregonando la necesidad de
abstenerse de participar en las Elecciones de 1998, pero con posterioridad fue
convencido por sus asesores políticos de hacerlo, sustentado en tres premisas
básicas: A) el nacionalismo, graficado en el árbol de las tres raíces, que
decía eran las líneas de pensamiento de don Simón Rodríguez, de El Libertador
Simón Bolívar y Ezequiel Zamora. B) la necesidad de una Constituyente
Originaria, que a su vez permitiría, C)
refundar la República.
El pasticho ideológico
no fue entendido por el electorado. La oferta de una Constituyente, amén del
esquince jurídico para cumplirla de inmediato, había sido tema agotado por el
candidato de Copei, el Dr. Oswaldo Álvarez Paz en 1993, además estaba redactado
un Proyecto de modernización del texto constitucional, a cargo de una Comisión
Bicameral, encabezada por el ex presidente Caldera, incluso consignado en la
Secretaría del Parlamento para iniciar el proceso de reforma de la CN1961,
requisito previo sine qua non, en mala hora desatendido, con la ayuda de la
Sala Político Administrativa que cumplía las funciones de la Sala
Constitucional de hoy.
Dentro de este
contexto ofreció Chávez instaurar una Quinta República con un nuevo modelo de
inclusión social y lucha contra la corrupción.
Algunos escritores
patrios, admitían la existencia de cuatro períodos distintos que dividen los
tiempos de la República, delineándolos por razones que confieso considero
inexplicables, quizás influenciados por el proceso histórico francés, donde sí
hubo hitos ideológicos y culturales que justificaban la demarcación, como la
Revolución de 1789, que la inicia; la
abdicación de Luis Felipe I; la ocupación
Nazi; la conclusión de la II Guerra Mundial y finalmente, el liderazgo del
general Charles de Gaulle, quien restaura la democracia gala, lidera en Europa
la Guerra Fría y permite la reconciliación de Francia que formó parte de los Aliados, con la Alemania vencida por considerar que era, en efecto fue, fundamental para la paz del continente
europeo que en general se mantuvo, hoy amenazada por conflictos escalonados e
importantes.
Puedo entender en nuestro caso el nacimiento del Estado en
1811 con la Primera Constitución Federal, que trazó una línea que nos separó de
la Capitanía General de Venezuela, conformación administrativa de las colonias
de Castilla, pero considerar que el terremoto de Caracas y la Capitulación de
Miranda ante Monteverde, marca el fin de una época y el inicio de otra, me
parece exagerado.
Pero hemos aceptado
esa división: Primera República,
1811 – 1812. La Segunda entre 1813 y 1814; Tercera República, 1817 a 1819, año
que a su vez inicia un paréntesis hasta 1830 cuando conformamos la Gran
Colombia. Luego la Cuarta República, 1830 a 1999, subdividida siguiendo la
denominación de la nación en Estado de Venezuela (CN del 24-09-1830); Estados
Unidos de Venezuela (CN del 22—04-1864) y República de Venezuela (CN del
23-01-1961).
Quienes aceptan la
existencia de una Quinta República podrán decir que se inició en 1999 con el
nombre de República Bolivariana de Venezuela y una nueva Constitución Nacional pero nunca podrá explicarse
porqué comenzamos con un gobierno que se ofreció nacionalista y a los pocos meses adoptó un socialismo sui géneris “como
único camino”; que somos un Estado “federal
descentralizado”, con interventores regionales o padrinos designados desde la
capital de la República, con mayor poder económico y político que gobernadores
y alcaldes; que en Caracas se tomen
todas las decisiones y se deben buscar autorizaciones y recursos para ejecutar
obras; que los Poderes Públicos son independientes, pero solo en teoría ya que incluso los jueces deben seguir o aplicar
criterios vinculantes de la Sala Constitucional, grave e importante tema que
analizaremos en otra oportunidad.
Por los vientos que soplan pronto tendremos oportunidad de pasar a una nueva etapa, si votamos en masa y los encargados de hacerlo cuidan los sufragios apropiadamente. Ya que no hay reglas al respecto, por motivación y esperanzas positivas para el elector, podríamos hablar de una “Sexta República” que nacerá el 2025, donde la importancia debe ser cumplir con un Programa de Gobierno que aún no conocemos pero, imaginamos, se caracterizará por la civilidad; el tránsito desde el socialismo o mejor, actual capitalismo de Estado y el cumplimiento de la ley, término amplio que conlleva respeto a los derechos individuales y colectivos; funcionamiento de los servicios básicos como energía eléctrica, agua potable, salud, educación, infraestructura urbana y rural, alimentación que generan felicidad social; trabajo, reunificación familiar; independencia de los Poderes Públicos y colaboración recíproca. Dios bendiga a Venezuela!
jesusjimenezperaza@gmail.com 07/06/2024.
Excelente e ilustrativo analisis, historico, politico y sobre todo juridico a fin de indicar la posible via a seguir en los venideros momentos q se avecinan para el destino de nuestro pais.
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