viernes, 19 de julio de 2024

Partidos políticos y reconstrucción del país.


Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp

 

Venezuela se acerca a tiempos de cambios, siempre ofrecidos nunca cumplidos. No me refiero a un simple cambio de sistema y de presidente lo que fácilmente se presagia con la derrota del “socialismo” y la presidencia del Dr. Edmundo González Urrutia.

Desde  nuestra formación como Estado hemos cabalgado sobre el tema  que una persona y su dirección es suficiente para desarrollar la república.  A consecuencia de esta conducta colectiva de superponer al líder por sobre la estructura,  surgieron los caudillos del siglo XIX, las dictaduras que se extendieron al siglo XX e incluso en el actual,  Hugo Chávez Frías siguió la misma línea imponiendo lo que llamó “socialismo del siglo XXI”, que no es otra cosa que la doctrina del  individualismo autosuficiente  aplicando el capitalismo de estado, idea sin fondo ni forma, por ende la nada,  que a su vez nos hizo retroceder en el tiempo.

A pesar que en la segunda mitad de la centuria pasada llegamos a tener partidos políticos fuertes, con filosofía y programas, sucumbieron por la falta de democracia interna, produciendo apatía, hastío. No es que las organizaciones fueran malas, el problema fue que sus directivas no supieron cuidarlas y las utilizaron como cotos privados.

El hombre por su naturaleza es gregario por lo que deben congregarse y, precisamente, son los partidos políticos quienes   permiten en su seno la coexistencia de seres humanos con ideales macro comunes, aunque  ideas diferentes, posición económica y formación intelectual distinta,  lo que no es factible dentro de otras organizaciones que requieren de una misma identidad, ejemplo, los gremios, sindicatos o clubes.

El primer paso para el cambio habrá de ser entonces una renovación en los partidos que son para la actuación política, lo que la familia es para la sociedad. Éstos han de ser modernos, democráticos, con nuevos modelos organizativos,   base filosófica,  formación y control sobre sus representantes ante los órganos públicos.  Es el partido político quien debe responder ante el pueblo por las transgresiones de los funcionarios del ejecutivo y el legislativo, cuando estos se desvíen de sus funciones.

La democracia es un sistema de gobierno, que surge a raíz de la abolición del absolutismo como consecuencia de las Revoluciones Norteamericana y la Francesa, que en el fondo constituye el reconocimiento mediante leyes, de derechos innatos del hombre a la vida, la libertad y el trabajo, que se han ido ampliando y codificando bajo el denominador común de Derechos Humanos. Esta democracia no podemos alcanzarla sin partidos políticos, mecanismo a través del cual pueden participar todos los habitantes de un país determinado.

No es que debemos empezar por formar y consolidar los partidos, antes de atender las necesidades y servicios básicos, incluida la administración de justicia. Pero si debe iniciarse un proceso de preparación para  organizaciones a través de las cuales habrá de conformarse, en el futuro mediato, un gobierno  que realmente sea democrático, participativo, electivo descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y revocable.

Los partidos deben tener una base histórica y realista, ese ha de ser el denominador común entre sus integrantes, con elementales y lógicas  variaciones en sus planteamientos. No conoce el hombre más sistemas políticos que el liberalismo, el socialismo y el social cristianismo.

En el primero el sustrato económico es el capitalismo, por ende el ciudadano actúa libremente obedeciendo solo las reglas básicas excepcionales de control que debe imponer el Estado. El segundo pregona la eliminación de la propiedad privada, asumiendo el Estado o las asociaciones comunitarias los factores de producción. En el tercero la base es la doctrina social de la Iglesia, se funda en la economía social del mercado, en el bien común, la ecología  y la justicia social.

Venezuela requiere con urgencia programar su economía en base a la producción agropecuaria; la transformación industrial; la racional y eficiente explotación de recursos mineros e hidrocarburos; un nuevo sistema educativo y de salud, en esas materias deben existir planes acordados con los diferentes sectores, quienes no pueden actuar individualmente sino agrupados en organizaciones políticas, lo que no excluye a los sectores gremiales extra partido, por supuesto o incluso por excepción, con personalidades.

En los días difíciles por venir, es conveniente recordar a sir Winston Churchill, quien dijo: “Si abrimos una disputa entre pasado y presente, encontraremos que hemos perdido el futuro. Debemos mirar siempre hacia delante en la vida y aprender que hay cosas que son mejor no rememorar”. Esta máxima no excluye la aplicación de la ley y la justicia en las formas preestablecidas, para quienes hayan delinquido. Dios bendiga a Venezuela!

jesusjimenezperaza@gmail.com

19/07/2024.

 

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