Jesús A. Jiménez Peraza.
@jesusajimenezp
A raíz de la caída de la Segunda
República, el Libertador Simón Bolívar, viajó desde Nueva Granada a Kingston a
recuperarse de la derrota sufrida, motivar, solicitar ayuda y planificar el
futuro inmediato.
El 06 de septiembre de 1815, apenas
superando los treinta años de edad, escribió uno de sus más grandes documentos,
conocido como La Carta de Jamaica o
Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta Isla, donde
dibuja a una heroica y desdichada Venezuela cuyos acontecimientos han sido tan rápidos
y tales sus devastaciones, que casi la reducen a una absoluta indigencia y una
soledad espantosa, adjetivos que lastimosamente resultan hoy aplicables,
después de algunos períodos que debieron marcar nuestro cambio de rumbo en el
desarrollo como estado y nación.
En esa oportunidad denunció Bolívar
que Europa y Estados Unidos han sido insensibles
ante las labores de nuestra independencia. Me parece que también pudiera establecerse un parangón entre aquella
circunstancia descrita por el Libertador de las Américas y la poca efectividad
política de hoy, en las gestiones de las grandes potencias, para lograr la
superación de la crisis venezolana. Claro, con la diferencia que Bolívar
clamaba por intervención militar propia de la época, cuando no existía un
Estado de Derecho ni tradición democrática. Hoy tenemos derecho a exigir del
primer mundo una participación diplomática más directa y efectiva, como se
corresponde por ser guardianes de los Derechos Humanos, de carácter universal,
aprobado por diferentes Tratados Internacionales signados durante el Siglo XX.
La Carta de Jamaica, previene para
Buenos Aires un gobierno central con primacía militar y graves consecuencias
por sus divisiones internas y guerras externas. Ciertamente el arraigado
peronismo, la guerra de las Malvinas, el conato de guerra con Chile por las
Islas del Sur en el canal de Beagle y la oligarquía dominante (gobierno de
pocos), pudieran ser reflejo de las predicciones de Simón Bolívar.
Chile, por su situación geográfica,
costumbres y sus moradores virtuosos, sería llamado a
gozar de las bendiciones de una República consolidada. Si alguna democracia permanece
como tal en América será la chilena, dijo Bolívar. Hoy Chile luce realmente
consolidado en su sistema político y en su economía, por mucho superior a sus
vecinos, después de la fracasada intentona socialistoide de los años 70,
abonada por Fidel Castro y la dictadura militarista
de derecha encabezada por Augusto Pinochet. Desde lejos luce que Chile respeta
los vaivenes políticos que perfilan sus mandatarios, algunos de orientación antípoda como los Presidentes
Michelle Bachelete y Sebastián Piñera, pero siempre preservando el espíritu
libertario y la fuerza de sus leyes.
Perú y Ecuador, que formó parte del
Imperio Inca del Norte, países con una inmensa frontera, por lo que pudieran
conformar un mismo territorio, al contrario de Chile según la Carta de Jamaica
“encierra dos elementos enemigos de todo
régimen justo y liberal: oro y esclavos, el primero lo corrompe todo, el
segundo está corrompido en sí mismo”. En este Siglo XXI aún por nacer, como en el XIX, sus nacionales “se enfurecen en los tumultos y se humillan
en las cadenas”.
Actualmente Ecuador y Perú, viven
momentos de auto destrucción producto de consuetudinarios gobiernos corruptos,
de los cuales nacen sus principales males. Gobiernos débiles y movimientos
indigenistas fuertes y sin dirección apropiada, causan desestabilización y
atraso.
Cualquier analista de la situación política
generalizada en nuestra América, apunta hacia la crisis institucional cruzada
en el Perú; las protestas desenfrenadas en Ecuador; presidenciales en Bolivia,
la Hija Predilecta, producto de caprichosa interpretación constitucional de un
Tribunal Supremo sin autonomía; Colombia,
acrecentando su guerra intestina y Venezuela, por Dios, hambrienta y en diáspora,
ahondando en los males erigidos sobre la
pobreza extrema al sur del continente, la cual hasta poco tiempo, ayudábamos a
mitigar. Dios bendiga a Sur América!
13/10/2019.
Excelente escrito
ResponderEliminarReflexiòn oportuna en este momento en que pareciera retroceder la sur Amèrica libertaria de Bolìvar hacia el papel de territorio neo esclavizado por el hambre, atraso y enfermedades y la peor de ellas:el populismo que induce a los pueblos a la holgazanerìa y dependencia del estado.La geopolìtica interesada de mega potencias, el narcotràfico internacional, la puja por los controles de nuestras riquezas naturales y reservas humanas y la amenaza del militarismo asociado al castrismo, son hoy dìa un lamentable cuadro de retraso històtrico y miseria. Ay Latinoamèrica habrìa que decir!
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