sábado, 26 de abril de 2025

SS Francisco comunista? Leamos sus encíclicas.



Jesús A. Jiménez Peraza.

@jesusajimenezp


Concluye formalmente hoy, con sus exequias, el  papado de Francisco, quien hizo una iglesia más humana, más cercana y más justa. Le correspondió un período muy complicado, de guerras, pobreza extrema, migración, malos gobiernos de izquierdas y derechas, que sólo se comparan con las angustias de Europa en la primera mitad del siglo XX, por sus conflictos mundiales e internos. 

La iglesia está en época dorada, no es porque sea sin baches, sin problemas ni contratiempos,  sino porque cada piedra que surge, Su Santidad  supo cómo sortearla de la mejor manera sin desviarse de la doctrina, con firmeza, humildad, bondad y sabiduría, conjunto de atributos que sólo se explican por actuar bajo la dirección directa del Supremo Creador. 

El arzobispo primado y  cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio inició su papado en marzo del 2013, siendo presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner, a quien su peronismo y confusión ideológica le impidió una buena relación con el  Papa, primer jesuita en el trono de San Pedro, primero del hemisferio Sur y el primero no europeo desde el siglo VIII. El   gobierno de su país natal, trató de hacerlo aparecer como comunista y colaborador de las dictaduras en Argentina en la década de los 70 y primera parte de los 80, posición incongruente porque los militares que encabezaban dichos gobiernos eran de extrema derecha, no comunistas.

Pero la verdadera posición ideológica de un Papa se determina a través de sus  encíclicas, porque ellas contienen las orientaciones y adaptaciones del jefe de la Iglesia en un momento determinado, sin apartarse de la rancia disciplina de la iglesia, llena de historia y conocimiento.

SS Francisco hizo, el mismo año de iniciar su período, aportes esenciales a “Lumen Fidei”, la Luz de la Fe, escrita por su antecesor Benedicto XVI dirigida a los presbíteros, diáconos, personas consagradas y fieles laicos, que contiene un mensaje de Jesucristo conforme al cual vino como Luz al mundo, por tanto quien tenga fe y  crea, no quedará en tinieblas. Ello traduce, indudablemente, un aliciente para todos los cristianos que no pocas veces nos desalentamos por lo que sucede en el país, el continente y el mundo.

Después publica “Laudato Sí”, Alabado seas, dirigida a todos los habitantes de la Tierra, agobiados por el problema  de la contaminación y cambio climático, que aun cuando afectan grave y especialmente a los excluidos, es universal ante nuestra incapacidad de absolver o reutilizar en forma apropiada los residuos y desechos, de un sistema industrial que incita a la producción masiva y el consumo. La Carta analiza a profundidad, el reconocimiento al derecho de propiedad privada pero nunca como  absoluto, en aplicación del principio del destino universal de los bienes.  Así recordó: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque es mía y vosotros sois forasteros y huéspedes que vives conmigo” (Levítico 25, 23).

Fratelli tutti, Hermanos todos, es su tercera carta encíclica, contiene un llamado a transformar las relaciones internacionales, la política, la economía y demás ciencias y disciplinas que impliquen formas de ignorar o controlar a nuestros semejantes. Es un llamado a la aplicación del amor verdadero entre los seres humanos, como hijos de Jesucristo, pero que se traduzca en hechos, no quedando en simples palabras.

En octubre del 2024 publica la que sería su última  encíclica, Dilexit Nos, Él nos amó, mensaje de Pablo referido al amor infinito de Cristo por sus hijos que, de manera literaria se grafica con un corazón, pero que no se agota en su significado científico donde conforma una parte importante, pero parcial del cuerpo humano, sino que debe proyectarse en la integridad del ser. El llamado del Santo padre es para que el mundo cambie a través del corazón, que es frágil pero capaz de alcanzar  la vida con dignidad.  

El Papa habló claramente sobre temas controversiales, complejos y difíciles como la homosexualidad, incluida en los sacerdotes, con la famosa interrogante de quien soy yo para juzgar? que distingue, separándola,  de la llamada ideología de género, porque ésta diluye las diferencias que atentan contra la vocación humana.

Abogó por una Iglesia más universal, más justa, que siga la línea pastoral del perdón y la comprensión. Reconoció las dificultades para enfrentar el tema oscuro de las finanzas de El Vaticano, con la ayuda del cardenal George Pell, tesorero, quien tuvo posteriormente problemas judiciales en una corte de Australia, por conducta inapropiada, pero  poco tiempo  después fue declarado inocente.

Trató  adecuadamente un libro  publicado en Polonia, donde se acusa a San Juan Pablo II porque, como cardenal,  presuntamente ocultó información  sobre un sacerdote abusador. Este es un tema complicado de abordar, siendo aceptada su discusión, por primera vez y en forma pública por Benedicto XVI. Igual comentario le merece el llamado “caso Boston”, sobre un sacerdote pederasta que abusó de un centenar de niños, entre ellos un menor hijo de padres esquizofrénicos.

Creo que el acierto de mayor relevancia de SS Francisco, por el cual deberá ser recordado eternamente, es haber permitido que se hable abiertamente de temas considerados tabú en la iglesia, en la política, aunque puedan considerarse inconvenientes por los efectos económicos o sociales en todo el universo. Esa conducta acerca la iglesia a la gente, la humaniza. Dios bendiga a Venezuela.

jesusjimenezperaza@gmail.com

26/04/2025.

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